viernes, 2 de julio de 2010

Operaciones de inmersión en el Ictíneo II

En el libro "Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua", escrito por el inventor del Ictíneo o Barco-pez Narciso Monturiol, se describen las operaciones para la inmersión del Ictíneo II.

Antes que todo, y esto es importantísimo, se ensayarán todas las máquinas, todas las espitas, todos los árboles que comuniquen movimiento, tanto á las máquinas interiores como exteriores, y un especial los de los lastres esféricos y de apuro, las bombas de agua y aire; y todo lo que ofrezca duda, se recompondrá ó ajustará hasta tener una seguridad completa de que todo marcha con la regularidad debida.

El Ictíneo debe estar perfectamente equilibrado; no debe inclinarse ni á estribor ni á babor, ni á popa ni á proa, y para la sumersión (contando con el agua de lastre, carbones ó petróleo, tripulación y fuego submarino), debe pesar el Ictíneo exactamente lo que pesa el agua que desplaza. Para saldar las diferencias en inclinación, serán necesarios lastres de plomo y hierro en el interior, igualmente se saldará en esta clase de lastres la diferencia de densidad si ésta es grande; si ésta es pequeña bastará saldarla en agua en el depósito de la de lastre. -La operación de equilibrar el Ictíneo, tendrá lugar cuando esté concluído y cuando por razón de alguna reforma en él se haya alterado su densidad ó los centros de gravedad y de sustentación.


El barómetro indica si la cámara está herméticamente cerrada; si estando la tripulación dentro sube, es señal de que está cerrada; si oscila, hay algún escape poco importante, y si no se mueve, es indicio de que ha quedado algo abierto, y por lo tanto, se suspenderá la sumersión hasta saber por dónde tiene lugar el escape. Algunas veces consiste en alguna espita mal ajustada, ó en alguna válvula que cierra mal por haberse interpuesto algún cuerpo duro entre las dos superficies de junta; y en uno y otro caso, son comunicaciones superiores, es decir, válvulas y canillas que están comunicando con el aire exterior.

Para proceder á la sumersión, se cerrará herméticamente el hogar dejando en él el carbón que haya, y al mismo tiempo se quitarán los tubos de entrada de aire en el Ictíneo, y la parte de chimenea exterior; cerrado el hogar, se encenderán los cilindros del fuego submarino, á fin de que no baje la presión en la caldera, y cuando estén en actividad, se procederá á la sumersión. Se abrirá la espita superior y las inferiores de estribor y babor, ambas pertenecientes á las vejigas que mantienen el Ictíneo flotante; así se vaciarán del aire que contienen y se llenarán de agua.

En este estado se admitirá en el depósito de agua de lastre la que falte para estar el buque en perfecto equilibrio con el agua que desplaza.

Si la sumersión debe ser vertical, se admitirá agua hasta hacerse más pesado el Ictíneo, teniendo, sin embargo, en cuenta, que las paredes de la cámara se contraerán por la presión, y que la madera del barco exterior se hará más pesada, porque el agua la penetrará, y por ambas causas aumentará la densidad del Ictíneo: por lo tanto, esta última admisión de agua, se hará de una manera prudente, estando siempre dispuesto el Jefe á dar salida á la comprimida en las vejigas de presión ó natatorias. Los descensos, y sobre todo el vertical, en sitios de fondo desconocido, deben practicarse de una manera muy suave: sólo haciéndolo así, el Jefe dominará el Ictíneo y podrá vencer los peligros, aun aquellos que provengan de una vía de agua considerable. El Ictíneo debe descansar en los fondos erizados de rocas, como la ligera pluma descansa en el suelo; así el buque submarino será libre en todos sus movimientos.

Cuando la sumersión haya de tener lugar estando la nave submarina en marcha, no se admitirá el lastre de agua acostumbrado, sino inclinando la proa hacia abajo por medio del lastre de equilibrio; de este modo se irá profundizando, siguiendo una diagonal, que se acercará tanto á la horizontal cuanto se quiera, según sean las relaciones entre la velocidad, la diferencia de densidad y la inclinación del eje.

Si la sumersión ha de ser profunda, antes se encenderán las luces eléctricas ú oxhídricas, tanto la superior como la inferior.

Si ha de durar horas, entonces es necesario que todos los aparatos de purificación de aire y de producción de oxígeno estén en función, para que se tenga la atmósfera en las condiciones naturales exigidas por la higiene.

Cuando la sumersión tenga por objeto la industria de la pesca, ó la exploración geológica de un fondo, entonces el descenso siempre suave, seguirá la vertical, y cuando se ande será despacio, á fin de evitar los obstáculos que ofrecen los fondos.

Los fogoneros que están encargados de mantener una presión constante en la caldera arrojarán el vapor á los condensadores siempre que la presión pase de lo convenido.

El aireante, si no recibe aviso contrario, que se lo dará el jefe cuando se acerque el momento de la emersión, no dejará en ningún caso de proveer á la respiración.

El nivelante encargado de las bombas, sostendrá en las vejigas natatorias la presión convenida de antemano, ó al menos la doble de la que le indique el manómetro de la exterior del mar.

El maquinista atenderá á las voces del jefe: cía; boga; á la vía; aprisa; suave; más suave; pára; y cuando esté en este caso, á las de: vuelta por estribor ó por babor. Cuando el Ictíneo esté á la vía, las voces estribor, babor, van dirigidas al timonel.

Concluído el objeto de la sumersión, se subirá suavemente, deteniéndose el Ictíneo á 5 ó 6 metros de la superficie, á fin de evitar el choque que podría tener lugar si un barco flotante acertara á pasar por el sitio que debe ocupar el Ictíneo; lo cual inspeccionará el jefe desde los cristales de la cúpula: y en este estado se pondrá en marcha el Ictíneo y acabará de alcanzar la superficie y ponerse á flote, vigilando siempre el jefe desde la cúpula.

Para ponerse á flote se cerrará la espita superior, se abrirán las inferiores, se pondrá en movimiento la grande bomba de aire, al mismo tiempo que se abrirá la espita, por cuyo paso irá el aire de la bomba á los aljibes ó vejigas de flote, desalojando el agua que contienen la cual saldrá por las espitas inferiores.

Al hacer esta operación, el nivelante tendrá colocado transversalmente un nivel de agua, al cual tendrá puesta su atención; y á fin de que el Ictíneo se ponga á flote sin ladearse, cerrará las espitas de babor si el barco tomare la inclinación á estribor, ó al contrario cuando al revés acontezca. Cuando el barco está completamente á flote, lo indica el ruido del aire que sale por las espitas inferiores, que cuando llega este caso se cierran.

En seguida puede abrirse la escotilla, la grande válvula de la chimenea, el hogar, en el cual se encenderán los fuegos ordinarios y se colocarán los tubos de aire exteriores.

La brújula, debajo de agua, obra de la misma manera que en la atmósfera, y la corredera marca el camino andado; por consiguiente la navegación submarina tiene lo indispensable para ofrecer guías bastante seguros á los Ictíneos, los cuales podrán dirigirse por debajo de agua al cumplimiento de sus destinos.

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