En Nochebuena se dió a conocer la firma definitiva de un contrato de venta de barcos Mistral a Rusia. Con estas adquisiciones Rusia pretende modernizar su ejército de forma que sea más pequeño económico y ágil.
La embarcación, de 299 metros de largo y 23.000 toneladas, es un portahelicópteros avanzado, equipado con un centro de mando y un hospital para operaciones militares.
El buque puede llevar hasta 16 helicópteros (Algunos de ellos de ataque a tierra y antitanque), 4 carros anfibios y hasta 750 soldados. Su hospital de campaña está dotado de 69 camas. Puede embarcar todo un estado mayor para la dirección de las operaciones. Cada uno de estos buques cuesta 500 millones de euros. En la actualidad el acuerdo prevé construir dos unidades, ampliables a otras dos. Para su construcción se ha formado un consorcio entre las empresas francesas DCNS y STX y el astillero ruso OSK. Los dos primeros barcos se construiran en Saint Nazaire y la posible ampliación en San Petersburgo.Uno de los puntos destacados en las negociaciones fue la transferencia de tecnología, ofreciéndole a Rusia armas navales y sistemas de defensa avanzados. En los meses anteriores a la venta, una serie de funcionarios franceses suavizaron su posición diciendo que Francia estaba dispuesta a proveer la tecnología sin restricciones.
Los franceses no han dicho nada en los últimos días que describa el nivel de tecnología que obtendrán los rusos, pero los vecinos de Rusia están claramente preocupados.
Los países del Báltico han expresado su preocupación desde hace tiempo, conscientes de los comentarios del jefe naval de Rusia, almirante Vladimir S. Vysotsky, quien valoró el potencial que podrían haber ofrecido estos barcos durante la guerra de cinco días con Georgia en 2008 con estas palabras: “Este buque puede hacer en 40 minutos todo lo que hicimos en 26 horas en aquel momento”.
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