martes, 9 de octubre de 2018
Fábrica de papel de Villarluengo
A unos siete kilómetros de Villarluengo se encuentra una zona conocida por 'Las Fábricas', que debe su nombre a que en este lugar, en el siglo XVII, se levantó una fábrica de papel para lo que se aprovechó la fuerza de las aguas del río Guadalope. Fue en el año 1789 cuando la familia de los Temprado de Villarluengo, en sociedad con industriales franceses instaló lo que fue la primera fábrica de papel continuo que existió en Aragón y también en España. En esta empresa se fabricaron papel continuo, sobres, papeles rayados y papel moneda. Estas fábricas, al menos durante 150 años fueron el motor de los tres pueblos más cercanos: Montoro de Mezquita, Villarluengo y Pitarque.
Desde el río Pitarque se trajo un canal de dos metros de ancho para que el agua empujara con fuerza las amplias palas de la rueda hidráulica, dando las revoluciones necesarias para las máquinas. Se producía abundante y buen papel que transportaban en borricos y mulas. A la vuelta cargaban trapos por los pueblos, que se utilizaban para fabricar el papel. Pasado el tiempo, la fábrica pasó a manos de capitales franceses, durante unos 100 años, en los que surtía al mismo Madrid (Ministerio de Hacienda) con Papel de Estado y Papel Moneda. En aquellos momentos también se edificaron viviendas para los trabajadores, con capacidad para unos 200.
Al cesar en su actividad la fábrica de papel pasó a manos de la familia Bonet, de Villarluengo, que la convirtió en una fábrica textil con 24 telares y una importante producción de fajas.
Sobre el año 1870 los Bonet venden la fábrica a la familia Artola de Villarluengo. Los nuevos propietarios adquieren más maquinaria llegando a tener hasta 46 telares, lo que produjo la ampliación de las instalaciones creando dos nuevas fábricas. Se utilizaba la lana de las abundantes ovejas de la comarca y su producción llegaba hasta Túnez, Egipto y Turquía. Para lavar la lana se instalaron unos modernos lavaderos de la Casa Turú de Sabadell, que supusieron para aquellos tiempos una fortuna.
Con estas nuevas instalaciones nacieron las fábricas de Arriba y Abajo, llamándose la antigua, la de Enmedio. Se construyó un nuevo dormitorio para los obreros con 90 camas y un servició de comedor. Se construyó una Capilla en honor de Sta. Lucía y la Virgen del Rosario y una escuela mixta de la Empresa, luego nacional, para unos 50 niños. Al caer en desuso las fajas, se empezó a trabajar en lona para costales o talegas, alforjas y finalmente en tejidos e hilos, requiriendo de una nueva renovación de la maquinaria. Su tendido eléctrico fue el primero que hubo en la provincia tras el de la capital, Teruel.
Al estallar la guerra civil las instalaciones quedaron en zona republicana y su producción fue destinada a suministros para el ejército, como capotes y gorros.
Después de la guerra la familia Artola convirtió la empresa en Sociedad Anónima, hasta que cerró hacia el año 1958.
Hoy en día en la fábrica de 'Arriba' funciona una piscifactoría, en la fábrica de 'Enmedio' un Hostal, llamado 'El Hostal de las Truchas' y la fábrica de 'Abajo' está igual que cuando se cerró.
Algunos de los ejemplos más característicos de los ingenios hidráulicos del Maestrazgo se pueden encontrar en Villarluengo o Villarroya de los Pinares. En la primera localidad la antigua fábrica de papel del siglo XVIII y que actualmente está abandonada. Del mismo modo, Villarroya de los Pinares llegó a ser una de las principales industrias textiles de la provincia en el siglo XVI y XVII.
Hace unos días estuve en la fábrica abandonada, la de abajo.
Aprovechando el viejo canal, junto a la fábrica existe una central hidroeléctrica. Este es su limpiarrejas hidráulico, que estaba funcionando. Tenía la tapa del cuadro de control abierta, no se si por abandono, o porque el responsable de mantenimiento estaba en el lugar.
Este es el poste en el que se conecta el generador de la central eléctrica a 20.000 voltios.
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