domingo, 9 de septiembre de 2012

Ordenadores LEO

Hace más de 50 años, en 1951, Leo I (Lyons Electronic Office I), un ordenador británico, se convirtió en el primer ordenador del mundo destinado a tareas administrativas. Diseñada por Oliver Standingford y Raymond Thompson de J. Lyons & Company, tomando como modelo el ordenador Cambridge EDSAC.

Del libro "Computadores electrónicos", S.H. Hollingdale y G.C. Tootill, Alianza Editorial, Madrid 1967, tomamos el siguiente texto:

"El primer computador proyectado, precisamente, para trabajos comerciales, se terminó en 1951, estaba basado en el EDSAC de Cambridge, y se llamó LEO (abreviatura de Lyons Electronic Office). Otros dos de los primeros computadores británicos fueron el pequeño HEC, construido por la British Tabulating Machine Co. (Hollerith) y el English Electric DEUCE. El primero empleó una memoria de tambor magnético, según proyecto experimental del Colegio Birkbeck; el otro estaba basado en el N. P. L., Modelo Piloto ACE.

Otros computadores británicos importantes de la primera década (1946-56) fueron las series Elliott 401-405 y el Ferranti Pegasus, que emplearon en sus memorias de alta velocidad líneas de retardo de níquel. Hasta finales de 1954 sólo se habían entregado ocho computadores británicos comerciales (seis Ferranti Mark I, un LEO 1 y un ELLIOTT 401). Después este goteo se convirtió en un flujo constante; a principios de 1955 apareció el DEUCE, y poco después el HEC y el Pegasus.

Desde entonces el proceso tecnológico y el desarrollo industrial han sido tan rápidos que cada nuevo modelo quedaba anticuado casi de salida. Durante sus primeros veinte años de vida, la industria británica de computadores, igual que sus productos, han estado en un continuo cambio —algunos dirían cataclismo—. En por lo menos nueve de los últimos quince años (1954-68) ha habido fusiones o cambios de un modo u otro.

Dos tipos de empresas se disputaron el campo durante los años 50. De una parte los fabricantes de equipo electrónico: English Electric, Ferranti, Elliott y E. M. I. De otra, los fabricantes de máquinas de oficina del tipo de tarjeta perforada: la British Tabulating Machine Company, Powers Samas, e IBM (U. K.). Y, finalmente, LEO Computers, que no encaja en ninguno de los dos tipos anteriores.

En 1947 la empresa de hostelería J. Lyons & C°. decidió instalar un computador electrónico en su sede central, y construirlo ellos mismos, puesto que, entonces, no había ninguna máquina en el mercado. El éxito de su primer computador, al que ya nos hemos referido antes, llevó a la Compañía a la construcción de una nueva entidad para construir computadores para su venta al público.

Al final de los años cincuenta la construcción de computadores digitales había alcanzado la mayoría de edad como industria británica de importancia. Las ventas alcanzaron el promedio anual de unos diez millones de libras, de los que las exportaciones fueron de dos millones, aproximadamente. Pronto se hizo ostensible que era demasiada la competencia en el mercado especializado de computadores, y el panorama de los años sesenta se caracteriza por sucesivas fusiones hasta llegar a un número cada vez menor de grandes grupos.

La figura 75 encarta los principales acontecimientos del proceso, que culminó, en el verano de 1968, con la fusión de los dos grandes fabricantes de computadores británicos permanentes, ICT y English Electric, con importante apoyo por parte de la Plessey Company y del Ministerio de Tecnología, para formar International Computers Limited (ICL).

La situación actual (1969) es que las entregas a los clientes británicos se elevan a más de 1.000 computadores al año, correspondiendo la mitad del mercado a ICL y a IBM la mayor parte del resto. Una estimación aproximada del valor monetario de estas entregas puede obtenerse tomando 100.000 £ como el coste promedio de una instalación, incluyendo equipo auxiliar y servicios.

El panorama de crecimiento global de la industria de computadores británica se expresa gráficamente en la figura 76, que muestra, durante el período 1954-68, los totales anuales acumulativos de computadores en funcionamiento y también las cifras de distribución año a año. La razón de que las cifras de los primeros años sean sustancialmente inferiores a las de la figura 74 se debe a que en la figura 76 no se incluyen las máquinas que se consideran fuera de servicio.

Durante el período de quince años cubierto por la figura 76 nos movemos con factores de incremento de varios céntuplos. La forma más satisfactoria de presentar la información numérica abarcando un período tan amplio es utilizar lo que se llama «escala logarítmica», y esto lo hemos hecho para la escala vertical. Esto significa que moviendo hacia arriba una distancia dada no aumenta la cantidad por un valor dado, sino por un factor dado. Las escalas están marcadas para factores sucesivos de 10, y puesto que un factor de 3 se corresponde a una distancia muy aproximada a la mitad de un factor de 10, es conveniente marcar éstas también.

Una característica importante de la escala logarítmica es que una línea recta se corresponde con una razón constante de crecimiento (como en la acumulación por interés compuesto) en vez de con un incremento constante (interés simple).

La figura 76 muestra que la razón de crecimiento se ha mantenido bastante firme en 1,7 por año (un 70 por 100 de incremento por año) durante la mayor parte de los años sesenta, aunque hay indicios de un ligero decaimiento al final a 1,5 por año aproximadamente. Con una razón de crecimiento tan alta son inevitables algunas reducciones posteriores, en otro caso al final del siglo habría un computador por persona (hombre, mujer o niño) en el país.

