miércoles, 7 de octubre de 2015

Alumbrando París


En el libro "Las maravillas de la electricidad", J. Baille, traducción de Manuel Aranda y Sanjuan, Trilla y Serra Editores, Barcelona, he conocido la referencia al primer empleo de la electricidad para alumbrar la vía pública.

En el libro "Les nouvelles conquêtes de la science. L'électricité", Louis Figuier, he encontrado esta descripción de los hechos.

... Sin embargo, había un inconveniente grave en la linterna simple que Léon Foucault acababa de crear; y este inconveniente, todo el mundo lo podía adivinar. El carbón que queda en las retortas de las fábricas de gas es combustible y se quema en el aire, aunque poco a poco. Estos carbones usados en la linterna (Arco eléctrico) se queman por las puntas, por lo que la distancia entre ellos va aumentando, de forma que al final es demasiado grande, la corriente no pasa, y el arco brillante desaparece; en otras palabras, la luz se apaga.

Para superar este problema Léon Foucault, en su lámpara eléctrica primitiva, colocó cada carbón montado sobre una varilla de metal, que permitía que las puntas de los carbones se acercaran a voluntad. 

El dispositivo fotoeléctrico de Foucault y Donné no permaneció mucho tiempo reducido a las proyecciones y ampliaciones de objetos microscópicos. Fue, como hemos dicho, en 1844 cuando estos dos físicos aplicaron su sistema eléctrico de iluminación a las proyecciones de objetos de anatomía microscópica. Ese mismo año 1844 Joseph Deleuil, un experto óptico de la calle Dauphine hizo testigos a los parisinos del primer experimento de alumbrado público eléctrico que se ha hizo en cualquier lugar del mundo. En diciembre de 1844, a las 8 de la tarde, la plaza de la Concorde se llenó de curiosos, que acudieron de todas las partes de la capital, para asistir a la experiencia que los periódicos habían anunciado el día anterior.


Ilustración de aquel día de la página Look and Learn.

Las jóvenes alojadas en la pensión de la señora Beaurepaire asistieron a esta reunión de la ciencia y, a  a vez, un espectáculo admirable, que satisfizo en gran medida su curiosidad. En toda la multitud la experiencia causó una gran sorpresa, aunque había una niebla espesa, iluminada por la luz eléctrica que inundó toda la plaza de la Concorde. Al pie del Obelisco, a pesar de la noche oscura, se podía leer un periódico, a pesar de la noche oscura y la niebla que cubrían por las zonas no iluminadas.

La luminaria, es decir, los dos puntos de carbón entre los que se producía el arco voltaico, se colocó en el lado de la Rue Royale, en el regazo de la estatua de la ciudad de Lille, y cien elementos Bunsen fueron alojados en el pequeño recinto, cerrado con una puerta de bronce, en la base de la estatua. ...


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