La revolución robótica ha desembarcado oficialmente en China. La multinacional taiwanesa Foxconn, el mayor fabricante de móviles del mundo, que ensambla terminales de casi todas las marcas, entre ellas Apple y Samsung, ha decidido reemplazar a 60.000 de sus trabajadores chinos por robots. Las máquinas realizarán las tareas más mecánicas y repetitivas de la cadena de montaje. La empresa ha informado que su centro de producción en la localidad de Kunshan, cercana a Shanghái, seguirá necesitando a seres humanos, pero no ha especificado si los trabajadores reemplazados serán despedidos.
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