lunes, 7 de octubre de 2019

Levitación por ultrasonidos


Investigadores españoles han creado «estructuras» de sonido capaces de levantar y mover partículas de menos de un milímetro. Creen que en el futuro esto podría servir para mover sustancias dentro del cuerpo humano.


Es como si pudiéramos manejar un objeto con la mano, pero sin necesidad de tocarlo. Levantarlo, girarlo, moverlo arriba y abajo... Manipulaciones de precisión que son posibles gracias a una serie de ondas sonoras y que un equipo de investigadores de la Universidad de Navarra acaba de demostrar en un estudio que se publica en «Nature Communications». Gracias a esas mismas ondas sonoras, además, también es posible crear toda una serie de «estructuras acústicas» tridimensionales, como pinzas, remolinos y botellas, que en un futuro próximo podrán ser utilizadas a modo de «rayos tractores» para transportar mercancías y contenedores sin necesidad de establecer contacto físico alguno.


Los ultrasonidos están hechos de ondas cuyas frecuencias se encuentran por encima de los límites de la capacidad auditiva del ser humano. Pero pueden ser utilizados en prácticamente cualquier medio (aire, agua o incluso tejidos) para hacer levitar objetos de distintos tamaños y materiales. Lo cual significa que es posible manipular, sin tocarlos o contaminarlos de forma alguna, tanto células individuales como líquidos, compuestos o incluso pequeños seres vivos.


Sin embargo, la levitación acústica necesitaba hasta ahora que el blanco de las ondas sonoras (esto es, el objeto que queríamos mover) estuviera encerrado junto a los elementos acústicos que emiten los sonidos.


Pero Asier Marzo y sus colegas de la Universidad de Navarra han sido capaces de poner a punto una red optimizada de ultrasonidos, en la que las ondas sonoras pueden ser coordinadas a través de múltiples elementos acústicos y gracias a la que han demostrado que la «levitación acústica» puede ser utilizada para trasladar, rotar y manipular partículas con diámetros inferiores a un milímetro. Y lo han logrado utilizando una matriz de rayos que se encuentra en un lado, y no alrededor, del objeto que se quiere mover.

Los autores creen que gracias a su técnica será posible, en el futuro, mover y manipular partículas en el interior del cuerpo humano, por ejemplo medicamentos para dirigirlos exactamente hacia su objetivo. E incluso, más adelante, desarrollar nuevas aplicaciones, incluyendo potentes rayos de tracción y pantallas físicas en 3D.

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