miércoles, 30 de marzo de 2011

Mitsubishi Heavy Industries Ltd.

Mitsubishi es una de las mayores compañías de Japón. Fue fundada el 13 de mayo de 1870 por Yatarō Iwasaki. Desempeñó un importante papel en la transformación de Japón en una sociedad industrializada. Se dedicó en un principio al transporte marítimo. En la actualidad, es un consorcio de compañías descentralizadas.

El Mitsubishi A6M "Zero" fue un caza embarcado empleado con notable éxito por la Armada Imperial Japonesa desde 1940 hasta 1945.

La serie 269 de RENFE ha sido sin duda la serie más importante y extensa de locomotoras eléctricas, con un total de 265 unidades fabricadas entre los años 1973 y 1985. Estas locomotoras de tecnología Mitsubishi han remolcado todo tipo de trenes: Estrellas, Diurnos, Talgos a alta velocidad, mercancías e incluso trenes de cercanías. Las primeras unidades se fabricaron en Japón y el resto en España.

La división de defensa de Mitsubishi fabrica fragatas y submarinos, aviones y helicópteros, misiles y motores de aviación de diseño norteamericano.


La división de maquinaria de construcción de Mitsubishi construye motoniveladoras, tuneladoras, estructuras metálicas y plantas desalinizadoras.

La división de maquinaria de Mitsubishi fabrica máquinas de papel, maquinas herramienta, bombas y compresores, máquinas de inyección de plástico, acondicionadores de aire, túneles de viento, equipos láser, robots, equipo médico, etc.

La división de logística de Mitsubishi fabrica gruas para contenedores y carretillas elevadoras para material paletizado.

La división de transporte de Mitsubishi construye trenes para el transporte de pasajeros, sin conductor y monorrail. También construye elementos auxiliares como frenos y vehículos de mantenimiento de vía y catenaria.

La división naval de Mitsubishi fabrica motores diésel MAN y Wartsila, petroleros y gaseros, buques de transporte y de pasajeros.

La división del espacio de Mitsubishi fabrica el lanzador H-IIA y H-IIB, los motores de hidrógeno y oxígeno líquidos LE-7A y el vehículo de transporte HTV.

La división de aeronautica de Mitsubishi fabrica componentes para diversos aviones como el Boeing 787/777/767/747/737, Airbus A380 y otros. También colabora en la fabricación de diversos motores a reacción.

La división de energía de Mitsubishi fabrica calderas y turbinas de vapor, turbinas de gas, plantas de recuperación de CO2, módulos fotovoltáicos, turbinas hidráulicas, aerogeneradores, reactores nucleares, plantas de generación diésel, células de combustible y depósitos de gas y petróleo.

martes, 29 de marzo de 2011

Informe de la IAEA sobre Fukushima

Este informe de la IAEA sobre el Accidente Nuclear de Fukushima corresponde a aquello que se conocía a las 16:30 (Hora UTC) del 29 de marzo.

La situación en la planta de Fukushima Daiichi sigue siendo muy grave.

Se encontró agua acumulada contaminada en las zonas bajas de los edificios de turbinas de las unidades 1, 2 y 3. La intensidad de radiación en la superficie de este agua fue de 0,4 milisievert/hora en la unidad 1 y de más de 1.000 milisievert/hora en la unidad 2 (A las 18:30 UTC del 26 de marzo). La Comisión de Seguridad Nuclear de Japón sugiere que la gran actividad radiactiva detectada en el agua del edificio de turbinas de la unidad 2 es debida a que ha estado en contacto durante un tiempo con algunas varillas de combustible fundido, aunque se desconoce por que conducto ha ido a parar al edificio de turbinas. Las mediciones de radiactividad no pudieron llevarse a cabo en la unidad 3 debido a los multiples escombros que dificultan el acceso.

Se ha estado inyectando agua dulce dentro de las vasijas de acero de los reactores 1, 2 y 3. A partir de hoy en la unidad 1, el bombeo de agua dulce ya no será realizado por los camiones de bomberos, sinó mediante bombas eléctricas alimentadas con un generador diesel. En las unidades 2 y 3 ya se está disponible este procedimiento de bombeo, aunque en la unidad 3 aún se inyecta el agua dulce a través de las tuberías de los bomberos.

En la unidad 1, se ha producido un aumento de la temperatura, en la zona de la vasija del reactor del inyector del agua de alimentación, desde 273,8 °C hasta 299 °C. La temperatura en la parte inferior de la vasija se mantuvo estable a 135 °C. Las temperaturas en la unidad 2 aparecen relativamente estables en los mismos puntos de medida de la temperatura. En la unidad 3, la temperatura en la zona de la vasija del reactor del inyector del agua de alimentación era de 61,5 °C y de 120,9 °C en la parte inferior de la vasija. La validez de las medidas de temperatura en la zona de la vasija correspondiente a las boquillas de alimentación de agua no está totalmente comprobada. Con el aumento de la temperatura en la unidad 1, se ha producido un aumento de la presión en su Cámara de Relajación de Presiones. En la Cámara de Relajación de Presiones de la unidad 2, la presión se redujo ligeramente y está justo por encima de la atmosférica (En condiciones normales habría de ser algo inferior).

Hoy está previsto comenzar a bombear agua fresca en la piscina de combustible gastado de la unidad 4. Las unidades 5 y 6 permanecen en parada fría.

El 28 de marzo se detectó en 12 prefecturas (Ayuntamientos), la presencia de yodo-131, y en 9 prefecturas la de cesio-137 . Los valores más altos de radiación se observaron en la prefectura de Fukushima con 23.000 becquerel por metro cuadrado para el yodo-131 y 790 becquerel por metro cuadrado para el cesio-137. En otras prefecturas en donde se detectó la presencia de yodo-131, las dosis variaron entre 1,8 y 280 becquerel por metro cuadrado. Para el cesio-137, los valores oscilaron entre 5,5 y 52 becquerel por metro cuadrado. En el distrito de Shinjyuku, en Tokio, la radiación diaria provocada por el yodo-131 y el cesio-137 fue inferior a 50 becquerel por metro cuadrado. No hay cambios significativos en los registros de radiación gamma en las 45 prefecturas en comparación con los de ayer.

El 28 de marzo la información sobre la radiactividad en el agua potable recogida por el Ministerio japonés de Salud, Trabajo y Bienestar Social permite recomendar que no se haga uso de ella debido a la concentración de yodo-131 en cuatro localidades de la prefectura de Fukushima. Hasta la fecha no se han detectado concentraciones preocupantes de cesio-137. Los límites permitidos en Japón para la ingestión de agua potable en los lactantes es de 100 becquerel por litro.

