lunes, 25 de febrero de 2019

Jose María Gurtubay Meaza


Simón Gurtubay Zubero fue bautizado el 16 de mayo de 1800 en Igorre. Se trasladó a Bilbao y según el censo policial de 1825 fue de niño a la villa. En ese año era soltero, tenía 24 años y se ganaba la vida como zapatero en Bilbao. Vivía en la calle Somera 28-1º piso. Se casó con Rosalía Meaza Basterra nacida en Orozko el 19 de febrero de 1803.


Los padres de Simón habían poseído un caserío en Dima y otra rama de esa familia tenía su solar en Castillo Elejabeitia,algunos de estos desempeñaron según fuero de hidalguía, cargos municipales. Simón llegó a Bilbao hacia 1820 y se hizo bacaladista.

En Igorre había numerosos Gurtubay, uno de ellos Esteban Gurtubay en el año 1825 era albeitar (primitivo veterinario), casado con Lucia Ibarreche. Los demás Gurtubay eran labradores, lo mismo que los padres de Simón, Baltasar labrador y su mujer María Zubero, el tenía 63 años y ella 60 años en el padrón de 1825.

Simón era un hombre del pueblo sin mucha instrucción que nunca supo firmar y lo hacía su hijo por él, esto era algo muy raro en la comunidad mercantil de Bilbao y también explica el entorno social en el que vivió que era muy modesto.

En el año 1.824, el gobierno estableció el monopolio estatal del bacalao. Todas las importaciones de bacalao tenían que tener el control gubernamental. Muchos comerciantes intentaban burlar los controles con pequeños pedidos que fuesen difícilmente detectables. Entre estos pequeños comerciantes se encontraba Simón Gurtubay.

En noviembre de 1835 Simón Gurtubay envió un telegrama a sus proveedores ingleses en el que les pedía que le enviaran “100 ó 120 bacaladas primera superior”. Sin embargo, el mensaje fue interpretado como “Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 1000120 bacaladas primera superior”, convirtiéndose en un pedido de un millón ciento veinte bacaladas.

En circunstancias normales, un pedido de esa magnitud habría causado la ruina de cualquier empresario, pero Gurtubay tuvo la “suerte” de que a comienzos de 1836 se inició el Sitio de Bilbao de la primera Guerra Carlista. Mientras la ciudad quedaba desabastecida tanto por tierra como por mar, el comerciante tenía un millón de piezas de bacalao en sus almacenes.

Cuando intentaba vender parte del pedido en Galicia y Asturias, Bilbao fue sitiada por el General Zumalacárregi y aquel cargamento permitió alimentarse a Bilbao durante el sitio dotando a Gurtubay de una inmensa fortuna, que al participar en la proyección del Ensanche, en el nacimiento del ferrocarril Bilbao-Tudela, en la fundación del Banco de Bilbao, del que fue nombrado consejero el 27 de agosto de 1866, en la creación de la fábrica de refino de petróleo Fourcade & Gurtubay en 1868 y en muchas otras iniciativas empresariales.

Esta afortunada coincidencia no solo permitió que los habitantes de Bilbao pudieran alimentarse durante varios meses e inventaran numerosas formas de cocinar este pescado, sino que reportó grandes beneficios para el comerciante, que muy pronto amasó una gran fortuna y extendió su actividad a otros sectores, como la construcción o la banca.

Jose María Gurtubay y Meaza fue Consejero del Banco de Bilbao. También concejal de Bilbao, en el ayuntamiento constituido en diciembre de 1872 y presidido por Francisco Mac Mahon. Fue uno de los principales donantes particulares (con medio millón de pesetas de la época) en la compra de los terrenos del Hospital de Basurto, por lo que, debido a ello, uno de los pabellones y la calle tangente a dicho hospital llevan su nombre. Asimismo se debe a su generosidad la construcción del hospital de Igorre, lugar de procedencia de su familia, y el proyecto del Hotel San José, sanatorio dirigido por el doctor Areilza, en terrenos inmediatos a La Casilla. Fue también mecenas del pintor Antonio Lecuona y Echaniz.

El 7 de octubre de 1889, José María Gurtubay y Meaza compra las minas Casualidad, Tomasito, Pepita, Presentación, Chomin, La Bilbaina y Capriles, todas ellas situadas en La Valcueva, a Manuel Allende y Villares, Tomás Allende y Alonso, Manuel de Orbe e Ipiña y Juan Bautista Rochet. A su vez, y junto a las minas de Manuel García Viñuela, las vende en 1890 a la Sociedad Carbonífera de Matallana, que había nacido el 6 de marzo de 1890, presidida entonces por Arturo Conde.

Juan de Gurtubay Meaza,vivía en un chalet en el Campo Volantín con su esposa Adelaida González de Castejón y sus hijos Rosario y Juan José.

María del Carmen de Gurtubay y Alzola (Madrid 1910 † París 1959) fue la única hija de Juan de Gurtubay y González de Castejón y de Blanca de Alzola y González de Castejón, I marquesa de Yurreta y Gamboa.

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