El tren de vía estrecha que unía San Feliu de Guíxols con Gerona se inauguró en 1892 y funcionó como línea de pasajeros y mercancías hasta 1969. Su construcción fue debida al apoyo de los empresarios de San Feliu y bajo Ampurdán, que precisaban un medio de transporte de sus mercancías, sobre todo los manufacturados de corcho de Cassá y Llagostera que salían al mar en San Feliu o a la vía de ancho ibérico en Gerona, dónde terminaba el carrilet. También se utilizaba para el transporte de mercancías desde el puerto de San Feliu hacia el interior. Cuando comenzaba a tomar cierto auge el turismo en la que posteriormente se llamaría "Costa Brava", los pasajeros comenzaron a utilizar el tren para moverse a La Font Picant, en dónde se realizaban estancias en el balneario, y a las playas de San Pol y Playa de Aro.
En 2012 una de estas máquinas quedo instalada en las calles de Girona, entre hacienda y la sede de la Generalitat.
Una de estas máquinas se encuentra en un pequeño museo en Sant Feliu de Guixols.
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