El 21 y 22 de marzo se recogieron cinco muestras de suelo a una distancia de entre 500 y 1.000 metros de la chimenea de escape de las unidades 1 y 2 de la central nuclear de Fukushima, para analizar el contenido de plutonio-238, plutonio-239 y plutonio-240. (Por razones analíticas, las cantidades de los isótopos de plutonio 239 y plutonio 240 no se pueden medir por separado). El plutonio-238 se detectó en 2 de las 5 muestras, mientras que el plutonio-239/240 se detectó en todas las muestras, tal como se esperaba. Las concentraciones obtenidas para ambos, el plutonio-238 y el plutonio-239/240 son similares a las depositados en Japón como resultado de los ensayos de armas nucleares (Por parte de otros paises). La relación entre las concentraciones de plutonio-238 y plutonio-239/240 en dos de las muestras indican que pequeñas cantidades de plutonio podrían haber sido liberados durante el accidente de Fukushima, pero se ha de comprobar.

En cuanto a la contaminación de los alimentos se refiere, entre el 24 y el 29 de marzo se tomaron 63 muestras, cuyos resultados se dieron a conocer entre el 27 y el 29 de marzo. Estas muestras incluían diversas hortalizas, frutas (fresas), champiñones, huevos, mariscos y leche pasteurizada en ocho prefecturas (Chiba, Fukushima, Gunma, Ibaraki, Miyagi, Niigata, Tochigi y Yamagata), resultando que el yodo-131, el cesio-134 y el cesio-137, o bien no eran detectados o se encontraron en concentraciones por debajo de los valores establecidos por las autoridades japonesas. El Comité Mixto FAO/OIEA de Seguridad Alimentaria se reunió el lunes con autoridades del gobierno local en la prefectura de Ibaraki, y prestó asesoramiento relacionado con la contaminación de los alimentos y el medio ambiente, incluidos los mecanismos para tratarla y la persistencia de dicha contaminación, ejemplos de estrategias de recuperación, las normas internacionales y el plan de muestreo de la transferencia de partículas radiactivas del suelo a las plantas, especialmente en lo relacionado con la producción de arroz en la zona. Las autoridades del gobierno local informaron al comité de la FAO/OIEA de la extensión de la contaminación en Ibaraki, los principales productos agrícolas afectados, las zonas de producción y los métodos de producción (Invernadero, al aire libre) y los niveles de contaminación que se encuentran. El equipo FAO/OIEA también se reunió hoy con las autoridades locales en la prefectura de Tochigi y se reunirá mañana con funcionarios del gobierno local de Gunma.

Desde los días 27 y 28 de marzo no hay nuevos resultados de las estaciones de monitoreo marino, situadas a 30 kilómetros de la costa. Sin embargo, se dispone de los resultados de nuevos análisis de agua de mar a 330 metros hacia el este del punto de vertido de las unidades 1 a 4 de la central nuclear, realizados el 27 de marzo. Estos análisis muestran una disminución significativa desde los 74.000 becquerel por litro de yodo-131, 12.000 becquerel por litro de cesio-137 y 12.000 becquerel por litro de cesio-134, obtenidos en las muestras del 26 de marzo. En las muestras del 27 de marzo se obtuvieron 11.000 becquerel por litro de yodo-131 y 1.900 becquerel por litro de cesio-137. También se recogieron todos los días muestras de agua de mar a 30 metros del punto de descarga común de las unidades 5-6. Estos resultados también muestran un aumento en las concentraciones de partículas radiactivas el 26 de marzo, respecto del 27 de marzo. Es de esperar que los datos serán muy variables en un futuro próximo en función de los niveles de descarga de agua contaminada hacia el mar. En general, las diluciones por las corrientes marinas y en aguas más profundas y la disminución de la actividad de las partículas radiactivas de período corto, como el yodo-131 y el yodo-132 pronto dará lugar a valores más bajos.

Los primeros análisis en peces fueron realizados por el Instituto Nacional de Investigación Pesquera. Se tomaron 5 muestras de peces en el puerto de Choshi (Prefectura de Chiba) y 4 de estas 5 muestras presentaron concentraciones de cesio-137 por debajo del límite legal. En una muestra se detectó cesio-137 en una concentración que suponía 3 becquerel por kilogramo de pescado (peso fresco), un poco por encima del límite legal. Esta concentración no supone ninguna preocupación para el consumo de pescado. Todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones de las concentraciones previstas en los alimentos marinos, porque la situación puede cambiar rápidamente, sin embargo, se espera que las concentraciones detectadas inicialmente en el agua de mar pronto bajarán a valores más bajos por la dilución y los niveles en los alimentos marinos muy probablemente no alcancen niveles superiores a los límites señalados para el consumo, (Suponiendo que las descargas de agua contaminada del reactor hacia el mar no continuen). No se espera que el pescado u otra comida marina sean recogidos en un área cercana a la central nuclear de Fukushima, en la situación actual. En algunas algas marinas se sabe que se acumulan en particular, el yodo-131 y el tecnecio-99m. Sin embargo, estos valores no tienen mayor importancia debido a la corta vida media de estos elementos radiactivos.

El grupo de investigación SIROCCO, dependiente del Observatorio Midi-Pyrenées, de la Universidad de Toulouse (CNRS), puso en marcha hace días un modelo matemático para simular la dispersión en el mar de los elementos radiactivos. El modelo se basa en los datos conocidos sobre las corrientes oceánicas y las condiciones meteorológicas actuales. Las previsones son que, después de un inicial desplazamiento hacia el noreste los vertidos líquidos de los reactores dañados y el agua contaminada llegarán al norte de las estaciones de seguimiento entre una y dos semanas después. Un modelo con el lanzamiento del trazador directamente en el mar mostrar el resultado de una propagación a lo largo de la costa en dirección sur y noreste de propagación alejándose de la costa. Si se tienen en cuenta las partículas depositadas en el mar desde la atmósfera, en pocos días la contaminación llegará a Kuro-Shivo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Los elevadores de la Cinque Terre

En esta región vinícola de Italia se utilizan unos curiosos medios de transporte, para sacar los racimos de uvas de las empinadas laderas frente al mar. Algunos de estos transportadores sobre rail son de la marca Plumettaz.

Se denomina Cinque Terre a una porción de costa formada por cinco pueblos en la Provincia de La Spezia, bañada por el Mar de Liguria (Italia).

Cinque Terre abarca desde Punta Mesco hasta Punta di Montenero, y comprende los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore.

Esta región, gracias a sus características geográficas, constituye uno de los principales atractivos de la Riviera Liguria. Su paisaje montañoso constituido por distintas terrazas que descienden hacia el mar con una fuerte pendiente. La mano del hombre, a lo largo de los siglos, ha modelado el terreno sin alterar el delicado equilibrio ecológico, utilizando esas terrazas en declive para desarrollar una particular técnica agrícola destinada a aprovechar todo lo posible la disposición del terreno.

