miércoles, 13 de enero de 2021

Fundición primitiva valenciana

En 1845, Isidro Bofill establece en la plaza Conde de Carlet de Valencia, un taller que se dedicaba a la fabricación no especializada de piezas, tanto seriadas, como de encargo:

“Fabricaba piezas industriales (tuercas, tornillos, ruedas dentadas, etc.) objetos de utilidad doméstica (planchas, hornillos); pero también elementos ornamentales goticistas (banquetas) y de aplicación a la construcción (herrajes para balcones, cubre persianas), fuentes…

El taller debía importar el carbón mineral de Inglaterra, a pesar de lo cual los precios resultaban competitivos. En sus inicios se contaba con unos veinte operarios, que en los años cincuenta se había ya duplicado”

En 1849 se había creado la Fundición Primitiva Valenciana, de la mano de su fundador Isidro Bofill. Con los años se incorporaría Valero Cases, como director técnico:

…quien de pobre y humilde aprendiz, fue gradualmente ascendiendo, con tanto aprovechamiento, que unos años más tarde sería nombrado director y socio industrial de la nueva fábrica, comprando en 1870 a sus consocios su participación, con lo quedó como único dueño. En los primeros tiempos en que la fábrica estuvo en la calle San Vicente, fueron los años de mayor relevancia de su existencia, y buena parte de éxito se debería, a la buena calidad de los trabajos que salían de la fábrica, en una época en que la fundición en Valencia se mostraba en evolución ascendente.

La incorporación de Valero Cases al mundo de la fábrica, coincidió con la nueva industria prometedora, que ya presentaba aspectos muy diferentes a los de la cerrajería y todavía en los talleres de fundición existían obreros ancianos, cuya labor en aprender el nuevo oficio se hacía difícil. Para entonces la industria valenciana empezaba a desarrollarse en todas sus vertientes y era la fundición de hierro, la que con el tiempo mayor desarrollo y adelanto tuvo. En pocos años, la fundición salió de su infancia, gracias a los aumentos de encargos con que los talleres se vieron favorecidos.

En 1865 el equipo directivo de la Primitiva se vio incrementado en la persona de Francisco Climent Sebastián, quien se incorporó a esta industria siendo muy joven, llegando a estar a la cabeza de la dirección técnica durante varios años. Junto a ellos, un nuevo personaje formaría parte del equipo directivo de la fundición. Se trataba de Miguel Alcalá, quien se encargó de la parte administrativa. Todos ellos bajo la dirección de Valero Cases:

 “la Fundición Primitiva Valenciana estuvo favorecida por los pedidos que el desarrollo agrario demandaba. Su especialidad se encontraba principalmente en la construcción de prensas para la elaboración de vinos y aceites. La experiencia de muchos años en la construcción de grandes prensas le había llevado a colocarse a la cabeza de las fundiciones, en cuanto a solidez y garantía. También se construían, máquinas de vapor, turbinas, ruedas hidráulicas y toda clases de máquinas para aserrar maderas, fábricas de papel”.

Era bastante frecuente encontrar en los diarios de la época, referencia de sus trabajos de construcción:

 “… el señor D. Francisco Monsonís tiene ya contratada la maquinaria a la fundición denominada la Primitiva Valenciana para la construcción de un Ingenio en el almacén de su propiedad en la villa de Burriana“

“… el sábado último se ensayó en los talleres de la fundición Primitiva Valenciana, un trapich para moler caña en cantidad necesaria a la producción diaria de quince quintales de azúcar”

Como testimonio y reconocimiento a su gran labor, damos acogida con gusto a la comunicación que un propietario de entonces, envió a la prensa local, acerca de la gran fábrica que fue la Primitiva:

“…Hace cuatro meses mandé colocar en mi heredad de Sagunto, junto a la Vallesa, una máquina de vapor. Desde la época de su instalación funciona diariamente, con regularidad admirable. Don. Valero Cases, al que hice el encargo, ha demostrado una vez más, lo bien que fabrica en su casa dichas máquinas, sin que tengamos necesidad de ir a buscarlas a Barcelona, París y Londres….

En agosto de 1876, Francisco Climent en representación de la Primitiva, marcharía a la exposición universal de Filadelfia para hacer nuevos estudios en su difícil carrera. A su regreso la prensa local destacaba lo siguiente:

“Ha llegado ya a esta capital procedente de Filadelfia D. Francisco Climent, ilustrado director de la fábrica la Primitiva Valenciana, que ha merecido dos medallas en aquella exposición universal por una máquina cilindro-vapor y una noria para riegos…”

En 1879 se produce la muerte de Valero Cases, y quiso la fatalidad, que el óbito se produjera en la misma fecha, en que la fundición estaba participando con algunas máquinas de vapor, en la exposición industrial de la Lonja, que fueron premiadas. La viuda de Valero Cases, Ramona Civera y su hijo Ramón, que por entonces se encontraba cursando los estudios de ingeniero industrial, intentarán crear una nueva sociedad con Francisco Climent Sebastián y Miguel Alcalá, para lo cual se redactó un Protocolo que no llegó a cuajar por desavenencias con la viuda. Finalmente en 1880 crearán su propia razón social, con el nombre de de la Maquinista Valenciana.

