lunes, 6 de marzo de 2023

La Cartuja de Sevilla

La Cartuja de Sevilla-Pickman S.A. es una empresa de cerámica especializada en loza fina fundada por el británico Carlos Pickman en el monasterio de la Cartuja de Sevilla en el siglo XIX. En la actualidad tiene su fábrica en Salteras, en la provincia de Sevilla.

William (Guillermo) Pickman se estableció en Cádiz en 1810, desde donde vendía a toda España loza y cristalería extranjera. En 1822, Al morir Guillermo, su hermano Charles (Carlos) llegó a Sevilla procedente de Liverpool y puso su tienda en la calle Gallegos para continuar con el negocio de su hermano.

Ante la enorme importación de cerámica inglesa, el diplomático y político español Cea Bermúdez decidió prohibir la importación del producto por los puertos del Mediterráneo al tiempo que permitía la llegada de las materias primas para fabricarlo. De este modo se deseaba fomentar la industria alfarera nacional. Esta medida proteccionista del gobierno español hizo que Carlos Pickman tomase la decisión de crear una fábrica en Sevilla.

En el siglo XIX tuvieron lugar procesos de desamortización, por los cuales muchos bienes eclesiásticos pasaron a disposición de las autoridades del Estado para ser subastados. En la ciudad de Sevilla fueron producto de desamortización muchos conventos, que pasarían luego a otros usos.

En 1836 el ministro de Hacienda Juan Álvarez Mendizábal efectuó una desamortización. Carlos Pickman pensó, en un primer momento, hacerse con el monasterio de San Agustín, que se encontraba extramuros de la ciudad de Sevilla, en la ruta hacia Madrid. Sin embargo, el lugar estaba ya destinado a servir como presidio, por lo que solicitó el monasterio cartujo de Santa María de las Cuevas de Sevilla.

La Real Orden del 4 de abril de 1839 concedió el edificio a Carlos, que pronto comenzó a construir en él la fábrica de loza. El 1 de enero de 1841 se puso en marcha el primer horno. Al igual que en otras fábricas de cerámica españolas del siglo XIX, como la de Sargadelos (en Galicia) o la de La Amistad en Cartagena (Murcia), llegaron maestros ingleses que eran conocedores de la producción de cerámica de forma industrial. A la fábrica de Sevilla llegaron 56 maestros británicos pero al cabo de diez años prácticamente todos se habían marchado porque los sevillanos habían aprendido rápido a realizar el trabajo.

En 1849 la fábrica ya contaba con 22 hornos y unos 500 operarios. Un elemento característico de la fábrica son los hornos antiguos llamados "de botella", realizados en ladrillo y que en la Exposición Universal de 1992, celebrada en la Isla de la Cartuja de Sevilla, servirían de inspiración para el diseño del Pabellón de Europa, que hoy es la sede administrativa de la sociedad Cartuja 93 S.A., gestora del Parque Científico y Tecnológico Cartuja. El propio edificio monacal, que había servido posteriormente de fábrica, fue restaurado y sirvió de Pabellón Real en la muestra de 1992.

La fábrica produjo loza estampada, loza blanca de pedernal, loza decorada sobre barniz de calco, loza pintada y loza china opaca.

La empresa alcanzó gran notoriedad, ganando premios internacionales en las exposiciones internacionales de París (1856, 1867 y 1878), Londres (1862), Oporto (1865), Viena (1872), Barcelona (1888), Bayona (1864), Filadelfia (1876), etcétera[3]​ y pasará a ser proveedora de la Casa Real en 1871, con Amadeo I de Saboya.[4]​ En Sevilla obtuvo premios en la Exposición Agrícola, Industrial y Artística de 1858, en la Exposición Iberoamericana de 1929 y en la Exposición de Artesanía de 1949. El diseño de sus producciones mezcla el estilo inglés con la decoración tradicional de la cerámica sevillana. Amadeo I otorgó el título de marqués de Pickman a Carlos el 11 de febrero de 1873 por la notoriedad que había alcanzado su empresa.

El 21 de febrero de 1899 la empresa pasó a constituirse como Sociedad Anónima. Tras varios cierres y aperturas la empresa ha seguido fabricando productos en sus instalaciones de Salteras.


Proceso productivo actual

Tras casi 200 años la fórmula magistral que, en sus debidas proporciones, arroja como resultado la loza fina característica de La Cartuja de Sevilla sigue manteniendo sus mismos componentes: cuarzo, caolín, feldespato, sílice, arcilla y arena, entre otros.

La masa oscura resultante de la mezcla se denomina barbotina y se presenta en dos estados, líquida para la elaboración de piezas huecas y sólida para las piezas planas.

Moldeado

Existen dos técnicas diferentes para cada uno de los dos tipos de barbotina, la líquida y la sólida.

En el caso de las piezas planas es más sencillo, antiguamente se hacía a mano extendiendo la pasta sólida sobre un molde. Hoy día es muy similar pero se realiza a través de máquinas específicas que prensan el barro sólido.

Cuando se trata de piezas huecas el proceso es más elaborado y se hace exactamente igual que en el origen. La barbotina se vierte en el interior del molde de escayola, existe un molde para cada pieza. Una vez que la pasta cuaja en sus paredes y adopta el grosor adecuado, se desecha la materia sobrante y se retira el molde para que se inicie el proceso de secado.

Repaso en Crudo

Todas las piezas realizadas mediante la técnica del colage, acusan unas rebabas propias de la unión de las distintas partes que componen el molde. Una vez seca la pieza a temperatura ambiente, o bien en secaderos según la premura de la producción, es repasada con una cuchilla para hacer desaparecer las juntas del molde en la pieza. Posteriormente la pieza es “refinada” con una esponja humedecida en agua, obteniendo un resultado óptimo de la pieza.

Cocción

En este paso nos encontramos con la primera de las tres cocciones por la que pasará la pieza hasta su finalización. Tras este primer paso por el horno, y haber permanecido unas dieciséis horas a una temperatura máxima de 1.150 grados, se obtiene la “loza bizcochada”, blanca y dura característica de La Cartuja de Sevilla.

Clasificación de Bizcocho y Sellado

Aquí se realiza la primera criba importante, únicamente siguen adelante en el proceso de producción aquellas piezas que cumplen con los estándares de calidad. A continuación las seleccionadas quedan identificadas con el sello de La Cartuja de Sevilla. Este proceso de sellado es genuino ya que se sigue realizando como en el origen de la fábrica, con serigrafía directa artesanal, es decir, a mano.

Decoración

Históricamente se han venido utilizando cuatro técnicas de decoración principales: estampación, cloisonné, pintura a mano y calcomanía.

La que más se utiliza en la actualidad es la calcomanía. Las primeras láminas se introdujeron en 1910 y provenían de Inglaterra, Francia y Alemania. La técnica consiste en decorar las piezas mediante papeles con una decoración que previamente ha sido impresa con un proceso fotolitográfico. Este papel se aplica a mano por las decoradoras sobre la pieza en bizcocho, resultado de la primera cocción, tras aplicarle el tapaporos. El tapaporos es un líquido plástico aplicado a las piezas que van a ser decoradas, facilitando así el proceso.

Segunda cocción

La pre-quema es la segunda cocción por la que pasan las piezas para la fijación del color. Se realiza durante 8 horas alcanzando los 800 grados.

Esmaltado

Este esmaltado o vidriado se realiza sumergiendo la pieza en barniz, a mano y una a una. Tras esto, pasa a la tercera cocción, esta vez a 1.050 grados, gracias a la cual se consigue una gran brillantez y transparencia que además potencian y protegen los colores del decorado.


















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