En 1997, a instancias de la Provincia de La Spezia, las Cinque Terre, junto con Portovenere y las islas de Palmaria, Tino y Tinetto, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Corniglia se sitúa en el centro de las Cinque Terre, y es el más pequeño de las cinco. Se diferencia del resto de los pueblos de la región en que es el único que no se conecta directamente con el mar, sino que se sitúa sobre un promontorio de unos cien metros, circundado por viñedos distribuidos en las características terrazas en el lado que mira hacia el mar.

sábado, 26 de marzo de 2011

Protección contra la radiación

Tres operarios de la planta nuclear de Fukushima fueron hospitalizados el jueves pasado tras verse expuestos a una radiación excesiva, de entre 173 y 180 milisieverts, mientras trabajaban para extender cables eléctricos cerca del reactor número 3. Antes del accidente las normas japonesas establecían un máximo de radiación acumulada de 100 milisieverts, pero con los acontecimientos se ha elevado hasta 250 milisieverts.

Los tres trabajadores recibieron una radiación de entre 170 y 180 milisievert, según la cadena japonesa NHK, que citó fuentes de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Los heridos eran subcontratados por la empresa eléctrica TEPCO, la empresa operadora de la central nuclear, y trabajaban para extender el tendido eléctrico en el edificio de turbinas que se encuentra frente al reactor 3.

Los tres empleados de la central nuclear de Fukushima fueron llevados al hospital de la ciudad de Fukushima, desde donde estaba previsto trasladarlos a un instituto especial de radiactividad en la ciudad de Chiba, situada al este de Tokio.

Los trabajadores sufrieron heridas en los pies debidas a radiaciones beta. Sorprendentemente no calzaban botas especiales, aunque si disponían del resto del equipo protector, fabricado con fibras Tyvek, por la multinacional química norteamericana DuPont.

Los trajes utilizados para la protección en ambientes en los que existan agentes químicos o radiactivos son básicamente una vestimenta preparada para permitir el paso de aire al interior del traje (Dado que de lo contrario el calor generado por el cuerpo haría imposible llevarlo puesto durante periodos largos de tiempo) pero filtrando cualquier tipo de agente químico o partículas radiactivas (Alfa y beta).

El principio fundamental de estos trajes es el mismo que el de los purificadores de agua, el carbón activo. Un compuesto especial de carbono teje una red minúscula que absorbe cualquier tipo de molécula, impidiendo el paso de bacterias, virus, productos químicos dañinos, o partículas radioactivas. Para que estos trajes sean realmente efectivos, se deben acompañar de cinta adhesiva en todos los puntos de unión entre diferentes elementos, como son los tobillos, muñecas, cuello, o cintura.

Los tejidos utilizados para estos trajes son el Tyvek y el Hagor, que no protegen contra la radiación, por lo que para estos casos se debe optar por trajes basados en tejido Demron, que es el único traje anti-radiación no basado en el plomo que ofrece protección contra los letales rayos X y las emisiones de rayos gamma de baja intensidad. Otro tejido muy utilizado es el Nomex, que protege del calor de los incendios.

Un aspecto de los trajes especiales es que su efectividad está limitada en el tiempo, ya que a medida que el tejido va absorbiendo los comtaminantes radiactivos o químicos del aire que le rodea, va perdiendo capacidad de filtrado, por lo que a las 6 horas aproximadamente hay que realizar una descontaminación del traje, que básicamente lo limpia para que pueda volver a filtrar.

Las máscaras de gas funcionan mediante un principio muy parecido, emplazando un paquete de filtros en la entrada de aire, con la ventaja añadida de que los filtros utilizados son recambiables.

Los diferentes tipos de radiaciones ionizantes se comportan de manera diferente, lo que hace que los modos de protegerse de ellas también lo sean.

Las partículas alfa (Núcleos de helio) son los menos penetrantes. Incluso las partículas alfa muy energéticas pueden ser detenidas por una hoja de papel.

Las partículas beta (Electrones) son más penetrantes, pero pueden ser absorbidas por una lámina de unos pocos milímetros de aluminio. Frente a ellas también es una buena protección una gruesa capa de un material de baja densidad, como por ejemplo el plástico, á madera, el agua o los acrílicos como el Plexiglás o el Lucite.

La radiación de neutrones es altamente penetrante. Los neutrones son absorbidos por los núcleos de los átomos en una reacción nuclear. Esto supone un peligro de radiación secundaria, debida a la transmutación de los núcleos de los átomos irradiados, formando isótopos más pesados, muchos de los cuales son inestables.

viernes, 25 de marzo de 2011

Duelo en Libia

Según informaciones de la agencia REUTERS (23-3-2011) la zona de exclusión aérea sobre Libia podría costar más de un billón de dólares (704 millones de euros) si la operación se extiende por más de dos meses, según han asegurado analistas de defensa a la agencia Reuters.

Avión Rafale despegando del portaaviones Charles de Gaulle.

Zack Cooper, analista senior del Centro de Evaluación Estratégica y Presupuestaria ha asegurado que el coste inicial de eliminar las defensas aéreas libias será de entre 281 y 574 millones de euros, mientras que una vez establecida mantener la exclusión aérea supondrá una inversión de entre 21 y 70 millones de euros por semana.

El ejército de Estados Unidos no tiene cifras oficiales aún sobre el coste de la operación, que empezó el 19 de marzo. Con todo, la operación en Afganistán tiene un coste sensiblemente mayor: supone para las arcas estadounidenses 6.351 millones al mes.

La operación "Odyssey Dawn" ha sido analizada por Zack Cooper y Tom Harrison, que han tomado como escenario una zona de exclusión aérea que ocupe solo la parte norte del país, hasta el paralelo 29.

Para hacer el cálculo han tenido en cuenta el coste por metro cuadrado de anteriores zonas de exclusión aérea y lo han plicado a la situación en Libia. El precio de las municiones, el combustible y el mantemiento son los costes primarios.

Sin embargo, también contemplan los costes de las operaciones adicionales. Así, el lanzamiento de misiles Tomahawk por parte de Reino Unido y Estados Unidos a objetivos del régimen costaría 140 millones de euros.

Entre los Tomahawks y otras municiones y las horas de vuelo y combustible, el coste inicial de la operación para acabar con la defensa aérea libia rondaría entre los 281 y los 574 millones.

Además, incidentes como la caída por una avería del F-15 de Estados Unidos en territorio rebelde es un coste inesperado, porque supondrá además su probable reemplazo por otro bombardero, con un precio estimado de entre 70 y 105 millones de euros.

Estados Unidos ha hecho más de la mitad de las salidas aéreas y ha lanzado la mayor parte de los misiles.

