Hoy, una onza de rodio se cotiza por encima de los 2.400 dólares (2.050 euros al tipo de cambio actual). En 2016 costaba 645 dólares (551 euros). La fórmula de este repunte se debe a una simple ecuación: una menor oferta —causada por los problemas abastecimiento en Sudáfrica, productora del 81,7% de este mineral— y una mayor demanda, derivada de estándares de emisiones contaminantes más estrictos, explica Ben Davis, analista en Liberum Capital, un banco de inversión británico. “Su valor ha aumentado porque el mercado cree que habrá escasez a medida que se pongan más exigencias a la industria automotriz”, añade el experto.
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