Ramón Cases, el hijo del malogrado Valero Cases, por entonces tenía la edad de veinte años y se encontraba a punto de finalizar la carrera de ingeniería industrial. Era del interés de su madre, como lo había sido en vida de su padre, que acabara con los estudios y tiempo tendría para integrarse a la dirección de la fábrica. No obstante, la necesidad de dar de inmediato a la fundición, una solvencia y respaldo técnico, fueron razones que primaron a la viuda de Cases, para contratar a Julián López Chavarri, para un cargo que años más tarde ocuparía su propio hijo Ramón.

Desde 1876, la Fundición Primitiva Valenciana acude asiduamente a Ferias y Exposiciones, obteniendo diplomas y medallas:

1876 Exposición Universal Filadelfia

1879 Exposición Agrícola de la Lonja. Valencia

1880 Exposición Iris. Valencia

1880 Exposición Skating Garden. Valencia

1881 Exposición Ateneo. Valencia

1882 Exposición de Burdeos.

1882 Exposición Industrial de la Lonja. Valencia.

1883 Exposición de minería. Madrid.

1883 Exposición Regional de Agricultura, Industria y Artes,. Valencia .

1884 Exposición Minería. Madrid. 

LA CONSTRUCCIÓN DE LA PRIMERA LOCOMOTORA FUE EN VALENCIA. 

Nacido de la triple conexión: carbón, hierro y vapor, el ferrocarril constituyó un factor fundamental en la industrialización. Originariamente, la necesidad de un medio de transporte eficaz y barato para el carbón y el hierro, estimuló en Gran Bretaña a comienzos del siglo XIX, los progresos técnicos, que se encargaron de desarrollar unos prototipos de locomotoras movidas a vapor, que terminarían en convertirse en todo un símbolo de la Revolución Industrial. 

El desarrollo ferroviario en los años siguientes, tuvo unas consecuencias realmente revolucionarias, lo que facilitaría los intercambios comerciales y la movilidad de la población, consolidando el crecimiento urbano, estimulando el mercado nacional y el consumo, relanzando la industrialización, y por supuesto, aceleró la siderurgia y la maquinaria, contribuyendo en gran medida al desarrollo de las fundiciones. Según datos recogidos por Pablo Alzola (1841-1912 destacado ingeniero español), las locomotoras en servicio en los ferrocarriles españoles, eran 1245, lo que evidencia el valor que ya representaba este material, que había venido completamente terminado del exterior o bien se había importado la casi totalidad de sus elementos, para su montaje en España. 

Sería en el decenio de los años 80 del siglo XIX, cuando al fin se inicia la construcción de estas primeras locomotoras de vapor, en la fundición La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona, fundada el cuatro de septiembre de 1855.El trece de julio de 1883 la Maquinista recibiría el encargo de construir dos pequeñas locomotoras, para el tranvía de vapor de Barcelona al Clot y San Andrés del Palomar. Estas dos locomotoras fueron las primeras construidas en España, según la historia escrita por la propia Maquinista. Llevaban los números 1 y 2 de fabricación, y 16 y 17 en la explotación del tranvía. 

La primera de ellas se entregó el cuatro de julio de 1884 y en el mes de octubre del mismo año la segunda. No obstante a estas afirmaciones escritas sobre la fecha de la construcción en Barcelona, Jordi Nadal Oller, considerado una autoridad en la historia del proceso de la industrialización española, escribe en uno de sus trabajos, argumentos para situar la industria valenciana dentro del contexto de la industria española y al referirse a la construcción de la primera locomotora dice: 

 “...L´any 1884 és historic en els annals de la Primitiva Valenciana (…) i sobretot la primera locomotora de ferrocarril construida en la Península, provada oficialmente el 13 de maig a la linia de Silla a Cullera, i destinada al tranvía de vapor entre Barcelona i Sant Joan d`Horta. La vella factoría de material agrícola sembla haver descobert en el material ferroviari la rao de la seva pervivencia”..

No fue pues nada extraño, que el almanaque de Las Provincias se hiciera eco de esta misma noticia, comentando los adelantos de la industria valenciana de aquel año.