Cuando los computadores comerciales hicieron su aparición en las oficinas comerciales, a la mitad de los años cincuenta, iniciaron sus trabajos con algunas de las tareas cotidianas que hasta entonces se habían realizado a fuerza de brazos. Por supuesto que el principal incentivo para que el hombre de negocios se interese por los computadores lo proporciona el constante incremento de la plantilla administrativa. En Gran Bretaña hay más de cuatro millones de empleados y el número aumenta en unos 100.000 anuales. Muchos de ellos están ocupados en tareas rutinarias y repetitivas que se pueden mecanizar.

Por supuesto que la mecanización de las oficinas no es nada nuevo; bastará con mencionar la máquina de escribir, el teléfono y la máquina de sumar. Hollerith hizo su invento básico en 1890, y las máquinas de tarjeta perforada (eléctricas o electrónicas) se han utilizado ampliamente durante medio siglo. Las técnicas electrónicas invadieron la industria de equipos de oficina hace aproximadamente veinte años. El primer resultado fue el desarrollo de máquinas de tarjeta perforada de usos especiales, llamadas calculadoras electrónicas, que eran la contrapartida electrónica de las tabuladoras y verificadoras de que hablábamos en el capítulo 3. El siguiente paso lógico fue la introducción en la oficina de negocios, del computador electrónico de programación interna, completamente automático.

Hemos hablado ya del pionero de la empresa de hostelería J. Lyon & Co.; el primer trabajo confiado al primer computador LEO, en 1953, fue el estudio de una nómina de personal. El proyecto tuvo tanto éxito que el trabajo paralelo hecho en la oficina de personal duró un año más. Para el año 1957, LEO producía una nómina semanal para unas 15.000 personas, al mismo tiempo que un análisis detallado, para fines contables y de cálculo de costos. Todos los cálculos salariales, con sus deducciones, hasta la impresión de nominillas, se hacía automáticamente en una sola operación, y en el tiempo aproximado de seis horas.

Otra de las tareas regulares de LEO (y ésta data de noviembre de 1954) es tratar los pedidos diarios hechos a las panaderías y cocinas centrales de Cadby Hall, por unas 150 cafeterías diseminadas por todo Londres.

En el antiguo sistema, cada gerente tenía que rellenar en triplicado un formidable papeleo que formulaba los pedidos del día. Ahora se pasa un pedido basado en las necesidades, al revisar diariamente las ventas en curso. Este pedido se hace por la tarde, y telefónicamente, a Cadby Hall. Las llamadas se reciben por un grupo de empleadas que perforan directamente la información en tarjetas Hollerith, y que después se pasan al LEO en series. Cada día se procesan unos 8.000 pedidos, con unos 250 artículos diferentes. A la hora de recibir la última llamada telefónica, LEO coteja la información para producir los pedidos totales y la información detallada, así como los documentos necesarios para el montaje, empaquetado y despacho de las mercancías a cada cafetería. La contabilidad de costos, el control de stocks y las estadísticas, se hacen al mismo tiempo, y el trabajo queda terminado a las cinco de cada día.

Estos dos ejemplos dan idea de las primeras actividades del LEO. La actual instalación de Lyons, basada en el LEO III, última variante del computador original, realiza gran cantidad de trabajo administrativo de la empresa: control de almacén, costos, planificación de la producción, facturación de las mercancías a los detallistas, etc.

La primera explotación del computador fue el cálculo de sueldos y salarios, y sigue siendo la más popular. La preparación de un programa de nóminas puede constituir una tarea formidable; algunos programas para este trabajo llegan a tener más de 10.000 instrucciones. Por otra parte, un esquema de nómina automática puede ofrecer grandes ventajas en orden a la flexibilidad de las operaciones; puede facilitar mucho el tratamiento de alteraciones en salarios o impuestos, pagas extraordinarias o contribución a fondos diversos. Una empresa ha declarado que la posibilidad de calcular las retribuciones sobre la base de minutos trabajados, en lugar de hacerlos por fracciones de tres minutos, ha ahorrado, aproximadamente, 4.000 libras al año.

Esto podrá ser un argumento en favor o en contra de los computadores, según el particular punto de vista desde el que se juzgue. No se discute, en cambio, el beneficio que supone la virtual eliminación de las aclaraciones y rectificaciones. Es raro que los empleados necesiten hacer preguntas sobre su retribución, porque los comprobantes tienen una información más completa, y son más raras las quejas por error en los cálculos. Aunque no se puede garantizar que el computador no se equivoque, sí se puede asegurar que es más exacto que el hombre.

A continuación ofrecemos una relación de los principales trabajos que se realizan por una muestra representativa de 100 computadores comerciales, según datos de 1961. La situación no ha variado mucho desde entonces, aunque, ciertamente la vanguardia se ha adelantado para ocupar nuevos terrenos.
Nóminas 50
Control de existencias 35
Facturación 20
Contabilidad de ventas y análisis 15
Costes 14
Control de producción 13
Investigación operativa 12
Contabilidad fiscal 9
Programación de la producción 7
Control presupuestario 5
Distribución de suministros 3
"

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