jueves, 1 de agosto de 2019

Fábrica de aglomerados de La Robla


Tras la integración de Valle y Díez se produce la necesidad de fusionar las explotaciones. Los cotos de Matallana, Ciñera y Santa Lucía son una continuidad y se decide llevar a cabo una unificación de la explotación para aspirar a una producción mínima de 300.000 toneladas al año. “Con esta integración el coto minero de esta propiedad pasa a ser uno de los principales de España, tanto por su extensión como por el tonelaje de carbón cubicado”.

Esta producción tendría una destino principalmente ferroviario por lo que se plantea la construcción de una gran fábrica de aglomerados con capacidad para 1.000 toneladas diarias. La compañía está a la espera de la decisión de la Dirección General de Minas que resuelve el proyecto favorablemente en 1951. Esta planta, cuyo coste casi rondará los 50 millones de pesetas, “será, en su género, una de las más modernas instalaciones de Europa”. Para su desarrollo se compran unos terrenos en La Robla y se nombra como director-técnico a Aurelio del Valle Menéndez y se rubrica un contrato con RENFE de 250.000 toneladas al año.


A esta fábrica de aglomerados llevaba mi tío Julio el carbón, desde el lavadero de Matallana. Le pesaban el carbón al salir y al llegar, para que nadie robase parte. Llevaba carbón con su camión Barreiros Dodge. Otros camioneros de la zona eran Rebollo, Santos, Pipas...


La Robla, a comienzos de siglo, era ya un importante foco industrial de la provincia. En la fotografía siguiente, vista general de las fábricas de aglomerados y cerámica de la Sociedad Minero Industrial Leonesa.


Entre los últimos negocios implantados por dicho señor merece especial atención de nuestra parte, la fábrica de aglomerados que la Sociedad Gutiérrez, Zapico y Compañía está terminando de instalar en La Robla, y cuyo montaje y construcción ha estado a cargo de los importantes talleres y fundiciones de D. Miguel de Prado, de Valladolid.

Desde antiguo venía preocupado el señor Zapico con el eterno problema que tanta importancia tenía para los carbones leoneses que en las primeras explotaciones, naturalmente defectuosas, arrojaban una gran cantidad de menudos. En diversas localidades de España, pero alejadas de los centros de producción, surgían fabricas de aglomerados que, tomando los menudos de las minas leonesas, los utilizaban para la fabricación de combustible, con una manifiesta pérdida de la economía regional.

Percatado el Sr. Zapico de la realidad de estos hechos, e impresionado por las instalaciones modernas, que en sus diversos viajes al extranjero había conocido, comenzó a planear el proyecto de la fundación de una fábrica de conglomerados qué, utilizando los menudos de la mayor parte de las minas leonesas, pudiera elaborar éstos en inmejorables condiciones, para poder dar al mercado un producto mejor y más barato del que hasta entonces se conocía. Poco a poco, y auxiliado con los sabios consejos de sus compañeros de trabajo, ideó el plan y la construcción dé una moderna fábrica de aglomerados con arreglo a los últimos adelantos en la materia ; mas una vez vencidos los obstáculos técnicos, que fueron muchos, dada la escasez dé material necesario para la instalación de la misma, así como los precios enormes que alcanzaba el hierro, se planteó el magno problema del lugar del emplazamiento. Había que escoger un lugar próximo a las líneas de embarque, pero, al mismo tiempo, que no estuviera alejado de los centros de producción. Se pensó en varios puntos estratégicos, pero era difícil poder reunir la mayor cantidad de producción minera en muchos de ellos, que, sin embargo, tenían la ventaja de ser inmejorables puntos de embarque. Por fin, después de muchos tanteos y de vencer no pocas dificultades, se decidió el Sr. Zapico a situar su nueva fábrica en La Robla.

Es La Robla uno de los puntos más céntricos de todo el Norte de la provincia de León. A él afluyen las líneas férreas de Asturias y Bilbao. Por la carretera transversal se puede dominar una gran parte de la nueva cuenca, cogiendo al paso minas tan importantes como las de La Magdalena. Aquí, en este lugar, se levantó la fábrica, con excelentes apartaderos y un gran lujo de material.

Dicha fábrica está dotada dé una buena colección de prensas de moderna y excelente construcción, destinadas a formar ovoides y briquetas, y con las que, una vez que la fábrica empiece a funcionar (que será a últimos del presente año), podrá obtenerse una producción aproximada de toneladas 30.000 de aglomerado, como mínimum.

Con esta moderna instalación, las minas leonesas podrán aprovechar hasta el último átomo de su producción íntegra ; el mercado podrá gozar de un nuevo producto en condiciones inmejorables de baratura, y la industria leonesa habrá creado un nuevo organismo donde se utilizará la fuerza de obreros leoneses, que comerán su propio pan.


Acción de la Sociedad Minero Industrial Leonesa de 1919.


Tren de viajeros en La Robla.


En 2008 la compañía Hullera Vasco Leonesa cumplía 115 años, que conmemoran la constitución de la sociedad en Bilbao el 19 de octubre de 1893. Su antecesora fue la Sociedad Colectiva José Amézola y Compañía. La búsqueda de nuevos socios concluyó con la rúbrica de la escritura que dio origen a esta empresa. Se fundó con un capital de 1.375.000 pesetas, dividido en 2.750 acciones de 500 pesetas.

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