La actividad de las empresas chinas ha comenzado a cambiar la cara del continente africano. Desde Argelia a Mozambique, de Sudán a Zambia, de Mauritania a Congo, la huella del gigante asiático es cada día más visible. El principal objetivo de esta actividad es obtener materias primas locales que permitan a la potencia económica oriental continuar con su imparable crecimiento.
Los intercambios comerciales de China con África se han multiplicado por siete desde el cambio de siglo. En 2008 alcanzaron 107.000 millones de dólares en valores absolutos, una cifra que queda lejos todavía del comercio de China con la Unión Europea (425.000 millones de dólares), y con Estados Unidos (334.000 millones).
Un aparejador chino da instrucciones a los trabajadores mozambiqueños que contruyen el estadio nacional de Maputo.
En una zona despoblada a 14 kilómetros de Maputo, un millar de operarios trabaja en la construcción del nuevo estadio nacional de la capital de Mozambique, que en 2011 albergará los Juegos Pan Africanos. Una cúpula corona la entrada del coliseo en obras, que recibe al visitante con varias frases en caligrafía china y en portugués. "Este proyecto será hecho con la mayor perfección para dar gloria a China", dice una de ellas.
Un marcador electrónico indica que faltan 154 días para la conclusión del estadio nacional de Maputo. Los trabajos avanzan a buen ritmo para cumplir el plazo de entrega. Setecientos mozambiqueños están a las órdenes de unos 300 directivos y técnicos chinos. El idioma dificulta una comunicación fluida entre dos mundos tan distintos. Dos intérpretes, del chino al inglés y del portugués al inglés, hacen todo lo que pueden para que todos se entiendan en la obra.
Los obreros chinos viven en pabellones dentro del recinto del estadio. A la entrada de muchas viviendas hay ropa colgada, monos de trabajo de color gris y rosa, y cascos. Aquí trabajan, comen y duermen los siete días de la semana. Sólo un grupo sale para comprar en el mercado alimentos frescos. Los demás productos llegan de China.
Nuevo aeropuerto internacional de Maputo.
Las mismas señas de identidad chino-africana adornan la construcción de la terminal nueva del aeropuerto internacional, que ejecuta también una empresa china, con un crédito blando del banco de exportaciones e importaciones de China (EXIM Bank). "Estar unido, ser pragmático, pedir excelencia, calidad, rapidez, eficiencia", son consignas que las empresas chinas diseminan por todos los rincones del continente.
El contrato de modernización del aeropuerto se firmó en abril de 2009 con la compañía constructora Anhui Foreign Economic Construction Corporation (AFECC). En ese momento, el vicepresidente de la compañía, Jiang Zhaoyao, garantizó la finalización de las obras para la Copa del Mundo de Fútbol.
Maputo vive un boom inmobiliario sin precedentes. Los edificios en construcción o en rehabilitación suman más de 140 en una ciudad de 1,4 millones de habitantes. En la mayoría de las obras están los chinos, que han instaurado una nueva filosofía de trabajo, con subcontratación y largas jornadas de trabajo.
Casi tres cuartas partes del territorio de Mozambique está cubierto de bosque y selva, que producen una amplia variedad de maderas de todas las calidades. China ha entrado también en este sector, y se ha convertido en el primer comprador de madera en África oriental.
A las seis de la mañana, la carretera desde Lusaka a la provincia minera de Copperbelt, en el norte de Zambia, está repleta de camiones. Aquí están las minas de cobre y cobalto, las mayores fuentes de riqueza y artífices del crecimiento económico del país, que en los últimos años ha superado el 5%. La producción de cobre (líder de África y séptimo del mundo) ha estado sometida a los vaivenes de los precios en los mercados internacionales. El año pasado alcanzó las 667.000 toneladas.
Colada de lingotes de cobre en una fundición de Zambia.
China es el mayor cliente de Zambia y primer consumidor mundial de cobre, que emplea en la construcción, electrónica, informática, automóvil y otros bienes de consumo, que exporta a gran escala. Tras el colapso de los precios de los años noventa, que desembocó en la privatización del cobre zambiano, el consorcio China Nonferrous Metal Mining (CNMC) compró en 1998 la mina de Chambishi, que estuvo cerrada durante varios años, y años más tarde, las minas de Luanshya y una fundición.
Chambishi es una localidad de 14.000 habitantes junto a la frontera con la República Democrática de Congo. Mil mineros chinos viven a la entrada del pueblo, aislados del resto de la ciudad. Los locales, en cambio, viven en el Zambia Compound, sin luz ni agua corriente.
