Después de más de 13 años, que ha durado el proceso de desarrollo de la patata Amflora, el pasado 2 de marzo, la Comisión Europea ha autorizado el cultivo de este alimento transgénico. Para la Comisión Europea no hay pruebas científicas de que el consumo de este tubérculo sea perjudicial para la salud.
Su dictamen no es vinculante, cada estado podrá decidir qué hace. Italia y Austria ya han anunciado que la prohibirán. Alemania, Suecia, Holanda y la República Checa podrían empezar a plantarla desde esta primavera.
En principio, la patata Amflora, desarrollada por la empresa BASF, se explotará a escala industrial, para producir papel y algunos tipos de adhesivos, dada su alta concentración en almidón. Pero también se puede emplear como alimento animal.
La fécula de patata se utiliza en muchas aplicaciones técnicas, tales como la fabricación y el satinado del papel. En las patatas convencionales, el almidón consta de dos componentes diferentes, la amilosa y la amilopectina. En muchas aplicaciones la amilosa no es deseable, pero separar los dos tipos de almidón es antieconómico.Con la ayuda de investigadores en biotecnología, en BASF han desactivado el gen responsable de la síntesis de la amilosa. El resultado es Amflora un suministro de fécula de patata para uso industrial, que produce amilopectina pura.
El almidón de Amflora puede utilizarse para muchos fines. Se utilizará para hacer más fuertes y brillantes los tejidos con base de celulosa, para mejorar la adherencia del hormigón, para proporcionar un buen acabado al papel y el cartón, y para conseguir pegamentos líquidos más duraderos.
El proceso de producción de la patata Amflora se inició hace más de 13 años, con la solicitud de autorización presentada en agosto de 1996. Se solicitaba el permiso para el cultivo, su posterior procesado y el uso de la pulpa como alimento.Entre 1998 y 2004 la UE estableció una moratoria sobre los productos genéticamente modificados, deteniendo la aprobación del uso de nuevas plantas modificadas genéticamente.
BASF volvió a presentar un expediente de cultivo y uso en alimentación humana y animal en 2003 y 2005, respectivamente, debido a la modificación normativa de la UE.
En 2006, la Comisión Europea publicó dos evaluaciones de la EFSA que, para ambos expedientes concluyeron que Amflora era tan segura como las patatas convencionales para los seres humanos, los animales y el medio ambiente. En noviembre de 2006, el entonces responsable de la UE, Stavros Dimas, remitió su propuesta de autorización de cultivo de Amflora al Comité de reglamentación compuesto por representantes de todos los Estados miembros de la UE.
Después de dos votaciones en contra, en el Comité de reglamentación en diciembre de 2006 y el Consejo de Ministros de Agricultura en julio de 2007, el Comisario Dimas dió a conocer el rechazo a la propuesta de cultivo. El 21 de septiembre de 2007, el Comisario Dimas respondió a las preguntas de Hiltrud Breyer (Grupo parlamentario de los Verdes) en el sentido de que la patata Amflora era segura.
El expediente para la alimentación humana y animal fue sometido a votación en el Comité Permanente (Compuesto por miembros de todos los Estados miembros de la UE) en octubre de 2007 y el Consejo de Ministros de Agricultura en febrero de 2008. Después de no obtener una aceptación por mayoría, en ninguna de las dos votaciones, la decisión sobre Amflora fue trasladada a la Comisión de la UE.
BASF expresó su insatisfacción en una carta abierta al Comisario Dimas, el 17 de abril de 2008.
En el debate sobre los organismos genéticamente modificados del 7 de mayo de 2008, la Comisión Europea decidió pedir a la EFSA que elaborara un nuevo dictamen científico unificado sobre el uso de genes marcadores de resistencia a antibióticos en plantas modificadas genéticamente. Este gen marcador también se utiliza en Amflora.
En un comunicado de prensa tras el debate, el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, declaró que la Comisión Europea adoptaría una decisión siempre y cuando la EFSA confirmase la seguridad de Amflora.
El 19 de mayo de 2008, BASF solicitó el acceso a los documentos en poder de la Comisión de la UE en relación con el procedimiento de autorización para Amflora. Estos documentos no revelaban ninguna nueva prueba científica sobre la seguridad de Amflora.
El 24 de julio de 2008, un año después de la votación en el Consejo de Ministros de Agricultura (el último paso formal previo a la adopción de una decisión), BASF presentó un recurso ante el Tribunal Europeo de Primera Instancia contra la Comisión Europea por entorpecer el procedimiento administrativo.
EFSA, en el otoño de 2008 informó de que su informe sobre los genes marcadores de resistencia a los antibióticos no se finalizaría hasta el 15 de diciembre de 2008. Sin embargo, hasta el 11 de junio de 2009, la EFSA no dió a conocer su informe favorable al uso de genes marcadores de resistencia a antibióticos en plantas genéticamente modificadas.
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