Está previsto que en 2026, el 10% del consumo eléctrico de todo Turquía provenga de la central nuclear de Akkuyu, financiada por una empresa rusa, en suelo turco. De otro lado, Turquía es un importante proveedor de drones militares para el ejército ucraniano. Una equidistancia que intenta aprovechar su potencia industrial y posición geoestratégica.
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