En el recuerdo de todos está el desastre de 2005 en una fábrica de explosivos de la CNMC, que saltó por los aires y mató a los 54 mineros que había en su interior.
Nueva planta de tratamiento de mineral de cobre en Zambia.
A las cuatro de la tarde termina el turno de la mañana. Los mineros zambianos llegan a una plaza del pueblo en autobuses de las distintas compañías. La queja es unánime contra los salarios bajos. ¿Qué se puede hacer con un salario de 500.000 kwachas al mes (107 dólares)? Evans, de 32 años, trabaja como operador de una máquina, lleva dos años en la mina y gana 700.000 kwachas mensuales (150 dólares). Kay Kabwela, de 26 años, dos de ellos en la mina, como contable tiene un salario superior al de la mayoría, 1,8 millones de kwachas (385 dólares). No es lo mismo trabajar y ver el sol, que hacerlo a 1.006 metros bajo tierra, colocando explosivos para extraer el mineral.
La llegada de los chinos a Zambia se remonta a los años setenta, cuando construyeron el Tazara, ferrocarril Tanzania-Zambia, la primera gran obra de infraestructura de África. Durante seis años, 25.000 chinos enviados por Mao Zedong instalaron 1.860 kilómetros de vía, perforaron montañas y cruzaron ríos. El tren recorre el trayecto desde la ciudad zambiana de Kapiri Mposhi hasta el puerto de Dar-es-Salaam, capital de Tanzania. Esta gran obra permitió una salida hacia el océano Índico para el cobre zambiano.
Tren de pasajeros del ferrocarril Tanzania-Zambia movido por dos locomotoras diesel.
Tras la inauguración del Tazara, los chinos se marcharon y no regresaron a Zambia hasta los años ochenta, en una nueva oleada de expatriados. Como la doctora Kenan Gao, de 61 años, que llegó a Lusaka en 1988 para trabajar en el hospital militar, primero, y abrir un consultorio de dentista más tarde.
La presencia china en Lusaka es visible en restaurantes, tiendas de productos baratos, motocicletas Jialing y numerosos edificios en construcción bajo licencia china. Según la embajada en Lusaka, hay registradas unas 300 empresas chinas en minería, construcción y agricultura, con una inversión total de 1.500 millones de dólares.
Jack Ni llegó a Zambia a finales de 2005 como director general de la empresa china Wah Kong Construction Limited. La sede de la compañía en Lusaka está en una extensa propiedad que alberga las oficinas y las viviendas de los empleados. Curiosidades de la transición china, el señor Ni, empresario agresivo como el que más, es miembro del Partido Comunista.
El modelo chino de intercambio de minerales por infraestructuras ha sufrido un revés, quién sabe si momentáneo, en la República Democrática de Congo, vecino del Norte de Zambia. El Gobierno del presidente Joseph Kabila ha dado marcha atrás al principio de acuerdo que había firmado con un consorcio de compañías estatales chinas, de construcción de carreteras, vías férreas y hospitales a cambio de la licencia de explotación de una mina de cobre y cobalto. La operación, valorada inicialmente en 9.000 millones de dólares, fracasó tras intensas presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y países donantes occidentales.
El petróleo es un elemento esencial en la política de Sudán, primera fuente de ingresos y motor del crecimiento económico. China aprovechó la retirada de muchas empresas occidentales y llegó a Sudán con inversiones millonarias. Según el Gobierno de Jartum, ha desembolsado más de 6.000 millones de dólares en 50 proyectos, que incluyen oleoductos, refinerías, la mayor presa de África (Merowe, en el Nilo), plantas eléctricas, carreteras y todo tipo de obras públicas. Con las nuevas infraestructuras, Sudán ha aumentado la producción de petróleo, por encima de los 500.000 barriles diarios. A cambio, el 43% del crudo que se extrae de los pozos sudaneses navega rumbo a China en los petroleros que zarpan de las terminales de Port Sudán y Port Bashir, en el mar Rojo.
Obras de construcción de la presa de Merowe, sobre el río Nilo.
Con Sudán, la cooperación no es sólo económica. China ha suministrado aviones de combate, helicópteros de transporte de tropas y otro material militar al régimen de Bashir, y desde su puesto en el Consejo de Seguridad ha maniobrado para evitar sanciones de la ONU a Sudán.
China es el primer inversor en Sudán, con quince mil millones de dólares desembolsados hasta la fecha, 15.000 chinos trabajando y unas 120 empresas instaladas en el país.
