lunes, 25 de abril de 2016

La familia Piccard


El físico suizo Auguste Piccard despegó de Augsberg, Alemania, el 27 de mayo de 1931, en una cápsula presurizada de aluminio unida a un gran globo de hidrógeno. Su intención era llegar a la estratosfera, para medir la actividad de los rayos cósmicos e investigar la teoría de la relatividad de Einstein. Junto a su ayudante, Paul Kipfer, fijaron el récord de altitud en 15,785 metros. Piccard era profesor de física en la Universidad de Bruselas, y un especialista en la investigación de los rayos gamma. Su globo estratosférico, el FNRS (Siglas del Fonds national de la recherche scientifique de Bélgica), hizo un viaje relativamente corto desde Augsburg hasta el glaciar Gurgl en el Tirol austríaco, a lo largo de diecisiete horas.


Los objetivos científicos de la misión eran la observación y la medición de los rayos cósmicos (acerca de su naturaleza, intensidad y movimientos), junto con los análisis químicos del aire y el registro de las temperaturas. Pero el vuelo también se llenó de todo el ambiente de una historia de ciencia ficción. El lanzamiento se desarrolló en un escenario que parecía sacado de la película "La Mujer en la Luna". La góndola cuidadosamente transportada mediante una pequeña vía de ferrocarril desde su hangar al lugar de lanzamiento, enormes reflectores que iluminaban el sitio durante la noche, cientos de trabajadores y espectadores, y los pilotos que vuelven a casa como héroes entre un numeroso público, que desea poner sus iniciales en la cápsula.

La góndola esférica era un diseño de Piccard, que se repitió en las posteriores góndolas estratosféricas, e incluso en las naves Sputnik. Con un peso de 386 Kg totalmente equipada, era una esfera hermética de dos metros de diámetro de aluminio soldado fabricada con la tecnología usada en las cubas cerradas para el almacenamiento de la cerveza. Disponía de botellas de oxígeno puro y un sistema de recirculación del aire para eliminar el dióxido de carbono. La góndola estaba unida a un globo gigante de 30 metros de diámetro, lleno con 14.160 metros cúbicos de hidrógeno. Al expandirse el hidrógeno, calentado por los rayos del Sol se elevó a una velocidad de 32 Km por hora, con su inicial forma de pera. Una vez arriba se transformó en una "esfera perfecta" en palabras de Piccard, convirtiéndose en un rival de la estrella de la mañana, Venus, siendo visible después del amanecer.


El vuelo casi terminó en desastre varias veces. Piccard pasó cerca de media hora tratando de controlar una fuga de aire a través de un agujero de unos dos centímetros de diámetro, en donde debería haberse colocado un instrumento que no encajaba. Al fin se pudo sellar con un tejido y pasta adhesiva, después de escuchar con ansiedad el silbido del aire saliendo. El calor del Sol calentó el interior de la góndola hasta alcanzar los 40º C. El intenso calor reblandeció las juntas de goma, haciendo que aumentase el escape de aire. Al final del vuelo se rompió la cuerda que accionaba la válvula de descenso, por lo que Piccard tuvo que esperar a la puesta de Sol y con ella el descenso de temperatura que permitiera que el globo descendiera con seguridad..


Se repitió la hazaña con un segundo vuelo de doce horas, el 18 de agosto de 1932, utilizando el mismo globo, pero con una góndola diferente, llegando a la altura de 16.200 metros, volando desde Dübendorf (Suiza), hasta el lago de Garda en Italia, junto con su alumno Max Cosyns, que a su vez, utilizó el mismo globo el 18 de agosto de 1934, con el copiloto Neree van der Elst, viajando desde Hour Havanne, en Bélgica, hasta Zenavelje, en Yugoslavia, a lo largo de 1.800 kilómetros de distancia y alcanzando una altitud máxima de 15.500 metros.



Auguste Piccard tenía un hermano gemelo, Jean, que emigró a Estados Unidos en la década de 1920. Jean también estaba interesado en la exploración de la estratosfera y realizó un vuelo de este tipo con su esposa Jeanette el 23 de octubre de 1934, llegando a 16.123 metros de altitud.



La URSS realizó su primer viaje estratosférico el 30 de septiembre de 1933 con el lanzamiento del Stratostat SSSR, de 5 metros de diámetro. La góndola esférica era una única pieza de duraluminio de tres milímetros de grosor, con ojos de buey, tanques de oxígeno, un sistema de eliminación de dióxido de carbono mejorado y controles de descenso electrónicos. Alcanzó una altitud de 18.500 metros, aunque por razones políticas ninguno de los registros fueron reconocidos por la Federación Aeronáutica Internacional. 


Auguste Piccard y su hijo Jacques diseñaron y pilotaron el batíscafo Trieste, tras abandonar la construcción del FNRS-3, por su falta de acuerdo con la marina francesa.