Los aliados europeos han asegurado que el coste de la operación no será muy alto estimación fiable sobre el coste de las operaciones, aunque piensa que su coste será modesto, comparado con el de las operaciones en Afganistán. El ministro de Economía británico, George Osborne, ha subrayado que es muy pronto para hacer una estimación fiable sobre el coste de las operaciones, aunque cree que su coste será modesto comparado con Afganistán. El Ministerio de Defensa en su estimación inicial dice que el coste será del orden de las decenas de millones y no de centenares de millones de libras.

Pero los analistas de defensa también advierten de que los gastos de la operación podrían aumentar rápidamente, en función de la duración y las dificultades con las que se encuentren. El analista Francys Tusa ha detallado a la BBC que el Reino Unido espera tener unos costes de 229.00 euros por cada avión que intervenga en las operaciones y que los misiles costarán 919.000 cada uno.

Entre los medios utilizados para destruir la capacidad militar libia se pueden encontrar los misiles Tomahawk lanzados por norteamericanos e ingleses (Unos 110 la primera jornada), los aviones ingleses Typhoon y Tornado (Utilizados para destruir los radares y sistemas de defensa antiaerea), los aviones franceses Rafale y Mirage 2.000 (Utilizados para destruir los blindados libios), los aviones americanos B-2, F-16, F-18, F-117 y F-22 Raptor (No detectable por los radares) y los misiles de crucero europeos Storm Shadow, que pueden ser lanzados desde los Typhoon, Rafale y Mirage 2.000.

España participa con la fragata F-100 Mendez Núñez, el submarino S-74 Tramontana, cuatro cazas F-18 (Equipados con misiles aire-aire de medio alcance AMRAAM y de corto alcance Sidewinder), un avión cisterna B-707 y un avión de vigilancia marítima CN-235. Serán movilizados cerca de 500 soldados, de los que aproximadamente un centenar forman parte de la dotación del Ejército del Aire. El coste de nuestra contribución al mantenimiento de la zona de exclusión aérea supone unos 10 millones de euros.

Militares españoles arman con misiles uno de los cazabombarderos F-18 desplegados en la base de Decimomannu (Cerdeña, Italia) para la misión en Libia.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Comienza a funcionar el sincrotrón ALBA

Ayer martes efectuo con éxito sus primeras pruebas con rayos X, un año después de su inauguración, el sincrotrón ALBA, que actuará como un microscopio de gran precisión, un paso más para recibir a los primeros investigadores, en otoño.

El sincrotrón, que de momento, se ha librado de los recortes presupuestarios, ha dedicado los últimos doce meses en completar la construcción del complejo de aceleradores de electrones, en realizar pruebas de funcionamiento y en la construcción de las siete estaciones experimentales.

En los últimos días, se han logrado abrir los obturadores que separan el acelerador de la línea de luz, que permite el paso de los rayos X (Radiación sincrotrón) a una de las líneas de la nave experimental.

Se trata de un paso importante para la puesta en marcha de esta línea, que se dedicará a la microscopía de Rayos X, y permitirá analizar células. Estas pruebas se han realizado después de haber recibido hace unas semanas los permisos correspondientes del Consejo de Seguridad Nuclear.

La instalación ALBA está formada por un acelerador lineal y un sincrotrón que acelera los haces de electrones hasta velocidades próximas a la de la luz (99,99% de la misma).

Los electrones son inyectados en un anillo de almacenamiento de 270 metros de perímetro para producir radiación electromagnética (Luz de sincrotrón) en un espectro continuo de longitudes de ondas entre el infrarrojo y los rayos X, capaz de analizar muestras de pequeñas dimensiones, tales como estructuras cristalinas, nuevos materiales, análisis de contaminación, muestras biológicas o arqueológicas.

Las características de esta "fábrica de luz" le permite conocer la estructura de la materia, lo que la hace útil en todos los campos de la ciencia, como la nanotecnología, y abre la puerta al diseño de nuevos fármacos y diagnóstico de terapias médicas.

Levantado junto al campus de la Universidad Autónoma de Barcelona esta fuente de luz de sincrotrón, de tercera generación, es la más importante del suroeste de Europa, y sus dispositivos lo hacen equiparable a instalaciones similares existentes en Alemania, Suiza, Francia y el Reino Unido.

ALBA, cuya construcción ha supuesto una inversión de más de 200 millones de euros, se ha librado de los efectos del recorte presupuestario, gracias a que, cuando comenzó la crisis, ya tenía transferidos los recursos necesarios para la fase de inversión inicial, y posteriormente no ha sufrido desviaciones presupuestarias relevantes.

Ambos factores son relevantes, porque la crisis ha coincidido de lleno con la fase en la que suelen aparecer las desviaciones presupuestarias en los proyectos de grandes infraestructuras. No obstante mantener el sincrotrón a nivel mundial requiere un esfuerzo continuado de inversión para mantener la posición y evitar la obsolescencia prematura.

La llegada de los primeros equipos de investigadores está ligada al avance de las pruebas de los distintos equipos (Complejo de aceleradores y cada una de las estaciones experimentales), con el grado de incertidumbre que ello conlleva, aunque se prevé para el próximo otoño.

Estos primeros grupos externos ayudarán a completar la puesta en marcha y a validar su correcto funcionamiento, lo que en este ámbito se conocen como "friendly users". La estación experimental que en estos momentos se encuentra más avanzada y que, previsiblemente, recibirá a los primeros grupos, es la línea de Microscopía, dedicada al análisis de muestras biológicas.

Cuando las estaciones experimentales estén funcionando a pleno rendimiento, el acceso a las mismas se hará mediante convocatorias públicas y un proceso de selección basado en el mérito científico, realizado por un comité externo independiente.

Aunque los usuarios industriales serán una fracción pequeña de la actividad total del sincrotrón, en comparación con los de perfil científico, los responsables de ALBA quieren que estén presentes. En este sentido, ya han establecido algunos contactos preliminares.

sábado, 19 de marzo de 2011

¿ Como se llega a esto en Fukushima ?

A lo largo de la historia de la energía nuclear ha habido tres grandes accidentes En 1979 se produjo el de Three Mile Island (Pennsilvania EEUU), el segundo en abril de 1986 en Chernóbil, y el tercero es éste que aún está sucediendo en Fukushima, Japón. El caso de Fukushima se trata de un emplazamiento con 6 reactores, casi todos ellos afectados en mayor o menor medida.

De todos los accidentes el menos grave fue el primero (EEUU), éste de Japón es mucho más grave y ocuparía el segundo lugar, y el más grave de todos, con mucha diferencia, y a la espera de cómo acabe éste, fue el de Chernóbil. Las causas de los otros accidentes fueron humanas, y fundamentalmente se debieron a errores humanos en las operaciones. En este se juntan una gran catástrofe natural, su diseño y la imposibilidad de llevar medios externos a la central en los primeros momentos.