En Al Dbagair, unos 40 kilómetros al norte de Jartum, Qian Zengde compró 100 hectáreas de tierra desértica que ha convertido en un vergel, gracias a la canalización del Nilo desde 10 kilómetros de distancia. Ha plantado de todo, hasta árboles de Australia. Cerca de allí, 20 empleados sudaneses y dos ingenieros chinos trabajan en la construcción de una piscifactoría. Lleva gastados dos millones de dólares y piensa invertir hasta cinco. Es un ejemplo del poderío de los nuevos ricos chinos.
Un técnico chino asesora a un trabajador nigeriano en un horno de producción de acero en la Federated Steel. (Lagos, Nigeria, 2007)
Cinta transportadora con mineral de hierro nigeriano.
Los recursos minerales sólidos de Nigeria en muchos casos están infrautilizados. Un buen ejemplo es su mineral de hierro. Aunque el país tiene unas reservas estimadas de 3 millones de toneladas de mineral de hierro en sus yacimientos de Kogi, Enugu, Níger, Zamfara y los Kadjuna. El país actualmente sólo dispone de una modesta industria siderúrgica. En abril de 2008 se elaboró una nueva Política Nacional de Minerales y Metales establecida para priorizar el desarrollo de siete minerales estratégicos, entre ellos el mineral de hierro. Los otros son el carbón, asfalto, piedra caliza, barita, oro, plomo y zinc.
Industria siderúrgica nigeriana. Altos hornos de Aladja.
En Nigeria hay industria siderúrgica integral en Ajaokuta y Aladja. Se puede encontrar más información sobre los centros de producción de acero en World Steel Association y en Afristeel.
Obras de construcción de la presa Imboulou en 2007, situada en la República del Congo, a 200 kilometros al norte de la capital Brazzaville. En el centro se puede ver un trabajador chino de la empresa China National Mechanical & Equipment corporation (CMEC), que en 2001 obtuvo el contrato de construcción. Con sus 120 megavatios de potencia nominal, la central duplicará la producción nacional de electricidad y dará luz a una gran parte del Congo. 400 técnicos y trabajadores chinos supervisan una fuerza de trabajo congoleña de unos mil hombres. Los congoleños cobran 3 dólares por día, lo que hace que desaparezcan tan rápido como pueden encontrar un trabajo mejor remunerado. Esto, en parte, explica el retraso en la construcción de la presa que tenía que estar acabada en 2009. La empresa CMEC obliga a los trabajadores chinos a usar el casco amarillo y el azul a los congoleños.
El Señor Wood nació en Shanghai en 1948 y llegó a Nigeria a finales de los años 70, en donde comenzó un imperio industrial que incluye hoy en día cerca de 15 fábricas con más de 1.600 trabajadores, en empresas constructoras, hoteles y restaurantes. Él es, además, asesor oficial del presidente y ha obtenido el título de "African chief" y la autorización para usar de los coches de policía para librarse de los atascos de tráfico en Lagos. Le protege la policía, así como un grupo de guardaespaldas privados, como se puede ver en esta obra, en la que se construyen 544 casas unifamiliares, en la península de Lekki, cerca de la sede de la compañía petrolera Chevron.
En 2007, en el Parque Nacional Conkouati, un trabajador congoleño sierra un gran árbol en la concesión Cotovindou, para la empresa maderera china Sicofor. El tronco de moabi, de 22 metros de altura, se cargó el mismo día en un camión con destino a Pointe Noire. Desde allí se embarcó para China. Probablemente terminó en mueblea de lujo en Europa o Estados Unidos. El moabi (toxisperma Baillonella) necesita alrededor de cien años para alcanzar la madurez. Sus frutos son comestibles, su corteza tiene aplicaciones médicas y el aceite de sus semillas es muy vendido en los mercados africanos. Los excrementos de los elefantes, que contienen los frutos de Moabi, representan el principal mecanismo de difusión de las semillas y por lo tanto de su reproducción. Debido a la caza furtiva, los elefantes escasean y, debido a la tala, el Moabi no resulta muy abundante. En el Congo los elefantes y el bosque de Moabi podrían desaparecer, al mismo tiempo. El Moabi se ha incluido en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales) en 2004.
En 2007, la escuela superior Savorgnan de Brazza es la más prestigiosa de la capital congoleña, pero necesita algunas reparaciones. Jean de Dieu Malanga, profesor de chino, está explicando a los estudiantes del segundo año, su examen anual. Estudió en China durante los años 80 y se gana la vida como traductor para los patrones chinos en las numerosas obras de construcción, además de su trabajo como profesor.
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