miércoles, 27 de abril de 2011

Un día en el hangar

Iberia inauguró, el 18 de octubre pasado, el nuevo hangar del Aeropuerto de El Prat, que empezó a funcionar en el mes de noviembre. La instalación, de unas dimensiones similares al estadio de fútbol del Camp Nou, tiene capacidad para albergar a los aviones más grandes que hay en el mercado.

El presidente de Iberia, Antonio Vázquez, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu y la secretaria de Estado de Transportes, Concepción Gutiérrez, presidieron la inauguración del hangar. El edificio, de 40 metros de altura y 200 de longitud, ha tenido un coste de 24 millones de euros financiados por Iberia Mantenimiento (75%) y el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (25%).

Esta Semana Santa alguien se ha podido sorprender al despegar o aterrizar en el aeropuerto de El Prat y ver un imponente y moderno edificio. Es el hangar de Iberia, que acaba de cumplir sus primeros seis meses de funcionamiento.

En él, 57 técnicos revisan y reparan aviones. El primer hangar de El Prat es el tercero más grande de España y el único que podría albergar al avión más grande del mundo, el Airbus A380. De momento no se le espera pero esta gigantesca instalación está abierta a cualquier aparato de cualquier aerolínea. Hasta ahora sólo Iberia y Vueling lo han utilizado, con 25 aviones, y se prevé ir aumentando el ritmo.

Fotografía del día de la inauguración del hangar. (Jordi Hereu, presidente del Consorci, Joaquim Nadal, conseller de movilidad y obras públicas, Concepción Gutiérrez, secretaria de estado de infraestructuras y Antonio Vázquez, presidente de Iberia.)

Carlos Esbrí es el ingeniero aeronáutico que está al frente del hangar. Coordinar las revisiones de forma que los aparatos pasen el menor tiempo parados es la clave de su tarea.

Esbrí comenzó en Iberia en 1998 y coordina a un equipo de 57 empleados, entre los que no hay ninguna mujer. Iberia anunció cuando se inauguró esta infraestructura que acabaría creando 200 empleos. Las especialidades son diversas: mecánicos, aviónicos (electrónica), interioristas, estructuristas y control de calidad. Este último es el que determina cuándo un avión puede salir del hangar y volver a entrar en servicio.

Todos ellos son técnicos en mantenimiento aeronáutico e Iberia les ha dado formación específica que se refresca cada dos años. De momento hay una cadena de producción y en verano podría doblarse. Trabajan de 6.00 a 23.00. Con tres cadenas de reparación, a pleno rendimiento, se recuperaría la inversión realizada en unos siete años. Hay hangares en Madrid con hasta cinco cadenas. Hasta ahora, las revisiones se realizaban en el exterior o en los hangares de Madrid o Palma de Mallorca, donde Iberia no sólo atiende a sus aviones, sino también al resto de aerolíneas que se lo encargan.

En función del tamaño de los aviones, la capacidad del hangar varía. En marzo fue la primera vez que hubo cuatro naves a la vez, el máximo. Esto requiere una gran coordinación. Y es que cada avión necesita revisiones distintas. Por ello, Esbrí dedica hasta tres horas a leer el "paquete de trabajo" de cada uno y organizar tanto a sus hombres como los pedidos de material necesarios.

Las revisiones se clasifican con letras. La A es la más sencilla y se hace por las noches cada 700 horas de vuelo sin que sea necesario llevar el avión al hangar. La E es la más exhaustiva e implica al menos 20 días de trabajo. En el hangar de El Prat la idea es especializarse en la revisión C, que se hace cada 18 meses, dirigida especialmente a los Airbus A320. Se realiza en unos ocho días y cuesta entre 190.000 y 300.000 euros. Iberia calcula que el hangar alcanzará su velocidad de crucero cuando cumpla 18 meses.

Llegar al hangar es de todo menos fácil. Para acceder hay que superar un férreo control de seguridad, ya que está junto a las pistas del aeropuerto.

Lo primero que se puede ver al llegar es a decenas de operarios revisando un avión de pasajeros en el exterior del hangar. Las últimas pruebas se hacen fuera, poniendo los motores en marcha y llenando de combustible.

Cuando se entra al hangar la sensación es de tranquilidad. Es tan grande que se respira silencio. En estos días hay dos aeronaves. Una lleva un mes parada por "un problema grave de corrosión en las alas". Esto se detecta mediante fotografías de infrarrojos. Tiene, además, cuatro impactos de rayos, algo "habitual" y que no es grave. Al otro avión le han cambiado un motor porque "ha cumplido su tiempo de vida". Además, se le cambiará la válvula hidráulica que mueve el timón. Ninguna de estas dos naves volará hasta que un técnico lo autorice.

Alrededor de los aviones hay almacenes, un taller de estructuras, uno para reparar el material de los mecánicos, uno para los interiores de las cabinas, oficinas, una sala de formación y una de descanso.

La filial de Iberia, Iberia Mantenimiento, ya da servicio a un centenar de aerolíneas y fabricantes del sector aeronáutico en otro hangar ubicado en el aeropuerto de Barajas. En total, el hangar de el Prat tiene una superficie de 13.200 metros cuadrados, sobre una parcela de 24.000 metros cuadrados.

Tendrán cabida dos aviones de fuselaje ancho (tipo A340), tres aviones de fuselaje medio (tipo B757), cuatro aviones de fuselaje estrecho (tipo A320) e incluso un avión gigante del modelo A380. Para construir el hangar, han sido necesarios 10.000 metros cúbicos de hormigón y más de 3.000 toneladas de acero.

La nueva infraestructura permitirá realizar revisiones en las aeronaves del tipo A y C, las más exhaustivas y complejas, de obligado cumplimiento cada 18 meses.



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