La sequía en el canal de Panamá

En 2023 hemos arrastrado una pronunciada sequía a escala planetaria, a la vez que se han alcanzado las temperaturas más altas jamás registradas. Todo ello hace que en el Canal de Panamá el agua de los embalses que lo alimentan se evapore en mayor cuantía por el calor intenso. Por otro lado durante el año las lluvias en Panamá disminuyeron en un 41 por ciento respecto de la media.

El déficit de agua en los embalses artificiales de los lagos Gatún y Alhajuela, que proveen de agua dulce a las esclusas del canal, es de tres hectómetros cúbicos por día, según la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Estos embalses también abastece de agua potable al 60 por ciento de la población del país.

Esta ha sido la peor sequía en los últimos 80 años. El caudal de los lagos que alimentan el Canal de Panamá se redujo bastante, y eso ha reducido la capacidad de tránsito de buques, principalmente, de gran calado. Una de las medidas tomadas por la ACP fue limitar el calado a 44 pies (13,41 metros) en las esclusas NeoPanamax, para grandes buques. En la esclusa Panamax no hay restricciones.

Se ha formado un cuello de botella impresionante. En algunos momentos hubo hasta más de 200 barcos esperando en fila para cruzar el canal. En condiciones normales diariamente cruzan el canal entre 40 y 50 barcos, pero ese número se ha tenido que reducir a unos 24 barcos.

Por el Canal de Panamá circula el 3,5 por ciento del comercio mundial, y esa vía permite transacciones entre Asia, Europa y la costa Este de Estados Unidos. Por eso, las empresas están buscando alternativas. El Canal de Suez era una de ellas, pero debido a los ataques por parte de grupos hutíes, se vuelve infranqueable para muchas compañías.

Los barcos que no cruzan por el Canal de Suez han optado incluso por cruzar el Cabo de Hornos. Tardan 28 días en lugar de11. Hay navieras chinas que viajan por el Cabo de Buena Esperanza de regreso a Asia. Así las cosas, los buques que no quieren esperar en el canal pueden también optar por una 'subasta', es decir, pagar para no esperar a la cola. Algunos han llegado a pagar hasta cuatro millones de dólares para saltarse la cola.