miércoles, 1 de abril de 2015

Centro de mando de la Guardia Civil


El Centro de Mando de la Guardia Civil se encuentra en un complejo subterráneo de 6.000 metros cuadrados inaugurado en 2012 en el centro de Madrid.


Para acceder a él, el primer control de seguridad se activa con la huella del índice. El siguiente, con una combinación numérica. Todo es monitorizado por un conjunto de cámaras.


Este centro carece del blindaje a prueba de bombardeos que tiene el búnker de La Moncloa (En el que se encuentra el Departamento de Seguridad Nacional, la estructura del presidente para gestionar situaciones de crisis.), pero desde él se ve en tiempo real todo lo que ocurre en el territorio español, en las fronteras de la Unión Europea y en sus mares territoriales. Incluso en las costas de África, donde patrullan entre Marruecos, Mauritania y Senegal aviones, lanchas y barcos para impedir el tráfico de drogas, armas y seres humanos.

El centro neurálgico de este complejo es la Sala de Operaciones: un espacio de acceso restringido, diáfano, cibernético, del tamaño y configuración de un teatro; amueblado con mesas tapizadas de ordenadores donde los guardias reciben toda la información sobre el posicionamiento y el trabajo que realiza cada una de las patrullas, integradas en los 2.000 puestos del Cuerpo (que cubren el 85% del territorio); sus 20.000 vehículos, 120 embarcaciones, 36 helicópteros y 2 aviones de reconocimiento. Desde aquí se realiza un seguimiento en tiempo real de todas las misiones e investigaciones en curso a través de una red de comunicación en la que cada guardia, esté donde esté, vierte la mínima incidencia, investigación, detención, matrícula sospechosa o confidencia de que tenga noticia. Es el Sistema Integrado de Gestión Operativa (SIGO).

Todo el frontal de la Sala de Operaciones está ocupado por una pantalla de 20 metros donde se dibuja un mapa electrónico de Europa, desde el Atlántico hasta los Balcanes. La cantidad de información que aparece sobre patrullas terrestres y marítimas de todos los cuerpos de seguridad europeos es abrumadora. En un lateral, en forma de puzle interactivo, se proyectan imágenes vía satélite de las vallas de Ceuta y Melilla; de la situación en Lampedusa o en la frontera de Turquía con Grecia y Bulgaria; de la interceptación en directo de una lancha con droga en el Estrecho. Se escanea la procedencia y ruta de cada barco; aquí también revierten sus imágenes las cámaras y los radares del Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) que blindan la costa desde Levante hasta Huelva. En un futuro, esta sala recibirá las imágenes de los drones Predator, los vehículos aéreos no tripulados que la UE encomendará a la Guardia Civil para controlar la frontera sur de Europa.


La sala también alberga el Centro de Coordinación para la Vigilancia Marítima de Costas y Fronteras de la UE. España participa en organismos de seguridad internacional como Interpol, Europol, Frontex y Eurojust.

Fue la Unión Europea, a través de la agencia Frontex, la que corrió con los gastos de este centro de mando, con el objetivo de aunar los esfuerzos de los socios europeos contra los tráficos ilegales. Puso sobre la mesa 20 millones de euros y proporcionó al Cuerpo un centro puntero de mando y control.

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