El terremoto de la región japonesa de Tohōku del 11 de febrero pasado, de 9 grados en la escala de Richter ocurrió a las 14:46 (Hora japonesa), es decir a las 05:46 (UTC). Duró entre 2 y 4 minutos, según que se consideren, o no, las réplicas de grado 6 que le acompañaron. La NASA, con ayuda de imágenes de satélite, ha podido comprobar que el conjunto de islas que forman Japón se ha desplazado aproximadamente 2,4 metros, y se ha alterado el eje terrestre en aproximadamente 10 centímetros. El epicentro del terremoto se encontraba situado en el mar, frente a la costa de Honshu, 130 km al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi, y a unos 32 kilómetros bajo el nivel del mar. Las ondas sísmicas primarias avanzan a una velocidad de entre 8 y 13 kilómetros por segundo, las secundarias entre 4 y 8 y las superficiales a 3,5 Km/s.

Los círculos indican el terremoto principal y las diferentes réplicas posteriores.

El tsunami posterior al terremoto afecto de forma diferente a diferentes puntos de la costa. En la costa norte de Japón se registró una ola de 0,5 metros de altura, en Iwate 4 metros, 10 metros de altura en el aeropuerto de Sendai (Llegó a las 15:55 hora local japonesa), en la Prefectura de Miyagi y un máximo de 23 metros en Ofunato, en la Prefectura de Iwate, según un estudio realizado por el Instituto de los puertos y aeropuertos, gracias al sistema de posicionamiento por satélite GPS y otros instrumentos de medición. El mayor tsunami ocurrido en Japón se registró en 1896 con olas de 38,2 metros. El tsunami tardó en llegar entre 10 y 30 minutos a las primeras áreas afectadas, a continuación fueron batidas por sus olas las zonas más hacia el norte y el sur. En algunas zonas el tsunami penetró hasta 10 kilómetros tierra adentro. La ola sel tsunami se genera en el mismo momento en que se produce el movimiento de la tierra y viaja por la superficie del mar a una velocidad de unos 600 Km/h.

Al llegar el terremoto a la central nuclear, los diferentes detectores de vibraciones, como por ejemplo, los instalados en las turbinas de vapor, hacen saltar los sistemas de protección automáticos y paran la central. Eso supone un conjunto de operaciones, entre otras la desconexión de los generadores eléctricos de la red, la introducción entre las barras de combustible de las varillas de control, para reducir al máximo la fisión del combustible de óxido de uranio, el cierre de las válvulas que conducen el vapor de agua a las turbinas y la puesta en marcha de los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo.

En un primer momento la temperatura dentro del núcleo es la normal de funcionamiento de unos 250/300º C, pero pasados unos segundos, debido al corte de la salida de vapor de agua y de que la actividad de la fisión desciende rápidamente, pero de forma gradual, aumenta mucho si no se ponen en marcha los sistemas de refrigeración de emergencia. En el caso de que falle la red eléctrica se ha de contar con un tiempo extra de retardo para poner en marcha los equipos diésel y conectarlos eléctricamente a los subsistemas de mergencia. Este retraso puede ser de entre uno y cinco minutos.

Aunque el reactor esté parado, éste sigue generando calor aunque ya no haya muchas fisiones, por el calor residual de los productos de fisión (Aproximadamente un 5% de la potencia nominal, que va disminuyendo a partir de la parada). Por ejemplo en el caso del reactor número 1, su potencia eléctrica es de 460Mw y su potencia térmica de 1.381 Mw. Un 5% de esta potencia térmica suponen 45,55 Mw, es decir, 10.879 Kcal/segundo. Con todo este calor se puede elevar un grado centígrado la temperatura de 10,8 metros cúbicos de agua por cada segundo que pasa (En unas condiciones ideales de presión similar a la atmósferica). Si el agua se encuentra bajo presión su temperatura aumenta menos, pero no mucho menos. Para que el agua hierba a 260º C la presión de la vasija del reactor ha de ser de 47 atmósferas. Esta presión crece de forma exponencial con la temperatura, de forma que a 316º C ya es de 108 atmósferas.

Los Sistemas de Refrigeración de Emergencia del Núcleo de una central similar a la de Fukushima (Garoña) (Del tipo BWR) actuarían correctamente, manteniendo la vasija del reactor a baja temperatura aun en el caso del peor accidente posible originado por la rotura total de una tubería de gran dimensión (24 pulgadas de diámetro en el caso de Garoña) en el interior de la Contención Primaria, incluso cuando los sistemas normales de refrigeración no funcionaran debido a la falta de suministro exterior de energía eléctrica. Una vez que se detecta la falta de corriente eléctrica de la red se ponen en marcha, de forma automática, los motores diesel que generan la electricidad que permite hacer funcionar todos estos sistemas de emergencia. En el caso de la central de Fukushima la ola del tsunami posiblemente entró en la sala de motores diésel (Entre unos 20 minutos y una hora después del terremoto), aspirando estos el agua de mar, con toda la arena que pudiese llevar, entrando en los cilindros y provocando su parada e inutilización. A partir de aquí los sistemas de refrigeración de emergencia no pudieron funcionar más que el tiempo asegurado por sus baterías (Unas pocas horas) y la central quedó abandonada a su mala suerte.

Los sistemas de refrigeración de emergencia del núcleo son de varios tipos.

Inyección del Refrigerante a Alta Presión (HPCI). Es un sistema autónomo que entra en funcionamiento cuando la vasija está todavía con presión de vapor.

Rociado del Núcleo. Está dotado de dos bombas (En el caso de Garoña) capaces de inyectar agua desde la cámara de relajación al interior de la vasija por encima de los elementos combustibles.

Inyección de Refrigerante a Baja Presión (LPCI). Este equipo incluye bombas e intercambiadores de calor, para extraerlo hacia el exterior, que inyectan agua desde la cámara de relajación al interior de la vasija, manteniendo el núcleo inundado y perfectamente refrigerado.

Sistema automático de Alivio de Presión. Se trata de un conjunto de válvulas que impiden el aumento de la presión en el interior de la vasija por encima de unos valores que podrían llevar a su rotura.

Condensador de Aislamiento. Es un gran intercambiador de calor diseñado para enfriar el vapor existente en la vasija del reactor. Su capacidad de enfriamiento es de 41.000 kW (En el caso de Garoña), suficiente para eliminar el calor residual que se genera en el núcleo después de haber parado el reactor.

Esquema correspondiente a la central de Garoña.

Al aumentar la presión en la vasija del reactor actuan las válvulas de seguridad y expulsan una cierta cantidad de vapor hasta que al bajar la presión vuelven a cerrar. Este vapor es aspirado, por la diferencia de presión, hacia la Cámara de Relajación de Presiones, un gran depósito toroidal medio lleno de agua en donde los vapores se condensan. Como ya hemos dicho el núcleo del reactor produce aun mucho calor y para vaporizar un litro de agua a una presión de 30 atmósferas y una temperatura de 233º C, se necesitan 428 Kcal. Con este 5% de potencia térmica residual puede vaporizar 25 litros de agua por segundo, o lo que es lo mismo, un metro cúbico y medio de agua por minuto. Aquí tenemos el origen del descenso del nivel del agua en la vasija del reactor.

