Hace poco más de un mes utilice para teñir el
florero que había construido de madera de olmo. Para teñirlo he utilizado unos racimos de frutos de
Phytolacca, una planta perenne, originaria de Norteamérica, Sudamérica, este asiático y Nueva Zelanda. Para ello fui aplastando contra la madera, los granos de fruta con una cucharilla pequeña, hasta embadurnarla completamente. Después de dejarlo reposar un tiempo, limpié el sobrante con papel.
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