miércoles, 22 de abril de 2015

Infraestructuras


La inversión estatal en obras públicas volverá a crecer en 2015. La subida se producirá desde un nivel muy bajo, el de 2014, y no sirve para alcanzar siquiera los niveles de 2013, pero es un cambio de tendencia, tras seis años de desplome del gasto en infraestructuras.


La Administración central destinará 4.953,5 millones de euros a inversiones reales, un 4,8% más que en 2014. Y lo que es más importante, el gasto total en infraestructuras –que incluye a los entes públicos y las sociedades mercantiles estatales– se elevará un 8,8%, de los 8.706,1 millones de 2014 a 9.469,3 millones. En ambos casos se trata de la primera subida desde 2008, el año del estallido de la crisis internacional, según los Presupuestos del Estado de 2015.


Aún no se puede hablar de recuperación de la normalidad en el sector de la construcción civil. Los 9.469 millones que se destinarán a infraestructuras son cifras, de hecho, que retrotraen a 2004.

Lo que sí se recupera por encima de la media es el ferrocarril, fundamentalmente el AVE, que copa nada menos que el 69% de las inversiones de Fomento. De los 763 millones en que se incrementa el gasto en obras públicas, 466 millones (el 61%) corresponden al aumento de la partida ferroviaria, que se eleva de 3.661 millones a 4.128 millones.

El gasto presupuestado para alta velocidad en los PGE de 2015 es de 3.561 millones, un 11,5% más que en 2014 (3.194 millones). No en vano, la mitad del incremento de la inversión en infraestructuras corresponde al AVE (en concreto, el 48,8%).

El incremento de la inversión ferroviaria se hará a costa de un mayor endeudamiento de Adif, que elevará el volumen de su pasivo a los 16.000 millones después de que Hacienda le autorizase operaciones de crédito por 2.690 millones. El promotor del AVE espera financiar las nuevas licitaciones con nuevas emisiones de bonos. Los principales proyectos en este ámbito son los destinados al desarrollo de los corredores mediterráneo (1.359 millones), norte (1.119) y noroeste (1.039).

La inversión en carreteras crece un 3,1%, de 2.029 millones a 2.092. Se continuarán obras emblemáticas como el puente sobre la bahía de Cádiz, que se quiere terminar ya, el puente sobre el río Ter, en Gerona, y la autopista concesional entre Benavente y Zamora. Eso sí, la construcción de nuevas vías sólo se incrementará en 6 millones, de 1.1148 a 1.154, pero habrá nuevas carreteras en método alemán.

Entretanto, el gasto en infraestructuras hidráulicas subirá un 7,93%. El Ministerio de Medio Ambiente se centrará en las obras de depuración.

El ámbito de las infraestructuras que sufrirá un mayor castigo será el de los aeropuertos y la seguridad aérea, ya que la partida a este respecto se desploma un 36,3%, desde los 847,4 millones de euros de 2014 hasta los 539,5 millones que prevén los Presupuestos de 2015, después de la salida a bolsa del 49% de Aena. Las principales obras se centrarán en La Coruña y Madrid.

Por último, el presupuesto de los puertos del Estado subirá un 11,25%, de 779 a 866,7 millones, aunque lo más destacable es que las inversiones que tienen previsto realizar las concesionarias portuarias privadas ascenderán a 680 millones, un 43% más.

El AVE copa la mitad del incremento del gasto en infraestructuras. La principal partida será la del corredor mediterráneo, que ve incrementados sus fondos un 36%. La actuación más destacable será la de adaptación a ancho UIC (tercer carril) y alta velocidad en el tramo Barcelona-Tarragona-Castellón-Valencia-Alicante-Murcia, con 834 millones, muy por encima de los 107 millones que se licitarán en el tramo Murcia-Almería. En el corredor Norte el gran proyecto será el de la línea de alta velocidad al País Vasco, en la que se invertirán 582 millones. En el AVE a Asturias se gastará más de 530 millones, en las variantes de Venta de Baños-León y Pajares.

En el Corredor Noroeste de Alta Velocidad se invertirán 1.031 millones, de los que 891 se destinarán al tramo Olmedo-Lubián-Ourense-Vigo. Otras grandes actuaciones en líneas de alta velocidad son Valladolid-Venta de Baños-Burgos-Vitoria: (360 millones) y Vitoria-Bilbao-San Sebastián (Y Vasca, con 222 millones de euros).

Los Presupuestos Generales del Estado para 2015, aprobados el jueves, lo dicen bien claro: “El año 2015 estará marcado por un ajuste en la inversión en materia de carreteras, necesario para el cumplimiento de compromiso del déficit público”. Es verdad que la inversión viaria crece, pero fundamentalmente lo hace por el incremento de la conservación de carreteras, que ascenderá a 935 millones de euros. 290 de ellos se destinarán a las autovías de primera generación, ya que continuarán las obras de mejora en varios tramos de la red, especialmente de rehabilitación de firmes y seguridad vial.

Entre las principales actuaciones de creación viaria destacan los tramos de Pendueles-San Roque de la A-8, la variante de Padrón de la N-550 en La Coruña, la autovía A-54 entre Lugo y Palas de Rei y entre Palas de Rei y Arzúa. Además, se licitará parte del acceso por carretera al Puerto Exterior en La Coruña y se continuará con el puente sobre el río Ter en Gerona.

