viernes, 23 de agosto de 2024

Catalina Fernández Llamazares

Catalina Fernández Llamazares nació en la localidad leonesa de Canseco en algún momento de la década de 1780. En 1807 se casó con Francisco Salinas Lorenzo, un comerciante de origen asturiano, oriundo de Zureda, establecido en León y que contaba con negocio propio heredado de sus padres, en el mismo barrio, “La Casa de Banca Salinas”, que funcionaba en Asturias desde 1750, negocio al que se añadió el rico patrimonio de Catalina Fernández que había sido nombrada heredera universal de su tío Juan Fernández Getino, que tenía un próspero negocio de mercaderías en la la plaza de las Tiendas. 

Al fallecer su marido en 1834, Catalina Fernández Llamazares tomó las riendas del negocio. Siendo una mujer ambiciosa, intrépida e inteligente, su intención era la de incrementar el rendimiento de la Banca. Y la única forma de poder hacerlo era acompañándose de una figura masculina. Este es el verdadero motivo de que decidiera incorporar al negocio a dos sobrinos, puesto que el matrimonio no había tenido descendencia. Se pasó así a crear la sociedad “Viuda de Salinas y Sobrinos”. Transcurridos cuatro años al frente de la Banca, en 1838 el Boletín Oficial de la Provincia anunciaba que la Banca Viuda de Salinas y Sobrinos es comisionada (depositaria) del Banco Español de San Fernando, germen del Banco de España. Un año después en 1839 y también a través del Boletín Oficial de la Provincia se tienen noticias de que la Banca despachaba billetes del Tesoro. 

La audaz banquera leonesa vio clara la necesidad de incrementar su patrimonio como medio de respaldar su actividad y propiciar el crecimiento del negocio. Por eso invirtió un gran capital en adquirir numerosas fincas en el centro de la ciudad de León y en otras localidades de la provincia, como son La Cenia o la fábrica de paños de Trobajo del Camino. 

Al fallecer Catalina Fernández Llamazares, en 1845, sus sobrinos heredan la Casa de Banca. La brillante figura de Catalina Fernández Llamazares se desvanece una vez más cuando en 1895 la Casa de Banca Viuda de Salinas y Sobrinos pasó a denominarse “Sobrinos de Fernández Llamazares”, que sería finalmente absorbida por el Banco de Bilbao en 1924.

Felipe Fernández-Llamazares González

Era hijo de José Fernández-Llamazares Fernández e Isabel González, y sobrino de Catalina Fernández- Llamazares, de quien heredó —junto con sus dos hermanos varones— la casa de banca “Viuda de Salinas y sobrinos”. Fue esta firma una sociedad colectiva que se convirtió en la principal entidad financiera de León durante el siglo xix y hasta 1924, fecha en la que los herederos de Fernández-Llamazares traspasaron el negocio al Banco de Bilbao, previa disolución de la razón social “Sobrinos de Fernández-Llamazares”, que así se llamaba —desde 1895— la primitiva sociedad familiar.

Felipe Fernández-Llamazares asumió la dirección de la casa de banca en 1859, tras la muerte prematura de José, su hermano mayor. Desde ese momento el negocio bancario de la familia experimentó un importante salto cualitativo, simultáneamente a la proyección política de Fernández-Llamazares.

Felipe Fernández-Llamazares fue un liberal adscrito a las filas del progresismo provincial, cuya primera actuación pública tuvo lugar en 1843, cuando formaba parte de la Junta antiesparterista que se constituyó en la ciudad de León el 14 de julio. Reapareció en la escena política en el verano de 1854, saludando el pronunciamiento que daría paso al Bienio Progresista y formando parte de la Junta que tomó la dirección del proceso revolucionario en la provincia de León. Resultó elegido diputado a Cortes en las elecciones de ese mismo año. En el programa electoral con el que solicitó el voto de sus conciudadanos se comprometía a votar todas las medidas de desarrollo económico que se discutieran en el Parlamento y, muy especialmente, las relacionadas con la construcción del ferrocarril.

La desarrolló en relación directa con su principal actividad privada: fue el organizador de una comisión promotora del ferrocarril leonés que se constituyó en 1859 y al año siguiente —en calidad de diputado provincial— llevó el peso de las negociaciones y lideró a los inversores públicos y privados para que fuera licitada, en 1861, la vía Palencia-Ponferrada. A su vez, la casa de banca “Viuda de Salinas y sobrinos” fue la entidad pagadora (en todas las transacciones) de la Compañía de Ferrocarriles del Noroeste de España, empresa concesionaria de la construcción y explotación de la línea licitada y su continuación hasta La Coruña.

La última aventura económica de Felipe Fernández- Llamazares fue la fundación, en 1864, de la sociedad anónima “El crédito leonés” junto con otros seis socios capitalistas; una iniciativa de corta existencia —quebró en 1867— con la que intervino en el negocio harinero de Valladolid y en la licitación de algunas obras públicas.

Murió en 1877. Le sucedió su esposa, Loreto Carcedo y Chicarro, descendiente de otra familia de comerciantes banqueros. El matrimonio no tuvo descendencia y la casa de banca fue heredada por Francisco Fernández-Llamazares y Gutiérrez, único sobrino varón de Felipe Fernández-Llamazares.

El puente de hierro que comunicaba Ordoño II con la estación del ferrocarril imposibilitaba la expansión de la ciudad al otro lado del río. Hasta las últimas décadas del siglo, León no contaría con dos nuevos puentes sobre el Bernesga.

Víctor de los Ríos

Víctor de los Ríos se casó en 1939 con Catalina Fernández-Llamazares González (1905-1996), única hija superviviente de un banquero leonés, Francisco Fernández-Llamazares Gutiérrez (1848-1919) sobrino de Catalina Fernández LLamazares (Banca Viuda de Salinas y Sobrinos), de inmensa fortuna, a la que legó entre otras propiedades la finca Dehesa La Cenia, en León, donde Víctor tendría un estudio y trabajaría muchos años. De este matrimonio nacería un hijo, Jesús de los Ríos Fernández-Llamazares (1939-1992), que no sobreviviría a sus padres.

Gracias a las relaciones de Catalina con importantes personalidades de la cultura y de la sociedad conseguiría Víctor los primeros encargos que le abrirían las puertas a una brillante carrera posterior.

Ambrosio Fernández-Llamazares

En 1916, lindando con terrenos de las familias Sánchez Chicarro y Campo Ugidos, el banquero y abogado Ambrosio Fernández-Llamazares terminaba de construir un impresionante edificio para la época, entre la plaza de Guzmán el Bueno y el Paseo de la Condesa de Sagasta, sobre una parte de los inmensos terrenos propiedad de la familia Fernández-Llamazares, tan vinculada al ferrocarril y sus negocios, que comprendían la enorme manzana entre lo que hoy abarca el comienzo del Paseo de la Condesa hasta la actual calle de Roa de La Vega, extendiéndose hasta Suero de Quiñones, lo que animaría a posteriores construcciones de chalés u 'hoteles' mucho más suntuosos que los de la calle Sierra Pambley en La Condesa, como los de los doctores José Eguiagaray o Santiago Pallarés, o el del abogado Francisco Roa de la Vega, hoy también desaparecidos.






 

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