jueves, 12 de junio de 2025

Tormentas del 11 de junio

El miércoles 11 de junio 23.476 rayos impactaron en superficie en la Península y Baleares, según los datos publicados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que ya preveía que sería un día de intensa actividad tormentosa. Once comunidades estaban bajo aviso por este fenómeno, que era naranja ―el segundo de tres―, en Castilla y León y Madrid, y amarillo ―el mínimo― en Andalucía, Extremadura, Ceuta, Cataluña, País Vasco, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Navarra y La Rioja.

Las 10 provincias con más relámpagos contabilizados en tierra fueron Guadalajara con 2.154, Soria con 1.934, Burgos con 1.600, Madrid 1.284, Segovia 1.098, Navarra 1.044, Palencia 636, La Rioja 538, Valladolid 519 y, por último, Toledo 494. En las cuatro provincias de Galicia hubo más de 1.400.

El 8 de junio del año pasado se registró una jornada muy eléctrica, pero con 14.262 descargas y, sin salir del mismo verano precedente, el 30 de agosto le ganó la partida a este miércoles con 25.289.

A nivel de todo el año, normalmente el otoño, sobre todo los meses de septiembre y octubre, suele dar muchos días de tormentas con bastantes más rayos que los que hubo el miércoles en el conjunto de España. En el propio mes de junio hay bastantes registros de otros años con más de 40.000 rayos, en el Banco Nacional de Datos Climatológicos. 

Lo que sí fue este 11 de junio, fue el día de las tormentas más fuertes en muchas zonas, una tras otra durante toda la tarde. Además, iban acompañadas de impresionantes granizadas y de fuertes rachas de viento, como estaba previsto y como suele ocurrir en situaciones de inestabilidad como esta. Lo más llamativo fue la enorme extensión del granizo de gran tamaño, que cayó desde Toledo a San Sebastián pasando por Madrid, Segovia, Burgos, Soria, La Rioja, Navarra ...

Gran parte de la Comunidad de Madrid fue golpeada por este pedrizo, desde El Álamo a Majadahonda y la capital, donde se midieron pelotas de tres y cuatro centímetros. En Toledo eran de dos y, en Guadalajara, más pequeño pero una cantidad desorbitada. No hay un ranking nacional de este fenómeno, pero se han llegado a registrar en el pasado granizos de 11 y hasta 12 centímetros.

Es precisamente esta época la más típica de granizo, que se forma a raíz de un primer núcleo pequeñito donde se condensa el hielo. Por las corrientes ascendentes y descendentes de la tormenta, la pelotita va subiendo y bajando por la nube y, en cada recorrido, va aumentando su grosor hasta que llega un punto en el que pesa más de lo que la corriente ascendente puede mantener y precipita. Cuanto más fuerte es la corriente, más gordo es el granizo.

Otra nota muy destacada del día fue la presencia de supercélulas, unas estructuras de tormentas organizadas que parecen tener vida propia. Gran parte de las tormentas que se dieron, sobre todo las de Madrid, Guadalajara y hacia el norte, estaban generadas por estas supercélulas, que son las tormentas más fuertes. Estos sistemas se distinguen de una tormenta normal en que las corrientes ascendentes y descendentes están en equilibrio, por lo que pueden persistir durante horas.

En agua, hubo en algunas zonas cantidades nada desdeñables, como 42 litros por metro cuadrado en Cabo Vilá (A Coruña), 40 en Fisterra (A Coruña) y 30 en Guadalajara, de los que 26 cayeron en un lapso muy corto, entre las 19.10 a 19.30, lo que causó inundaciones por toda la ciudad y una treintena de incidencias. Pero no fue donde más: SOS Rioja, por ejemplo, atendió 52.

Aunque la impresión es que llovió mucho en Madrid capital, no figura en la tabla de los 10 valores más altos, pero sí el puerto de Navacerrada, con 22.6. En la capital, cayeron 17,9 en Retiro y 0,3 en el aeropuerto, lo que da una idea de lo locales que son las tormentas. Entre las incidencias, destacó la caída de un árbol de grandes dimensiones sobre un coche en la M30, en la salida 6B interior, a la altura del distrito de Salamanca. No le ocurrió nada a la conductora, que fue atendida, eso sí, por una crisis de ansiedad.

También se produjeron rachas de viento muy intensas. Dejando al margen las zonas más expuestas, como las montañas, hubo una racha de 115 kilómetros por hora en San Roque de Riomiera (Cantabria), 112 en La Riba de Escalote (Soria) y 100 en Guadalajara.

Lo que ocurrió fue que se conjugaron todos los factores necesarios para dar lugar a tormentas bastante fuertes. Para empezar, se necesita inestabilidad atmosférica, que puede estar generada por una borrasca, un frente, una vaguada... y que en este caso fue una dana, que hace que el viento en altura se separe y que se tengan que generar corrientes ascendentes para compensar ese vacío. A la dana se sumó una advección cálida o entrada de aire cálido en superficie y mucha humedad en capas medias. Por último, se ha de producir también el mecanismo que dispara las tormentas, que en España suele ser la orografía, es decir, las montañas. En este caso, fueron los montes de Toledo y el sistema central.



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