lunes, 20 de mayo de 2019

Conciencias contra bolsillos


A principios de 2018, China, a donde iban a parar el 45% de todos los residuos plásticos que se generaban en el mundo, implantó una nueva normativa medioambiental, lo que llevó a reducir estas importaciones.

En el mundo se produjeron unos 335 millones de toneladas de plástico el año 2016, con una previsión de llegar a los 1.000 millones de toneladas en 2050. De todo ese plástico se recicla algo así como un 9%.


Según un estudio realizado en 2018 por un grupo de científicos del Instituto de Nuevos Materiales de la Universidad de Georgia, desde 2018 hasta 2030, cerca de 110 millones de toneladas de residuos plásticos tendrían que ser relocalizados, debido a la nueva normativa china. Es algo más de lo que China ha venido gestionando desde 1992 (Unos106 millones de toneladas).

En 2016, un total de 123 países exportaron 14,1 millones de toneladas de residuos de plástico, de los que más del 72% tuvieron como destino China y Hong Kong, que en realidad actúa como otro puerto de entrada a China, exportando allí el 63% de lo que le llega. Los países más desarrollados, con la Unión Europea a la cabeza, han liderado las exportaciones de desechos plásticos desde 1988, contribuyendo al 87% del total.


Según la patronal del plástico Plastics Europe, el 40% de todo el plástico que se fabrica en el mundo se usa para envases, envoltorios y productos de un solo uso, que son los que más rápidamente terminan convirtiéndose en basura por su corta vida.

Desde 1950, se han producido 8.300 millones de toneladas de plástico (6.300 millones ya son desechos, según Science Advances), una cifra que será cuatro veces superior en 2050 (34.000 millones de toneladas). El problema es que todo está hecho de plástico, un material que puede tardar entre 100 y 1.000 años en descomponerse.

La mayoría de países del mundo acaban de regular el comercio de los residuos plásticos. Unos 11,23 millones de toneladas recorrieron, en 2017, el planeta embarcadas en contenedores de mercancías, antes de la regulación. Pero los 187 países que forman parte del Convenio de Basilea han decidido modificar ese tratado para regular este tráfico.

En 2016, Ecoembes ingresó 444 millones de euros en concepto de Punto Verde pagado por más de 12.000 empresas envasadoras y distribuidoras (están obligadas a ello por ley). Además, también ingresó 50 millones por la venta del material recuperado para su reciclaje, una vez que los residuos de envases han pasado por las plantas de selección donde se separan por tipos de material.

Por tanto, el total de los ingresos de Ecoembes en 2016 fue de 494 millones de euros. De las cerca de 1,8 millones de toneladas de envases colocadas en el mercado, 1.399.582 millones de toneladas de envases domésticos han sido recuperados, tratados y reciclados en 2017.

En 2010 la empresa Trans Sabater produjo casi 70.000 toneladas de combustibles derivados recuperados (CDR2). La industria del cemento absorbía el 35% de este combustible alternativo. También recuperó plásticos, papeles, metales y madera para su reutilización. En esos años exportaba el 40% del plástico reciclado a lugares como China.


Se puede encontrar más información de reciclaje de plástico en Cicloplast.

Se estima que unos 8 millones de toneladas de plástico acaban en el mar cada año.

Según el informe del Centro Helmholtz para la investigación medioambiental (UFZ), con sede en Leipzig (Alemania), tan sólo diez ríos son responsables del vertido del 95 % de las 2,75 millones de toneladas de basura plástica procedentes de los ríos del planeta y que acaban en el mar por la acción de las corrientes. ¿De donde proceden los otros millones de toneladas de residuos plásticos?

Estos diez ríos de plástico son el Ganges (India), Indo (India), Yangtsé (China), Río Amarillo (China), Amur (Rusia-China), Hai (China), Río de las Perlas (China), Mekong (Indochina), Nilo y Níger, estos dos últimos en África.

Resumiendo, los países más desarrollados y ricos quieren la basura lejos de casa y, si pueden, la exportan a terceros países. China importó grandes cantidades de residuos plásticos mientras tuvo un bajo nivel de vida y necesitaba materias primas baratas y ocupar a muchos miles de sus ciudadanos con lo que fuere. Ahora que su nivel de vida crece su preocupación medioambiental también. Para acabar, nuestra preocupación medioambiental es directamente proporcional a nuestros ingresos y no llega mucho más allá de unos centenares de kilómetros o algún millar de ellos. A distancias más largas no nos importa como alguien se deshaga de nuestros residuos. Queremos mucho al medio ambiente, pero mucho más a nuestros pulmones y a nuestra cartera.

Si al año se producen unos 330 millones de toneladas y se recicla el 10%, nos quedan sin reciclar unos 300 millones de toneladas que vienen a ocupar unos 300 millones de metros cúbicos. Algo así como un bloque de plástico que cruce España de norte a sur de unas dimensiones de 20 por 20 metros. Una barbaridad.

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