El gasto en infraestructuras aeroportuarias y seguridad aérea es el que sufre un mayor recorte, nada menos que del 36%. En un contexto enrarecido por la marcha atrás de la privatización de Aena, el Gobierno ha aplicado la tijera en el sector, que apenas contará con leves modificaciones. Por ejemplo, la ampliación de la pista de vuelo del Aeropuerto de A Coruña, la regeneración de la pista 36L/18R del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y la ampliación del anillo de climatización del aeródromo de Palma de Mallorca. Además, los Presupuestos Generales del Estado para 2015, aprobados definitivamente el jueves, contemplan actuaciones de “desarrollo urbanístico” en la zona de carga del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. “Gracias a la inversiones realizadas, los aeropuertos cuentan con unas infraestructuras de calidad de las que se pretende obtener un buen aprovechamiento”. Por ello la planificación de inversiones se orientará, sobre todo, a “conservar”.

El presupuesto portuario subirá un 11%, en un contexto de claro auge. Los puertos han pasado a ser rentables y, además, las inversiones privadas siguen aumentado. En 2015 lo harán un 43%, hasta los 680 millones, según las previsiones del Ministerio de Fomento. Algunas de las principales obras serán la primera fase del dique exterior del puerto de Almería, la profundización del muelle Juan Carlos I del puerto de Algeciras y las obras en la terminal de contenedores del puerto de Cádiz. El Presupuesto recuerda que se realizarán estudios y proyectos de los accesos ferroviarios a los puertos de Ferrol, La Coruña, Castellón, Tarragona y Almería. Además, se continuará con el de Barcelona, sobre todo a la zona ampliada del mismo, y se licitarán obras del acceso ferroviario a la dársena de Escombreras en Cartagena, entre otros proyectos para incentivar el transporte ferroviario de mercancías. También se prolongarán el dique de Punta Sollana y el espigón central en el puerto de Bilbao.

Las familias españolas gastaron en promedio el 11,8 por ciento de su presupuesto en actividades de transporte en 2012 (INE, 2013). A este componente monetario hay que añadirle el coste del tiempo de viaje, y el de espera y de desplazamiento a/desde las estaciones. Finalmente, también debemos contabilizar los costes derivados de los accidentes y de impactos medioambientales no internalizados.

El coste total del transporte para la sociedad es sensiblemente mayor que los costes de las familias recogidos en el párrafo anterior. Las empresas también soportan costes de transporte, incluidos en el precio de los bienes y servicios, que debemos añadir al 11,8% anterior, así como la parte de las inversiones públicas en infraestructuras y las subvenciones a empresas que se pagan con impuestos presentes o futuros.

En 2013 España figuraba como el quinto país del mundo con mejor infraestructura ferroviaria y el segundo de la UE por detrás de Francia, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE) que recoge datos del informe de competitividad del Foro Económico Mundial. Solo en materia ferroviaria España se sitúa en el «top ten» mundial, dado que respecto a aeropuertos aparece en el puesto doce, el mismo que conquista por sus instalaciones portuarias. En cuanto a carreteras, se sitúa en la décimo tercera posición de entre un total de 148 países de todo el mundo, según el estudio.

Los ingenieros del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) trabajan en una nueva galería en Pajares para conectar uno y otro lado a través de la línea de alta velocidad, de forma que el agujero abierto con grandes sacrificios en 1884 quede relegado. La nueva caverna -en realidad dos tubos de 25 kilómetros de longitud y otro auxiliar- es el séptimo túnel ferroviario del mundo y el segundo de España. Pero el tendido de las vías es hoy por hoy imposible. Los pasadizos están empatanados por filtraciones de agua. Unido a los problemas de financiación, nadie en la Administración se atreve a pronosticar el final de la obra, que se traslada incluso a 2016. Aunque hay quien apuesta por desplazar el cierre a unos años después. Uno de los acuíferos que pasa por la zona -hay unos 20 más- llevaba el agua directamente a los túneles.

“El caudal de agua que captaban los túneles de Pajares estaba en enero de 2007 en torno a 280 litros por segundo, aumentando en mayo de 2007 hasta 480″. Según un informe publicado por el propio Adif, “los primeros estudios específicamente hidrogeológicos se realizaron en fase de obra”. La división de los trabajos en cuatro lotes dificultó que se viera el problema en su conjunto. Cada unión de constructoras velaba por su tramo, por avanzar lo más rápido posible. El informe destacaba la existencia de grandes chorros que entraban por los orificios en las dovelas previstos para inyectar el trasdós, el material para fijar el túnel. Había cientos de puntos como los descritos por los técnicos en su trabajo. Pero también se apuntó al material usado para fijar el túnel, al parecer de no muy buena calidad, que dificulta y encarece la impermeabilización. El riesgo de que algunos tramos se vengan abajo es más que evidente, como reconoció la ministra de Fomento, Ana Pastor.

La obra es sin duda alguna la más compleja que se ha desarrollado en nuestro país. Inicialmente se presupuestó en 1.858 millones de euros, pero ha llegado a los 3.500 millones. Incluso con esa inversión nadie se atreve a garantizar la fecha de su inauguración. Es una auténtica pesadilla.

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