viernes, 4 de mayo de 2018

El "Juan Carlos I" navegando hacia Kuwait


El buque insignia de la Armada Española partió el pasado miércoles desde Rota para una misión en Irak. Cuatro aviones de caza 'Harrier' viajan sobre la cubierta de vuelo del mayor buque de guerra diseñado y construido íntegramente en España mientras éste navega hacia el Golfo Pérsico.


En sus 232 metros de eslora y 32 de manga el 'Juan Carlos I' alberga en esta ocasión 403 personas. De ellas, 282 son miembros de su dotación, 95 de la Unidad Aérea Embarcada (UNAEMB), que consta de los cuatro 'Harrier' y dos helicópteros ‘Sea King' y 20 del Grupo Naval de Playa, para operar las dos embarcaciones de desembarco anfibio LCM que viajan en los diques inundables del buque.

Los seis militares restantes son miembros del Ejército de Tierra, encargados de los helicópteros que el portaaeronaves tiene la misión de llevar hasta Kuwait. Son tres ‘Chinook HT-17’ y dos ‘Cougar HT-27’ de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y desde este país del Golfo Pérsico se desplegarán en la base de Taji, en Irak, para integrarse dentro de la coalición internacional que lucha en Irak. La labor de esta unidad, al mando de la que está la comandante de La Línea Gala Gallego, será realizar tareas de transporte entre Bagdad, Besmayah y Taji, las tres localidades iraquíes con presencia de tropas españolas.

Esta es la primera misión en el exterior para el buque de proyección estratégica 'Juan Carlos I' en sus ocho años de vida al servicio de la Armada (fue botado en Ferrol en 2008 y entregado a la Armada en 2010). Durará unos dos meses y en este tránsito le acompaña como escolta la fragata 'Blas de Lezo'. En unos 20 días llegará a Kuwait, tendrá la mitad de la misión cumplida. A la vuelta, hará parada en Bombay (India) y Alejandría (Egipto), unas escalas con las que, asegura el Ministerio de Defensa, «la Armada contribuye a los intereses de la industria de defensa nacional, así como, con su presencia, a la estabilidad en áreas de interés en el norte de África establecidas en la Estrategia de Seguridad Nacional».

La comandante Gala Gallego asegura que la amenaza contra los helicópteros en Irak es “muy baja”. Aunque un Pave Hawk HH-60G estadounidense se estrelló el pasado 15 de marzo junto a la frontera siria, muriendo sus siete ocupantes, los informes de inteligencia aseguran que no fue derribado sino que sufrió un fallo mecánico.

Pese a ello, la comandante advierte a sus hombres de que “no hay que bajar la guardia” y repasa una y otra vez las medidas de autoprotección, tanto activas como pasivas: tiradores a bordo, blindaje balístico, bengalas y otras que no quiere revelar. “Como en Afganistán, la amenaza en Irak es un enemigo asimétrico, muy camuflado en la población civil, al que es prácticamente imposible detectar”, explica.

Embutida en su mono de piloto, parece una mujer menuda y frágil, pero rodeada de sus subordinados —varios de los cuales le sacan algún palmo—, o a los mandos de un helicóptero de nueve toneladas, se agiganta.

El Ejército de Tierra ha puesto a esta comandante de 42 años, natural de La Línea de la Concepción (Cádiz), al frente del contingente de cinco helicópteros y 74 militares, nueve de ellos mujeres, que en mayo se desplegará en Irak. Nunca antes una mujer había mandado una unidad operativa de las Fuerzas Armadas españolas en zona de conflicto. El único precedente es la teniente coronel Ana Betegón, que en 2014 dirigió un hospital de campaña en Afganistán.



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