A fuerza de condensar los vapores que recibe, la presión dentro de la Cámara de Relajación de Presiones también aumenta, por lo que se ha de dar salida a una parte de su contenido. En parte se expulsan vapores y en parte agua líquida, por lo que puede que el nivel de agua aquí también baje de los niveles adecuados.

Al bajar el nivel del agua en el interior de la vasija del reactor una parte de las varillas de combustible quedan al descubierto, sin estar bañadas por el agua líquida, lo que hace que suba su temperatura. Al estar a gran temperatura el metal que forma la envoltura de las varillas de combustible reacciona con el vapor de agua, produciendo hidrógeno gaseoso que se expulsa con el vapor de agua en la próxima apertura de la válvula de seguridad de la vasija del reactor. Aparte, el deterioro de las vainas de las varillas de combustible provocan que los subproductos radiactivos de la fisión salgan afuera de las mismas, con lo que los vapores expulsados se vuelven radiactivos, al contener pequeñas cantidades de yodo, cesio y estroncio radiactivos.

En el caso de que se llegara a fundir una parte de las varillas de combustible, (La superior) al dejar de estar bañadas por el agua y refrigeradas por ella, el combustible fundido, junto con el metal de la vaina que lo contiene, caería hacia abajo a la zona en donde aun queda agua produciendo un nuevo recalentamiento de la misma. Este metal fundido se introduciría y se solidificaría entre la parte inferior de las barras de combustible y las barras de control, impidiendo, posiblemente, el posterior funcionamiento de extracción de las mismas, tanto de unas como de otras. Afortunadamente aun se ignora, aunque se teme, que se haya producido una fusión parcial en alguno de los reactores. Como poco, algunas de las vainas de las varillas de combustible han de estar seriamente dañadas, para dejar salir tantas partículas radiactivas, ya que se han detectado aumentos en la radiactividad de las verduras y la leche de la zona e incluso en el agua de consumo de Tokio, sin contar los aumentos medidos en el interior de la central y alrededores.

La fusión, total o parcial, del núcleo también produciría otros elementos radiactivos, susceptibles de ir a parar a la atmósfera o a la capa freática (Aparte del yodo, el cesio y el estroncio).

Con el paso del tiempo y si se consigue mantener el nivel de agua dentro de la vasija dentro de unas alturas de seguridad, el calor producido por el núcleo va descendiendo paulatinamente, aunque siempre está produciendo calor, ya que un cierto grado de fisión siempre se produce, aunque la central esté totalmente parada y con todas las varillas de control dentro del bloque de barras de combustible.

Por alguna razón, una parte de estos vapores radiactivos expulsados de la Cámara de Relajación de Presiones llegó a la camara existente sobre el reactor, en la que se encuentran el puente grua de carga y descarga de combustible y la piscina de almacenamiento del combustible gastado. El hidrógeno contenido en estos vapores al contacto con el oxígeno del aire reacciona expontáneamente, produciendo explosiones de gran poder de destrucción, lo que se lleva por delante la cubierta de hormigón de esta cámara y, posiblemente, agrieta las piscinas que contienen el combustible gastado, por lo que estas comienzan a perder agua y a dejar las barras de combustible gastado al descubierto, con el consecuente aumento de temperatura y riesgo de fusión del material combustible. También pudiera ser que la estructura de las piscinas hubiera sido dañada por el mismo terremoto.

En condiciones normales esos vapores, algo radiactivos se llevan a un conjunto de filtros, que retienen las partículas radiactivas haciéndoles pasar por una balsa de agua, y se liberan a través de chimeneas, en donde arden sin peligro de explosiones.

En las piscinas que contienen las barras de combustible gastadas se necesita de un sistema de refrigeración activo, que se perdió al parar la central y desconectarse de la red eléctrica, quizás también ello haya influido en el descenso del agua en algunas de las piscinas, por evaporación del agua que contenían. El sobrecalentamiento de las piscinas también puede llegar a deteriorar las varillas de combustible gastado y provocar emisiones de particulas radiactivas a la atmósfera. Mientras más calor se produzca, mayor sera la convección que lance estas partículas en suspensión, hacia el aire.

Mientras no pudieron hacer otra cosa, los técnicos japoneses se limitaron, cuando los niveles de radiación dentro de la central se lo permitían, a rociar todo el conjunto de la central con agua para enfriarlo en la medida de lo posible y evitar la proyección a la atmósfera de partículas radiactivas. Este agua también ayuda a rellenar el nivel de la misma en las piscinas que contienen las barras de combustible gastado.

A partir del jueves se comenzó a tender un cable para volver a conectar los reactores a la red electrica y, de este modo, recuperar los sistemas de refrigeración de emergencia. También se abrieron agujeros en la cubierta de hormigón de algunos reactores para impedir que la concentración de hidrógeno los hiciera saltar por los aires, como ocurrió en los reactores 1 y 3.

Una vez llevados los cables de conexión eléctrica hasta los edificios de los reactores se ha de revisar todas la cadena de componentes que forman la instalación eléctrica necesaria para alimentar las bombas y las válvulas de los sistemas de refrigeración de emergencia, y todo ello, entre los hierros retorcidos de la parte superior de alguno de los edificios de los reactores.

Para colaborar en las tareas de recuperación y sellado de la central Francia enviará a Japón este fin de semana un cargamento de 130 toneladas entre robots y material especializado para tratar de controlar fugas radiactivas, con destino a Fukushima.

Electricité de France (EDF) anunció ayer que junto a Areva y el Comisariado de la Energía Atómica (CEA) prepara un envío que será transportado a Tokio a bordo de un avión Antonov 225. EDF ya había enviado esta semana 100 toneladas de ácido bórico para enfriar los reactores de Fukushima.

El material incluye en particular maquinaria robotizada pilotada a distancia, capaz de trabajar en un medio con radiactividad y de intervenir tanto en interiores (Filoguiados) como en el exterior (Radiocontrolados). Entre la maquinaria están palas mecánicas, camiones y excavadoras, y también pequeños robots, que pueden realizar trabajos técnicos complejos, como la extracción de material o la recuperación de residuos, así como llevar a cabo mediciones de la radiactividad y tomar imágenes y transmitirlas.

El envío corre a cargo del Grupo de Interés Económico de Intervención Robótica sobre los Accidentes Nucleares (GIE INTRA), en el que EDF es mayoritaria. La misión de este organismo, cuya actividad se basa en las enseñanzas de la catástrofe de Chernóbil en 1986, es la concepción, explotación y puesta a disposición de maquinaria dirigida por control remoto y especializada en la intervención en casos de accidente nuclear grave en instalaciones industriales.