Para la industria siderúrgica valenciana y en especial para las fundiciones, la construcción de la primera locomotora de España en la Primitiva Valenciana, con material cien por cien de origen español, marcaría un hito dentro de la historia del ferrocarril, digno de destacar como uno de los logros más importantes de nuestro panorama industrial valenciano. 

Quizá la noticia más importante, por lo esperada, fuera la que dieron los diarios valencianos, como testimonio de la realización de la prueba de la locomotora: 

“Ayer a las doce de la mañana se verificó la inauguración oficial de una locomotora para ferrocarriles económicos, construida en los talleres de la fundición la Primitiva Valenciana de esta capital. El acto tuvo lugar en la línea de Silla a Cullera, que con material necesario para la prueba fue cedida galantemente por el jefe Sr Formosa a D. Ramón Cases, ingeniero director y propietario de los talleres de la Primitiva Valenciana.. En el tren de las diez de la mañana partieron de esta ciudad todos los invitados al acto(….)

La inauguración se ha llevado a cabo con el mayor éxito y a satisfacción de todos los ingenieros presentes, la locomotora, con un tren de cinco carruajes y furgón, recorrió algunos kilómetros a razón de 20 y 25 por hora(…) 

Al apearse de regreso en la estación de Silla, el Sr. Cases, recibió la más cordial felicitación de parte de todos sus compañeros ingenieros y de todos los invitados. La industria nacional está de enhorabuena como lo está Valencia por ser cuna de este progreso.

No se precisa, si por entonces Vicente Ríos, y López-Chavarri seguían como maestro artesano y director técnico respectivamente de la Primitiva, pero todo parece indicar que para cuando la primera locomotora vio la luz, los referidos ya no estaban bajo la disciplina de la fábrica. En lo que concierne a Ríos, es muy posible que el momento de la separación se remontara un año antes, -previo a la exposición regional, donde tanto Ríos como la Primitiva acudieron a dicho certamen en 1883, presentando ambos muestrarios distintos. Tal vez, si hubo intervención de Ríos en la construcción de la locomotora, esta debió producirse en sus inicios. 

En cuanto al ingeniero Julián LópezChavarri, por razones imperiosas de su cargo, hacía dos años que había sido ascendido en el escalafón de catedrático numerario de la Facultad de Ciencias, donde seguía ejerciendo, lo que le obligaba a atender nuevas obligaciones de enseñanza. De ahí que Ramón Cases tomara un nuevo ingeniero mecánico D. José Todo y Soler, el cual asumiría las funciones del hasta entonces conocido, señor López-Chavarri. 

Desde 1884 en adelante, aparece la trayectoria menos conocida de la fundición. Tras el éxito logrado con la construcción de la primera locomotora, Ramón Cases se inclinaría por seguir desarrollando la construcción de nuevas locomotoras. 

”La locomotora que pesa ocho toneladas, recorrió varias veces el trayecto que media entre la casa de Malabouche y el Asilo de Romero, colocándose para esto cuñas en las bifurcaciones de la vía, ya que esta carece de agujas móviles, puesto que está construida para tranvías de sangre. La locomotora funciona admirablemente, consume poco carbón y está dotada de todos los órganos que los progresos de la mecánica recomiendan (…) 

El ensayo de la locomotora ha servido además para poner de manifiesto las excelencias de la vía construida por el Sr. Navarro Reverter, director gerente de la Sociedad Valenciana de Tranvías. El Sr. Cases ha dado un gran paso en el camino del desarrollo industrial de Valencia, y merece nuestro sincero aplauso”

La actividad de la Primitiva en la que Ramón Cases y su madre, aspiraban a hacerse un nombre dentro de la rama de los motores, empezaría a desarrollarse dentro de la construcción de locomotoras.  

En la Revista minera, metalúrgica y de ingeniería del 24 de mayo de 1884 se informa de la construcción de estas locomotoras.

Locomotoras construidas en España.

—La Fundición primitiva valenciana, bajo la dirección del distinguido Ingeniero propietario D. Ramon Cases está dando la última mano á la primera locomotora construida en sus talleres, Esta máquina es del tipo Brown perfeccionado y simplificado, llevando repartido mejor el peso por medio de una nueva disposición dada á la caldera, y está destinada á un tranvia de vapor de la provincia de Barcelona.

El Sr. Cases tiene ya pedidas otras siete máquinas, y ante los ventajosos resultados que se esperan, no escasearán los pedidos.

Desde luego enviamos nuestro aplauso al ilustrado y valiente Ingeniero, que no se arredra ante los obstáculos que de todas clases se presentan á los que, como él, dedican su inteligencia, su capital y su trabajo al desarrollo y progreso de la industria nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario