jueves, 30 de mayo de 2024

El pueblo de Río Tinto

En 1984 la empresa Río Tinto comenzó a cubrir el pueblo situado junto a la mina con los estériles de la explotación. La decisión estuvo motivada por el avance hacia las calles del pueblo del agujero de la explotación conocida como Filón Sur. En 1986 ya no quedaba nada de un pueblo que llegó a contar con 7.000 habitantes y comodidades tan avanzadas en su época como la electricidad y las bañeras. Todos sus habitantes fueron reubicados en un emplazamiento cercano, lo que hoy se conoce como Minas de Riotinto. Altos de Mesa es el barrio construido para reubicar a los vecinos desplazados y desde la calle Salomón se aprecia el gigantesco montículo que sepultó la localidad primitiva, que se cubrió para crear una ruta más corta para el trasiego de los camiones mineros, de hasta 200 toneladas.

Una maqueta del pueblo sepultado se puede visitar en lo que fue la Casa de la Dirección de la mina. Allí también se conserva la campana de bronce del antiguo ayuntamiento y su reloj.

A 1888 se le conoce como el año de los tiros por los 13 muertos que se produjeron el 4 de febrero durante una protesta contra el humo y la lluvia ácida por azufre que provocaba la calcinación del mineral al aire libre y que afectaba a la salud y a las huertas. El gobernador ordenó disparar y muchos manifestantes resultaron heridos. 

La empresa Riotinto Company Limited (RTCL) explotó las minas de Riotinto desde 1873. Con objeto de extraer el metal de las piritas con el menor coste posible se empleaba un método entonces ya prohibido en Inglaterra. El mineral se calcinaba al aire libre en lo que se conocen como teleras. Varios kilómetros cuadrados de teleras, ardiendo durante más de seis meses seguidos, expulsaban una densa humareda azufrosa, que llegaba a cubrir más de 200.000 hectáreas. 

La Liga Antihumista fue creada en 1876 por los propietarios agrícolas José Marín Ordóñez Rincón y José Lorenzo Serrano que se veían perjudicados por los vapores ácidos de la explotación minera que arruinaban sus cosechas. 

El museo, de la Fundación Riotinto, ofrece un entretenido y completo recorrido por estas minas en explotación desde hace 5.000 años, y que llegaron a ser las más importantes del Imperio Romano. En las cercanías hay cientos de yacimientos romanos, en torno a la antigua ciudad de Urium.

Con el paso del tiempo no solo desapareció el pueblo de Río Tinto, también varias aldeas, que fueron construidas por la empresa minera y que desparecieron cuando ya no fueron necesarias. La Naya fue la más grande e incluso contaba con una iglesia evangélica y un interesante sistema para convertir en abono las aguas fecales.

Algunos de estos restos de poblados se pueden visitar durante el recorrido del tren turístico por el río Tinto, además del paraje en donde la NASA probó tecnología y aparatos, como el vehículo explorador Curiosity, antes de viajar a Marte.

La localidad de Minas de Riotinto reúne hoy a 3.700 habitantes y sigue siendo un centro minero gracias a su extenso yacimiento de cobre, explotado por la Atalaya Mining. Uno de sus atractivos es el barrio inglés, Bella Vista, construido hacia 1881, en cuyo club se conserva la primera mesa de billar de Andalucía. Aquí también nació el fútbol, el 'law-tennis', el criquet y el golf. 













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