Se denomina fabricante de equipos originales (en inglés: Original Equipment Manufacturer, OEM) a la empresa que manufactura productos que luego son comprados por otra y vendidos al por menor bajo la marca de la empresa compradora. En China existen muchas de estas empresas dedicadas a la fabricación de productos electrónicos.
En el mundo de los teléfonos móviles, la empresa que acabará vendiendo el producto puede elegir un modelo del catálogo de genéricos y la OEM le pondrá su logotipo -como hizo BQ en sus inicios-. Para esto el pedido mínimo es de 20 unidades y el terminal más barato que se fabrica cuesta unos 280 yuanes (38 euros). En esta OEM ubicada en la sureña ciudad de Shenzhen, en el corazón de las manufacturas de electrónica de China, trabajan casi 200 empleados.
Otra opción es que la marca extranjera haga su propio diseño, elija las especificaciones, y envíe todo para que se fabrique su modelo -que es lo que hacen actualmente compañías como BQ o Wiko-. El pedido mínimo es de mil unidades, sale un poco más caro, pero es la mejor opción para diferenciarse en el mercado.
Un presupuesto para un smartphone de gama media: una pantalla FHD de 5,5 pulgadas, procesador Mediatek Helio P10, 3 GB de RAM, cámara Sony de 12 megapíxeles, lector de huellas dactilares, y cuerpo metálico. Con 10.000 unidades podría dejarlo en unos 319 yuanes (43 euros), a lo que habría que añadir algo más por las licencias.
Esta es una fábrica pequeña con tecnología estándar que se ha especializado en producir aparatos para pequeñas empresas, sobre todo de países en vías de desarrollo. Trabajan con diferentes proveedores de componentes, pero no acceden a la gama alta.
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