Durante la Segunda Guerra Mundial Gran Bretaña disponía de instalaciones de radar, puestos de observación, aviones y salas de operaciones de la Royal Air Force, desde las que se coordinaban todos los medios. Durante la Batalla de Inglaterra se utilizaron cuatro salas de operaciones y dos más se utilizaron durante el resto de la guerra.
El 6 de septiembre de 1940 los reyes de Inglaterra visitaron la Sala de Operaciones Nº 11 de la RAF, en Uxbridge. Llegaron alrededor del mediodía y pudieron presenciar las operaciones de representación gráfica sobre la gran mesa central y el control de las primeras acciones del día. Antes de su llegada, por la mañana, la Luftwaffe había lanzado un ataque contra la fábrica Hawker en Brooklands, una de las dos fábricas que producían los aviones de caza Hawker Hurricane, que junto con el Spitfire eran los principales aviones de combate de la RAF durante la Batalla de Inglaterra. Después de los ataques alemanes de los días anteriores el Comandante Keith Park había subrayado a su personal la importancia de la defensa de las fábricas de aviones, frente a los bombarderos enemigos, evitando cualquier daño grave en la fábrica, aunque a costa de perder cinco aviones de caza.Alrededor de las 12:30 horas cuatro formaciones enemigas que sumaban más de 100 aviones cruzaron la costa sureste y se dirigieron hacia diversos objetivos. Al mismo tiempo, un grupo de Messerschmitt 109 cruzó el Canal de la Mancha para patrullar por los cielos de Kent, para atacar a los cazas Hurricane y Spitfire. Los cazas alemanes fueron detectados por los controladores del Grupo Nº 11, pero no se dirigió un contraataque contra ellos, ya que no podían hacer mucho daño sobre objetivos terrestres. 19 escuadrones despegaron para interceptar las formaciones de bombarderos sin embargo, incluyendo, por primera vez, cinco escuadrones del Grupo Nº 12, volando en una formación única. Esta táctica de formaciones cerradas se conocían como el "Big Wing" y se convertirían en el sello distintivo del Grupo Nº 12 en las semanas siguientes y un punto de divergencia entre los diferentes mandos de la RAF, ya que su uso aumentaba el tiempo de respuesta ante los ataques alemanes. El radar sólo proporcionaba 20 minutos de tiempo, desde que eran detectados los aviones alemanes hasta que se encontraban sobre sus objetivos de bombardeo. Teniendo en cuenta que los cazas británicos necesitaban 15 minutos para ascender a 6.100 metros, no podía perderse ni un segundo. En el Imperial War Museum de Duxford se conserva su sala de operaciones utilizada en la Segunda Guerra Mundial.
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