sábado, 12 de abril de 2025

Campanillas de Franklin

Las campanillas de Franklin reciben su nombre de Benjamin Franklin, uno de los primeros en utilizarlas en sus experimentos sobre la electricidad. Se cree que este dispositivo conocido como campanas eléctricas y ampliamente descrito en libros de texto sobre electricidad fue ideado en 1742 por el escocés Andrew Gordon, profesor de Filosofía Natural en la Universidad de Erfurt. Franklin aplicó la idea de Gordon conectando una campana a su pararrayos de puntas metálicas, y la otra campana al suelo. Una de sus cartas contiene la siguiente descripción:

En septiembre de 1752, instalé una varilla de hierro para atraer los rayos a mi casa y hacer algunos experimentos con ella, con dos campanas que avisaban cuándo la varilla estaba electrificada. Descubrí que las campanas sonaban a veces cuando no había rayos ni truenos, sino solo una nube oscura sobre la varilla; que a veces, tras un relámpago, se detenían repentinamente; y otras veces, cuando no habían sonado antes, tras un relámpago, volvían a sonar de repente; que la electricidad a veces era muy débil, de modo que cuando se obtenía una pequeña chispa, no se podía obtener otra hasta un tiempo después; en otras ocasiones, las chispas se sucedían con extrema rapidez, y en una ocasión tuve un flujo continuo de campana en campana, del tamaño de una pluma de cuervo. Incluso durante la misma ráfaga había variaciones considerables. 


La anterior ilustración es del libro Lectures on Natural and Experimental Philosophy de George Adams.

En la página 98 del libro El mundo físico, electricidad, magnetismo T3, Guillemin, Amédée, 1882 se describe el experimento de las campanillas eléctricas.  

EXPERIMENTOS HECHOS CON LAS MÁQUINAS ELÉCTRICAS

En las cátedras de física se hace una serie de curiosos experimentos con las máquinas eléctricas cuya descripción se acaba de leer. Nuestro objeto, al mencionar aquí algunos de los más interesantes, no consiste tanto en estudiar aplicaciones de los fenómenos generales expuestos en los capítulos anteriores.

De uno de los conductores de la máquina eléctrica se suspende una regla metálica mediante una varilla, también de metal. De dicha regla penden asimismo tres timbres, el de en medio de una hebra de seda, y los de los extremos de dos cadenillas de latón, comunicando aquel con el suelo por medio de otra cadena. Finalmente, entre los timbres cuelgan de hebras de seda dos esferitas de cobre (fig. 83).

Tan luego como la máquina funciona, la electricidad del conductor pasa a los timbres extremos, los cuales atraen las esferas de cobre y las repelen después del contacto. El timbre del centro, que se halla en estado natural ó neutro, sometido a la influencia de las esferas electrizadas, se carga de electricidad contraria a la de éstas y las atrae hasta que lo tocan, después de lo cual vuelve a su estado neutro, lo propio que las esferas. Los timbres extremos vuelven entonces a atraerlas y de esta suerte se repite indefinidamente el fenómeno. De aquí resulta una serie de choques sucesivos y por lo tanto de sonidos, que se reproducen mientras el conductor de la máquina está cargado. Esta es la causa de que se dé el nombre de campanario eléctrico al aparato, que sirve también para indicar si el cuerpo del que se le suspende está o no electrizado.

En el siguiente video se puede ver el experimento tal como se describe en el libro de Amédée Guillemin. Dos campanas están conectadas a uno de los polos de la máquina eléctrica y la campana central a tierra. 


Un montaje similar, pero conectando la campana central al otro polo de la máquina eléctrica es el que se muestra a continuación.






En el siguiente experimento la disposición es diferente, una de las campanas está conectada a uno de los polos de la máquina eléctrica y el péndulo está conectado al otro polo.















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