domingo, 11 de abril de 2021

Fábrica ASLAND del Clot del Moro

Eusebi Güell y Bacigalupi, junto con otros empresarios como Joaquín de Abadal y Calderó, propietario de los terrenos en el Clot del Moro, Manel Arnús y Lluís Ferrer-Vidal fundaron en 1901 la empresa General de Asfaltos y Portland, Asland, SA e iniciaron el proceso de construcción de la fábrica. El nombre Asland se deriva de las palabras Asfalto y Portland.

En su juventud Eusebi Güell realizó estudios de mecánica, economía y derecho en Barcelona, Francia e Inglaterra. En el año 1871 contrajo matrimonio con Isabel López del Piélago y Brú, hija de Antonio López y López, el marqués de Comillas, por lo que llegó a ser consejero de las empresas de su suegro, el Banco Hispano Colonial, la Compañía General de Tabacos de Filipinas y la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Asociado con Ferran Alsina, monta en Santa Coloma de Cervelló una fábrica textil de panas, que fue la base de la Colonia Güell (1891), a donde trasladó la actividad productiva del Vapor Vell, intentando evitar los conflictos laborales barceloneses, y en donde llegaron a trabajar mas de 1.200 obreros. 

A principios del siglo XX Eusebi Güell conoció a José Francisco Navarro Arzac, empresario de origen vasco afincado en Estados Unidos. 

José Francisco Navarro Arzac nació en la Parte Vieja donostiarra en 1823. Entre 1835 y 1838 estudió en la Real Academia Naval Española, en Cádiz. Como consecuencia de la I Guerra Carlista, en la que fallece su hermano, con tan solo 15 años decide probar fortuna en La Habana, donde trabaja en el taller mecánico de su tío, Basilio Navarro, a la vez que estudia en la universidad. Además, aprendió inglés gracias a su contacto con empresarios y técnicos estadounidenses que trabajaban en la construcción de ferrocarril. Ya entonces apuntaba maneras, poseía varias patentes de inventos suyos.

Navarro fundó en 1855 el banco Mora y Navarro. En 1857 se casa con la hija de un banquero y empresario del sector ferroviario de origen holandés de las Antillas. Su enlace con la joven Ellen Amelia Dykers le abre las puertas al mundo de los negocios y las finanzas. En 1859 construyó el buque "Matanzas", el primer vapor de hierro botado en Estados Unidos. En 1865 creó una compañía de vapores para la ruta entre Estados Unidos y Brasil. Con el fin de diversificar su incipiente imperio empresarial, también en 1859, funda la compañía de seguros "The Equitable Life Assurance Society of the United States", que operaba en España con el nombre de "La Equitativa".

En 1870 Navarro construyó el edificio más alto, el Equitable Building, el primer inmueble con ascensores y en el que había multitud de oficinas. Navarro fue amigo y socio de Thomas Alba Edison en varios negocios relacionados con la iluminación por incandescencia. Incluso Edison le cedió los derechos de la patente de su invento de la luz eléctrica incandescente para las Antillas y todas las provincias españolas en Ultramar. Navarro aprovechó esta ventaja para financiar, junto con la compañía JP Morgan la instalación de la electricidad en Cuba. Su empresa Keysonte Cement Company, ubicada en Coplay, producía el mejor cemento Portland del país, lo que posibilitó que la firma tomará parte en las obras del canal de Panamá.

Aprovechando los contactos proporcionados por Francisco Navarro, Eusebio Güell realizó el encargo del diseño y la maquinaria para su factoría de cemento Pórtland de seis hornos rotatorios a empresas de Estados Unidos, como la Allis-Chalmers de Milwaukee y la Pelton Water Wheel de San Francisco, que construyó las turbinas. Navarro también le proporcionó los arquitectos para el proyecto, Rafael Guastavino e Isidoro Pedraza de la Pasqua. Utilizaron la bóveda catalana en las cubiertas de la fábrica, lo que proporcionaba un aspecto formal semejante a un gran caparazón de tortuga. La fachada simétrica con un gran anagrama de la Compañía en el centro de una sucesión de arcos de gran tamaño. La fábrica se construye en 14 niveles que aprovechan la pendiente de la montaña hasta formar un desnivel de unos 50 metros, el cual sigue el proceso de producción, comenzando por la planta superior donde se carga la piedra hasta el nivel más bajo donde el cemento se almacena para su transporte. 

Se decidió realizar la fábrica en dos fases, que según el diseño serían simétricas, de las cuales se comenzó por acabar una primera y la segunda que se dejaría para más adelante, nunca se llego a construir. La energía necesaria para la factoría la proporcionaban unas turbinas Pelton, alimentadas por una tubería forzada que conducía el agua del Llobregat desde una toma situada poco después de su nacimiento, en Castellar d N'Hug. 

Para la construcción se hubo de escavar 60.000 metros cúbicos de roca, utilizada después para levantar los muros de la propia fábrica y otras construcciones adjuntas. La fábrica en su primera fase ocupó más de 5.000 metros cuadrados. y con el resto de edificaciones pasaba de los 10.000 metros cuadrados. El empresario barcelonés de la construcción, Juan Miró de la Sociedad Miro Trepat y Compañía, comenzó a preparar los 14 niveles y a levantar las paredes a finales de 1901.   

La fábrica Asland fue comprada completamente a empresas americanas, es decir, fue diseñada, equipada, instalada y operada por ingenieros estadounidenses. Una vez fabricada la maquinaria fue transportada en barco hasta el puerto de Barcelona a bordo de los buques mercantes Montserrat, Montevideo, León XIII, Manuel Calvo y Buenos Aires de la Compañía Trasatlántica. Una vez en Barcelona, se transporto por ferrocarril a las estaciones de Olvan por la vía de Manresa y las piezas de mayor peso fueron vía Ripoll. Desde las estaciones de Olvan y Ripoll, el material se desplazo muy lentamente en caballerías salvando una distancia de 30 km. de mal camino hasta la fábrica. A mediados de 1902 comenzaron a llegar las primeras piezas. 

Para transportar las piezas de mayor tamaño desde el ferrocarril a la fábrica, se compró un tractor a vapor de la compañía Best Manufacturing Company de San Leandro, California. El locomóvil tenía 15 toneladas de peso y podía arrastrar seis vagones de 18 toneladas de carga máxima.

El transporte y montaje de la maquinaria fue supervisado por ocho ingenieros y cinco técnicos auxiliares de Milwaukee, Nueva York y California. Entre ellos destacó el ingeniero de pruebas del Departamento de edificios de Nueva York, William Wallace Ewing, cuya firma aparece en casi todos los planos. También hubieron cinco técnicos auxiliares de los cuales Tucker se quedo al finalizar las instalaciones como responsable jefe de la zona seca. Todos ellos se alojarían con sus familias en un edificio de apartamentos de tres plantas que disponía de todos los servicios necesarios. La estancia de los americanos, estuvo prevista mientras durase la ejecución de las obras y la puesta en marcha de la producción.

Con los apartamentos de los ingenieros, como construcciones de servicios, se incluían también una capilla de estilo románico, un pequeño cuartel para la guardia civil que custodiaba la dinamita, viviendas, almacenes, talleres, dependencias ferroviarias, etc. Poco a poco toda la zona se fue urbanizando como una colonia industrial.

Quizás la construcción más significativa fue el Chalet del Clot del Moro, de arquitectura modernista, destinado al hospedaje de los altos cargos de la empresa como el director y otros visitantes de la fábrica. Años más tarde estuvo en el chalet tomando un refrigerio, tras su visita a la fábrica con todo su séquito, el Rey Alfonso XIII.

El año 1905 había en España tres fábricas de cemento artificial tipo Portland. La primera se había instalado en Tudela-Veguín, en Asturias y estaba en funcionamiento desde el año 1898-99. La segunda fue la de Añorga, en Guipúzcoa, construida el año 1900 i que comenzó a funcionar el año 1901. La tercera fue la fábrica Asland del Clot del Moro, que comenzó su actividad el 25 de julio de 1904.

El año 1916 ya se habían construido seis más, en Olazagutia (Navarra), Matillas, Esquivias, la fábrica de la Sociedad Portland Ibérica en Castillejo (Toledo), la fábrica de Butsems y Fradera de Vallcarca, en el Garraf y, la fábrica de La Araña, en Màlaga. 

Esta importante empresa que en pocos años y desde un principio se ha colocado a la altura de las mejores del mundo, tanto en calidad, como en cantidad y economía en los precios, y que permite a las más importantes obras del Estado y particulares no tener que recurrir al extranjero para nada ... La Compañía Asland que data sólo de 1905-1906 en que comenzó a producir cemento portland artificial con una potencia productora de 30.000 toneladas anuales, y que en sucesivas ampliaciones la ha elevado a las 90 o 100.000 toneladas que hoy produce y se propone doblar en breves meses, habiendo adquirido ya para ello, con el resultado de la emisión, la maquinaria correspondiente a una producción de 100.000 toneladas anuales. Con la producción que tendrá dentro de un año (alrededor de 200.000 toneladas anuales), la industria de cemento portland artificial tendrá en España una de las principales fábricas del mundo. («La Industria Nacional del Portland artificial», Revista de Obras Públicas 1916)

Situada entre Castellar de Nuch y La Pobla de Lillet, en la provincia de Barcelona, al pie de un salto de agua de 3.000 caballos de fuerza. Ha sido dotada de toda la maquinaria más moderna, efectuándose la fabricación conforme a los procesos más recientes. La fuerza hidráulica es recogida por nueve ruedas hidráulicas, extendiéndose la tubería sobre 5.000 metros, bajo presiones que alcanzan hasta 31,5 atmósferas. La instalación, repartida en varios edificios, comprende hornos rotativos automáticos, aparatos para el tratamiento de la roca cruda, para su trituración, su pulverización, el secado, la cocción y el enfriamiento, y, por último, para la pulverización definitiva.5 («La Compañia General de Asfaltos y Portland “Asland ” de Barcelona» , Revista de Obras Públicas, 1908, nº 1711, p. 325)

Las minas de lignito del Catllaràs eran propiedad de Lluís Ferrer-Vidal Soler el que, al constituirse la Compañía General de Asfaltos y Portland SA Asland, pasó a ser gerente de la fábrica de cemento. En la sierra del Catllaràs, el carbón se encuentra intercalado entre los materiales de la facies garumniana correspondientes al límite entre el Cretácico superior y el Terciario, el llamado límite KT, tal y como sucede en el sector de Cercs y Fumanya donde se encuentra el Museo de las Minas de Cercs. A diferencia de Cercs, el principal problema de las capas de carbón de Catllaràs fue que estas están muy dispersas y son poco continuas debido al hecho de encontrarse en una zona muy tectonizada, por lo que su explotación fue muy complicada y poco rentable y pronto se vio que el carbón que se extraía era claramente insuficiente para mantener viva una fábrica que cada vez se hacía más y más grande, y por eso se tuvo que llevar el carbón de las minas vecinas de Fígols.



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