sábado, 30 de abril de 2011

Los robots en la central de Chernobyl

En el accidente nuclear de Chernobyl, al estallar la cubierta, el núcleo lanzó al exterior y sobre la azotea de la central trozos del mismo. Para retirar estos fragmentos altamente radiactivos se utilizaron, ademas de los miles de liquidadores (Trabajadores que solo permanecían en la zona unos pocos segundos), dos vehículos lunares Lunahod, adaptados con una pequeña pala delantera, como si de un bulldozer se tratase. Se subieron mediante un helicóptero y se controlaron mediante un radiocontrol adaptado por una empresa de Alemania Oriental. La intensa radiación dejó sus circuitos electrónicos fuera de combate en poco tiempo.

Robot lunar trabajando en la azotea con una pala delantera para arrastrar los trozos de grafito.

La situación dentro del reactor 4 de Chernóbil era catastrófica, su techo estaba negro. Los robots lunares que podían recoger trozos de grafito radioactivo y arrojarlos abajo y otros enviados por Japón llegaban a la zona del reactor, y por la influencia de la radioactividad simplemente se volvían completamente locos, se desorientaban y la inmensa mayoría acababan lanzándose al vacío por el borde de la azotea.

Robot fabricado en Alemania Occidental, trabajando en Chernobyl en 1987.

Brigada de liquidadores preparados para el trabajo.

Dado que los robots habían fallado se decidió utilizar unas 700.000 personas, campesinos y militares, con rudimentarios trajes de plomo y mascaras. La misión parecía sencilla, colocarse aquellos trajes de 35 kilos de peso, confeccionados utilizando material que cubría las paredes de muchas oficinas oficiales y subir siempre a toda prisa, sin mirar atrás y tomar camino hacia el mismo techo del reactor 4, bastaban un minuto de trabajo recogiendo aquellos escombros negros y lanzándolos al fondo del pozo que no paraba de emanar calor.



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