lunes, 8 de mayo de 2023

Terremoto de Lisboa de 1755

El terremoto de Lisboa de 1755, también llamado Gran Terremoto de Lisboa, tuvo lugar entre las 09:30 y las 09:40 horas del 1 de noviembre de 1755,​ se caracterizó por su gran duración, dividida en varias fases y por su violencia, causando la muerte de entre 60 000 y 100 000 personas.​ Los sismólogos estiman que la magnitud del terremoto de Lisboa habría sido de entre un 8.7 a 9.0 en la escala de magnitud de momento, con su epicentro en algún lugar desconocido en algún punto del océano Atlántico a menos de 300 km de Lisboa.

El terremoto fue sucedido por un tsunami y un incendio que causaron la casi destrucción total de Lisboa.​ Este gran temblor acentuó las tensiones políticas en Portugal e interrumpió abruptamente las ambiciones imperiales de este país durante el siglo XVIII.

Lisboa ya había sido devastada anteriormente por otro desastre natural, el terremoto del 26 de enero de 1531, de una magnitud en torno a 8 en la escala de magnitud de momento. El de 1755 tuvo lugar la mañana del día de Todos los Santos, festivo nacional en Portugal y otros países católicos.​ Los informes contemporáneos indican que el terremoto duró entre tres minutos y medio y seis minutos, produciendo grietas gigantescas de cinco metros de ancho que se abrieron en el centro de la ciudad.​ Los supervivientes, huidos en pos de seguridad al espacio abierto que constituían los muelles pudieron observar cómo el agua empezó a retroceder, revelando el lecho del mar cubierto de restos de carga caída al mar y los viejos naufragios. Cuarenta minutos después del terremoto, tres olas de entre 6 y 20 metros engulleron el puerto y la zona del centro, subiendo aguas arriba por el río Tajo.​ En las áreas no afectadas por el maremoto, los incendios surgieron rápidamente, iniciados en su mayor parte por las velas encendidas en recuerdo a los difuntos en las iglesias, y las llamas asolaron la ciudad durante cinco días.

De una población lisboeta de 275.000 habitantes, unas 90.000 personas murieron. Otras 10.000 murieron en Marruecos, mientras que en Ayamonte (Huelva, España) murieron más de 1.000 personas, y se registraron víctimas y daños de consideración en más puntos del sur de España y de toda la Península Ibérica.

Aunque generalmente se le llama terremoto de Lisboa, fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia, sus efectos se extendieron por la mayor parte de Europa, África y América. Se sintió en Groenlandia, las Antillas, Madeira, Noruega, Suecia, el Reino Unido e Irlanda. La conmoción fue casi tan violenta en África como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida; y a corta distancia de Marruecos, una ciudad de ocho a diez mil habitantes desapareció. Una ola formidable barrió las costas de España y África, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación. 





















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