lunes, 28 de marzo de 2016
La ruleta Straperlo
Los juegos de azar –especialmente la ruleta– estaban prohibidos en España, así como en la mayoría de países europeos. Sin embargo, en la década de los 30 del siglo XX, se popularizaron numerosos modelos de pseudorruletas, que funcionaban en los grandes casinos de todo el continente.
En junio de 1934 el holandés Daniel Strauss y su socio Joaquin Perlowitz sobornaron a varios políticos influyentes para poder introducir un nuevo tipo de juego de mesa en los casinos, la ruleta Straperlo. Se trataba de una variación de la tradicional ruleta, que combinaba el azar con distintos cálculos matemáticos, lo que le permitía presentarlo como un juego de diversión donde se utilizaba la destreza mental, lo que permitía saltarse la prohibición que sobre los juegos de azar permanecía en vigor desde la dictadura de Primo de Rivera.
Esta es la descripción de la ruleta en una noticia de la época: “Figúrense una ruleta con el disco fijo. En torno al plato, un canal metálico, por donde sale disparada la bola desde un pequeño cañón, con muelle, disparado eléctricamente. El canal imprime a la bola un movimiento de rotación; esta pasa al plato y sigue su carrera. Cuatro puentes interceptan su paso y detienen paulatinamente su impulso. Según el número de puentes salvados antes de caer la bola en el punto, hay que hacer el cálculo de la jugada siguiente”.
El nombre comercial Straperlo derivaba de los apellidos de los dos socios, Strauss y Perlovitz, y quizás del apellido de la esposa de Strauss, Frieda Lowmann. Con el tiempo, el término estraperlo o straperlo paso a referirse al mercado negro de productos para evitar el pago de impuestos o el control impuesto por el racionamiento de productos de primera necesidad después de la Guerra Civil de 1936.
La ruleta Straperlo funcionó durante unos días en el Gran casino del Kursaal de San Sebastián, el hotel Terramar Palace de Sitges y el hotel Formentor de Palma de Mallorca,
El escándalo de las ruletas salpicó de lleno al líder del Partido Republicano Radical, Alejandro Lerroux, por lo que tuvo que abandonar el gobierno de la República.
El primer lugar en el que se empezó a jugar al Straperlo fue en el Hotel Quellenhof de Aachen, en Alemania, con buenos resultados, sin embargo el auge del nazismo impulsó a Strauss, que era judío, a trasladarse a la vecina Holanda en 1933. Allí comenzaría a funcionar en tres casinos (Scheveningen, Zandvoort y Noordwijk) con un notable éxito que lo convirtió en el juego de moda en aquel país. Sin embargo el éxito les duró escasamente seis meses, ya que la presión de las autoridades locales les obligó a abandonar el país.
La persecución de las autoridades holandesas les trajo a España. Daniel Strauss había vivido varios años en México y hablaba español, lo que sin duda influyó en la decisión.
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