lunes, 2 de mayo de 2016

Do it yourself Wheelchair


Do it yourself Wheelchair es el nombre con el que los estudiantes de ESEIAAT Bernat Villa y Adrià Sallés han bautizado su silla de ruedas, diseñada y construida por ellos mismos con materiales de fontanería, pero con una utilidad y resistencia a prueba de toda tipo de terrenos. La silla es el resultado de su proyecto final de grado en Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto, dirigido por Tomeu Ventayol, profesor de la ESEIAAT y miembro de la Fundación CIM, quien les propuso la realización de un objeto con utilidad real y práctica.


Bernat Villa y Adrià Sallés son dos estudiantes del grado en Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Ambos han diseñado y han creado, como proyecto de fin de grado, una silla de ruedas de bajo coste, que personas cercanas a los usuarios pueden montar fácilmente y que está destinada a los países en vías de desarrollo. Dirigido por el profesor Tomeu Ventayol, el proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Isidre Esteve, Cruz Roja y la Fundación Deporte Solidario Internacional (ESI), que ya trabajan para facilitar el uso de la silla en África.

Unos 70 millones de personas en el mundo necesitan una silla de ruedas pero sólo el 15,5% la puede adquirir, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).En la India el 47,8% de las personas con discapacidad tienen que arrastrarse ellas mismas, mientras que el 38,6% utiliza un bastón o muleta y el 9,7% no tiene ninguna posibilidad de moverse fuera de la cama. El 78% de las personas con discapacidad motriz tratadas en este país nunca tuvo acceso a una silla de ruedas.


La pareja de estudiantes ha diseñado y construido la silla con sus propias manos y utilizando materiales de fontanería, aunque con una utilidad y resistencia a prueba de todo tipo de terrenos. Está fabricada con tubos de PVC adquiridos en una ferretería, dos ruedas de bicicleta, dos ruedas de carretilla de hipermercado, tornillos y tuercas.

Otra virtud es el tiempo de montaje. "Cualquier persona puede montarla y desmontarla en un cuarto de hora con el material que necesite; basta con que la primera vez consulte un tutorial muy intuitivo que hemos elaborado", afirman Vila y Sallés,

Además, el diseño de la silla DIY Wheelchair contempla dos tallas conceptualizadas, la Standard o talla media y la Kids, para niños, con un peso que oscila entre los 15 y los 20 kilos. La vida útil del cualquier modelo es de entre tres y cinco años, en condiciones normales de uso. Por su montaje cuenta, además, con un equipo de herramientas, así como de recambios por si hay que hacer reparaciones.

Una vez montada, la silla tiene las mismas prestaciones y ofrece la misma confortabilidad que las sillas de ruedas convencionales: dispone de cojín en el asiento, de reposapiés, de empuñadura para empujarla, de respaldo y de ruedas autopropulsables (es decir, que las personas usuarias podrán hacer rodar para tener así más autonomía).

A la hora de proyectarla, sus creadores se plantearon un objetivo triple: contribuir a la inclusión social de personas con discapacidad en los países en vías de desarrollo, mejorar la movilidad para personas con pocos recursos y promover la utilización de recursos propios para fabricar la silla. Por ello, este proyecto ha sido incluido dentro del programa Do it yourself de la Fundación Isidre Esteve, que pretende facilitar herramientas para mejorar la vida de las personas en países en vías de desarrollo utilizando la ingeniería y fomentando las actividades físicas y lúdicas.

Las organizaciones Cruz Roja y la Fundación Deporte Solidario Internacional se han interesado en esta silla de ruedas y están colaborando para que se pueda empezar a utilizar en Senegal. Otras ONG que colaboran con el proyecto son la Fundación ACAPS, Medicus Mundi Catalunya, Obra Social de San Juan de Dios, Fundación Step by Step, Gracare, Asociación Rostros, Colores y Sueños y la Fundación Vicente Ferrer.

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