El sistema de inyección de combustible para motores diésel "common-rail" es un sistema en el que el gasoil es enviado, mediante una bomba de alta presión a un conducto común para todos los inyectores y dirigido hacia cada cilindro mediante una electroválvula situada en los inyectores. Todo el sistema se controla con un microprocesador que recibe información de diversos sensores que informan de las condiciones y necesidades del motor.
Este sistema fue desarrollado por el grupo industrial italiano Fiat Group, en el Centro Ricerche Fiat en colaboración con Magneti Marelli, filial del grupo especializada en componentes automoviliísticos y electrónicos. Las patentes se vendieron a la empresa alemana Robert Bosch GmbH.
El gasoil almacenado en el depósito de combustible a baja presión es aspirado por una bomba de alimentación, accionada eléctricamente, y enviado a una segunda bomba de alta presión que inyecta el combustible a presiones que pueden variar desde unos 300 atmósferas hasta 1.500 ó 2.000 atmósferas, según las condiciones de funcionamiento del motor.
La principal ventaja de este sistema es que permite controlar electrónicamente el suministro de combustible pudiendo así realizar hasta 5 pre-inyecciones antes de la inyección principal con lo que se consigue preparar la mezcla para una óptima combustión. Esto genera un nivel sonoro mucho más bajo y un mejor rendimiento del motor.
El pasado mes de enero Robert Bosch GmbH declaró haber llegado a una producción de 750 millones de equipos de inyección diésel "common-rail", cuando se cumple el 75 aniversario de la introducción del motor diésel en el automóvil. Hace 14 años que fue utilizada por primera vez la tecnología "common-rail" en los motores diésel de los automóviles. Entre los primeros fabricantes de automóviles en utilizar la tecnología "common-rail" podemos citar a Alfa Romeo, con su modelo 156 JTD, y Mercedes-Benz, con el C220 CDI, el año 1997.
En 1997, la cuota de mercado de turismos diesel en Europa Occidental fue del 22%, el sistema de inyección directa "common-rail" ha llevado ese porcentaje hasta el 50% de la actualidad.
A finales del año 2001, estaban en uso tres millones de sistemas "common-rail" de Bosch, al final del 2002 el número había subido a diez millones y a comienzos de 2009 era de 50 millones. Los componentes necesarios se producen en una red internacional de producción que comprende 17 fábricas repartidas por todo el mundo. En 2011 Bosch ha fabricado unos nueve millones de sistemas "common-rail", que fueron instalados en automóviles, vehículos comerciales, maquinaria, y también en los motores diesel de gran tamaño como los que se utilizan en los buques.
Los ingenieros de Bosch están trabajando en sistemas "common-rail" que funcionen a 2.500 atmósferas, lo que permitirá aumentar el rendimiento de los motores diésel y el cumplimiento de la normativa europea Euro 6.
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