El batíscafo constaba de dos partes, una esfera de acero con paredes de 10 centímetros de grosor y capacidad para dos personas, y un tanque superior de 15 metros de largo, con capacidad para 106 metros cúbicos de gasolina y aire (85 m³ de gasolina), este carburante tenía una función de flotabilidad y no de combustible. Esta parte también tenía un lastre de granalla de hierro de entre 9 y 16 toneladas, que eran expulsadas en las maniobras de ascenso.


La esfera fue construido por la Società Terni, en las secciones de fundición y calderas, compuesta por dos hemisferios forjados y templados en aceite. Para soportar la presión de 110 MPa, 1,25 toneladas por centímetro cuadrado, las paredes de la esfera tenían un espesor máximo de 12,7 cm, y toda ella pesaba 13 toneladas. El casco fue construido en el astillero de Monfalcone por Cantieri Riuniti de Trieste, en el Adriático, hacia el final de 1952. Las dos ventanas disponían de gruesos bloques cónicos de plexiglás que podían soportar altas presiones. La iluminación exterior utilizaba lámparas de cuarzo especiales, capaces de soportar presiones superiores a 1.000 atmósferas. El montaje del conjunto se hizo en los astilleros de Castellammare di Stabia (NA) y la primera inmersión se llevó a cabo el día 26 de agosto de 1953, en las aguas de Capri, cerca de Nápoles.


Su construcción fue financiada en gran parte por el Consejo de la ciudad italiana de Trieste, de la que recibió el nombre. El batiscafo Trieste realizó hasta 48 inmersiones hasta que en el año 1957, atraído por sus éxitos, fue adquirido por el Laboratorio de Electrónica Naval de los EE.UU., por un importe de 250.000 dólares, que lo transfiere a la marina bajo el control de Jacques Piccard. Posteriormente se utilizaría para la localización e inspección de los submarinos nucleares accidentados: el USS Threster y el USS Scorpio, para jubilarlo en 1963. La marina de Estados Unidos llevó al batiscafo al límite de sus capacidades, y realizándole algunos cambios como el reemplazo de su esfera de presión, lo hizo la pieza fundamental del “Proyecto Nekton”, con el que llevó a cabo siete inmersiones profundas, incluida la proeza del 23 de enero de 1960.


Ese día, a unos 338 km de las islas Guam y capitaneado por Jacques Piccard y el tripulante Don Walsh, el batiscafo Trieste se internó en las misteriosas aguas de la Fosa de las Marianas con el objetivo de llegar al desconocido Abismo Challenger, a casi 11 km de profundidad. Los tripulantes sabían el riesgo al que se exponían, el más mínimo fallo, un pequeño rasguño en uno de los ojos de buey (el punto más débil del Trieste) o en cualquier otra estructura podría ser fatal, ya que a esas profundidades la presión de miles de toneladas podría acabar con sus vidas en pocos segundos. Así, el batiscafo comenzó su descenso superando lentamente las zonas epipelágica y mesopelágica del océano, donde incide la luz solar y se desarrolla la mayor parte de la vida, aproximadamente hasta los 200 metros de profundidad. A partir de ahí cada vez la oscuridad era más notable, en lo que se adentraban en la región batipelágica y luego en la abisopelágica, ya a unos 6.000 metros bajo el nivel del mar.


El 1 de noviembre de 2008 murió a los 86 años, en Suiza, Jacques Piccard, titular del récord de descenso en profundidad, 10.916 metros. Había nacido el 28 de julio de 1922 en Bruselas, Jacques Piccard continuó la obra de su padre, el físico Auguste Piccard, inventor del globo estratosférico y el batiscafo.

Bertrand, nieto e hijo de Auguste Piccard y Jacques Piccard, respectivamente, físico e ingeniero ilustres que consiguieron las hazañas referidas, no siente el peso de esa responsabilidad y tiene perfectamente orientada la brújula que ya en 1999, junto a Brian Jones, le llevó a ser el primero en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas. Su profesión de psiquiatra y psicoterapeuta, que incluyen el estudio de técnicas de hipnosis, aplicadas al campo de las situaciones extremas han acabado por blindar una personalidad a prueba de retos.

El avión Solar Impulse II, propulsado exclusivamente con energía solar, aterrizó el pasado domingo en Mountain View, al sur de San Francisco (California, EEUU), tras atravesar el océano Pacífico. El Solar Impulse II, pilotado por uno de sus inventores, Bertrand Piccard, realizó un vuelo de tres días y tres noches desde Hawái sin ningún tipo de carburante, solo impulsado por tecnologías limpias, en un recorrido de 4.528 kilómetros. Había partido del aeropuerto de Kalaeloa a las 16.15 del jueves.

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