El Gobierno alemán también ofreció al Gobierno japonés una serie de robots controlados a distancia y con capacidad para operar en zonas radiactivas, que podrían emplearse en las tareas de reparación de la central nuclear de Fukushima.
La maquinaria alemana para accidentes ofrecida a Japón pertenece al Servicio Técnico de Ayuda Nuclear, una iniciativa conjunta de todos los consorcios energéticos germanos que gestionan centrales atómicas.

Por el momento una treintena de camiones rocían con 3,8 toneladas de agua por minuto, desde una altura de 22 metros, el reactor número 3. Debido a la radiactividad que hay en esta zona de la central los camiones y sus conductores se turnan por grupos de cinco.

La Agencia France-Presse nos permite ver este vídeo de los reactores con su cubierta desmontada y echando vapor.

Lignito y cemento en Mallorca

En la nueva rotonda de entrada a Lloseta, junto al nuevo puente sobre las vías del tren cerca del oratorio del Cocó han colocado una bocamina con dos vagones cargados de carbón y un minero, que recuerdan que en esta zona de Mallorca la minería del carbón de lignito duró unos 150 años, finalizando en 1989.

El nuevo puente ha sido necesario por la escasa altura del viejo puente, que no permitía la instalación de la catenaria para la electrificación del tren.

Bocamina de Manacor.

En Manacor se conserva una bocamina similar a la que se ha reproducido en la rotonda de Lloseta. Las tres minas que funcionaron en Manacor disponían de pozos.
Manacor no era tierra de carbón. La disposición y composición del suelo, más apta para la extracción de agua, hacía impensable que el municipio pudiera unirse a una industria centrada sobre todo en Alaró, Binissalem, Sineu, Selva y Lloseta. Pero para los habitantes de los terrenos de Son Ramon, siguiendo el camino de Conies a unos cuatro kilómetros de la ciudad, el siglo XX comenzó con sorpresa. Esta es una zona de acuíferos, ideal para la extracción de agua. Alrededor de este lugar era habitual que los payeses perforaran entre 20 y 30 metros y encontraran agua sin más esfuerzo. En Son Ramon se perforaba 30, 50 y hasta 200 metros abajo y no había resultado alguno, sólo material arcilloso (Lo que en el campo se conoce como blau) y una extraña tierra negra que no dejaba ir más allá. Muchos dejaron sus ahorros en el intento. En eso llegaron al lugar tres avispados empresarios de Binissalem interesados en el tema. El material era lignito.

A principios del siglo XX había dos minas, pero sólo quedó una en los años 30. Todavía hoy es posible ver la boca de entrada, aunque a unos cinco o seis metros adentro está ya tapiada. El procedimiento era relativamente fácil. Se abría un gran pozo, y a partir de ahí se excavaba siguiendo un corredor central que se iba aguantando con arcos de madera, y se bifurcaba en ramales. A los cien palmos (unos 60 metros) se habilitaba una estructura mayor. A los 120 palmos ya había vetas de otros siete palmos de carbón.

La mina se iluminaba a base de luces de carburo diseminadas por la galería, reforzadas con las que llevaba colgada cada trabajador. No se usaban cascos ni otras protecciones y el mineral se transportaba en una vagoneta en sacos sobre la espalda. Se trabajaba de sol a sol y por un sueldo de seis pesetas por jornada trabajada, domingos incluidos. Cada día, carros procedentes de Manacor aguardaban los sacos que, pagados a entre 10 y 15 pesetas, abastecían exclusivamente a los herreros del municipio. Al ser de calidad inferior, el lignito debía mezclarse con carbón de Binissalem para poder ser utilizado.

La tragedia avanzó el final de la actividad. Tras sólo medio año de explotación, en 1931 uno de los trabajadores que había quedado ese día en una de las galerías oyó un ruido extraño tras la pared. La curiosidad le llevó a picarla. Era una potente vena de agua que le aplastó e hizo cerrar la mina.

Máquina de extracción de la mina Truyola en Lloseta, restaurada para ser visitada en el año 2000.

Las minas de lignito de Mallorca comenzaron a explotarse a finales del siglo XIX con métodos artesanales y primitivos. En 1930, los pozos de Lloseta, Selva, Consell, Sineu, Benissalem y Alaró producían ya el 85% del carbón de la isla, destinado a la generación de electricidad.

En 1943, el Coto Minero de Alaró fue comprado por Andreu Isern, quien impulsó la minería energética de la comarca de un modo notable. Hasta aquellas minas llegaron gran cantidad de trabajadores, sobre la década de los 60 del siglo XX, procedentes de Puertollano o Asturias, llegándose a alcanzar la cifra de 600 mineros a pleno rendimiento. Entre 1944 y 1951, un pequeño ferrocarril minero estuvo transportando los carbones hasta la estación de Consell.

Más tarde, las minas de carbón pasaron a ser propiedad de Lignitos S.A., empresa filial de GESA, modernizándose entonces las instalaciones e introduciéndose en ellas elementos mecánicos de extracción y transporte, sustituyéndose así la tradicional tracción animal mediante mulas. En 1989, con el cierre de la mina de Lloseta (Que estuvo abierta más de 100 años), y posteriormente los pozos de Alaró concluiría más de un siglo de historia minera en la comarca del Raiguer.

En mayo de 1983, 23 mineros de los 146 trabajadores que tenía la empresa Lignitos, SA, se encerraron en el interior de las galerías del plano inclinado Acetileno de Alaró, como presión en demanda de mejoras laborales.

El pozo Santa Catalina, enclavado en el paraje conocido como Can Cabrit (Selva), estuvo en funcionamiento hasta 1975. Aún se conserva su pequeño castillete metálico, la casa de la máquina de extracción e incluso un balde, suspendido bajo las poleas, empleado para el izado de materiales.

Las imágenes de Santa Catalina son de Biel Fiol.

La siguiente fotografía, de un castillete de mampostería con una pequeña polea, fue tomada en la zona de Sineu.

En Alaró existieron el pozo San Narciso, el de San Lorenzo, el socavón la Mejor y el pozo plano Acetileno. El castillete San Lorenzo se ve desde la carretera a Alaró, aunque el acceso, a pesar de ser un camino público está vallado. Ramon Capdevila explotó la mina Dos Hermanos entre 1924 y 1941. En 1954, en Lloseta estaban en explotación tres pozos, Truyola, Sant Tomàs y Can Ramis), de los cuales se extraían 26.750 toneladas de lignito anuales ocupando una extensión subterránea de 38 hectáreas. Estos tres pozos estuvieron abiertos hasta 1973. En la falda de la Serra de Tramuntana se extraían en 1931, el 85 % del total de los lignitos de Mallorca.

Fue en el año 2000, una vez restaurada la antigua mina de sa Truiola, en Lloseta, cuando empezó a organizarse la celebración anual de antiguos mineros. La fiesta consiste en la celebración de una misa en honor de Santa Bárbara (Su patrona) y a continuación una comida de hermandad, donde se recuerdan los tiempos de trabajo duro. Cada año se celebra en uno de los municipios que tuvieron minas de lignito. Cada vez son menos, pero aun quedan cerca de un centenar de antiguos mineros. En los tiempos en que funcionaban las minas, por la mañana se celebraba una misa en la parroquia y la empresa obsequiaba con un refresco a todos los trabajadores. Pero lo más importante era el sobre, en el interior del cual los dueños o concesionarios de la mina colocaban un billete de cinco duros para gastos en el día de la patrona.

Lignitos S.A. es hoy en día propiedad de un grupo 100% mallorquín, es una empresa de origen minero, creada en la década de los años 70 por su matriz, la eléctrica Gas y Electricidad, S.A. (GESA), hoy integrada en ENDESA, para explotar los yacimientos de lignito de la cuenca minera mallorquina Alaró-Lloseta, en respuesta a la crisis energética de 1973.

A mediados de los 80, superada la crisis energética, y agotada la explotación a cielo abierto de Son Odre, y declinando ya el potencial de la mina de interior Acetileno, se planificó una alternativa a la actividad extractiva de carbón para finales de la década y se eligió un campo prometedor: la roca ornamental.

Hoy en día, Lignitos S.A. explota la cantera de caliza marmórea tipo "Mallorquín" Son Odre situada en las cercanías de Biniamar, con equipamiento moderno basado en el corte por hilo adiamantado, y despieza y transforma esta roca en su factoría de Marratxi.

Este mármol, de un cálido cromatismo embebido en los tonos ocres tan característicos del paisaje mallorquín, y de excelentes características frente a la absorción del agua, y frente a las resistencias mecánicas a la compresión, flexión, desgaste y choque, ha sido material básico, durante milenios, en la construcción de viviendas y dependencias en todo el territorio situado al Norte del eje Palma-Alcudia, y ha acompañado siempre como elemento de distinción a las mejores construcciones en arenisca realizadas en el Sur, en la zona del "marés".

La actividad desarrollada por Lignitos S.A. en este campo ha supuesto, por primera vez en la historia de este material, la existencia de una oferta amplia del mismo, a precios muy competitivos, y permite a urbanistas, arquitectos, promotores, y en definitiva al usuario final, contar con un material noble, limpio, hermoso y duradero que puede actuar tanto de esqueleto como de piel de cualquier obra de calidad.

Una instalación industrial que sorprende al llegar a Lloseta es la fábrica de cemento portland, inaugurada el año 1957 que utiliza pieza caliza de la zona y en su día carbón de las minas de lignito. Lloseta tiene el encanto especial de sus casas del núcleo urbano antiguo, contando además con el oratorio del Cocó y el palacio de Aiamans. Este último fue propiedad de Jaime I. El banquero mallorquín Joan March lo adquirió en el año 1927, parcelando sus tierras, lo que facilitó el crecimiento del casco urbano. Sus casas y jardín están abiertas al público, siendo escenario de actos culturales.

La empresa CEMEX, propietaria de la cementera de Lloseta lleva años invirtiendo en la implantación de sistemas de gestión medioambiental integrales, que abarquen la totalidad del proceso de producción del cemento.

Su fábrica de cemento de Lloseta, conocida popularmente como Portland de Mallorca, y las plantas de hormigón de Palma y Alaior (Menorca) poseen el Certificado ISO 14001 de Gestión Medioambiental que se caracteriza porque los procedimientos desarrollados tienen como prioridad la protección de la atmósfera, las aguas y el suelo, el uso racional de los recursos, la minimización y correcto tratamiento de los residuos, además del ahorro de energía y materias primas.

La fábrica de Lloseta es una de las que reutiliza los lodos de las empresas de terrazos como materia prima en la fabricación del cemento, lo que supone una reducción del volumen de residuos depositados en los vertederos, una disminución de las extracciones de las canteras para la fabricación del cemento, y una reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Las graveras de donde obtienen los áridos para la fabricación de cementos y hormigones se encuentran en entornos naturales, por lo que inevitablemente su extracción modifica el paisaje. En el apartado de áridos, la empresa CEMEX tiene en funcionamiento ocho canteras, dos en Menorca, en los municipios de Alaior (Llimpet) y Ciudadella (Son Planes), cinco en Mallorca y una en Ibiza (Can Xumeu).

Los gestores de la empresa trabajan para que sus canteras recuperen unas condiciones similares a las que existían antes de que el área fuera explotada o, al menos, unas condiciones compatibles con su hábitat natural.

Por ejemplo, en la cantera de Son Planes se han replantado unos 10.000 m2 de terreno con pinus halepensis y arbustos autóctonos. Y en la de Llimpet, según ha ido avanzando el frente se ha restaurado el espacio con encinas de los viveros de la cantera en base a un proyecto autorizado y supervisado por las Consellerias de Industria y Medio Ambiente. Por la gestión de Llimpet, Aenor acaba de hacer entrega a Cemex del primer certificado de Gestión Minera Sostenible de España, que se basa en dos nuevas normas españolas de calidad pioneras en el mundo.

La crisis económica, y en especial la de la construcción, se hace notar en Baleares. La factoría de cementos Portland de Lloseta, cerró durante un tiempo el segundo de los dos hornos que producen el clinker, una materia prima imprescindible para la elaboración del cemento. La paralización de los dos hornos es una consecuencia de la menor demanda de material para la construcción. La fábrica produce un cincuenta por ciento menos de cemento con respecto a hace unos años, cuando todavía no se notaban los efectos de la crisis.

El director de la fábrica, Ignacio Miranda, precisó que la falta de actividad de los dos hornos de la factoría no significa que haya dejado de fabricar cemento. El clinker almacenado permite continual con la producción.

El horno pequeño hace más de un año que se encuentra parado, según indican los técnicos, mientras que el más grande y moderno es el único que trabaja en los últimos tiempos. Se aprovecha esta inactividad para realizar en él trabajos de mantenimiento y reparación, tareas que apenas podían llevarse a cabo cuando la fábrica trabajaba al cien por cien.

La plantilla actual de la fábrica, después de una serie de prejubilaciones y jubilaciones pactadas, se ha quedado en 115 trabajadores y la producción de cemento, en comparación con los primeros años del siglo, ha disminuido en un 50 por ciento. Por otra parte, la empresa está estudiando la exportación de cemento al extranjero para compensar el descenso de la demanda local.

Se están optimizando todos los recursos. Durante el día, los molinos y la fabricación de cemento se encuentra parada y solamente funciona en horas nocturnas y los fines de semana debido a que el consumo eléctrico resulta más barato.

Otra cuestión es el uso del combustible para los hornos. Actualmente se está usando un 30 por ciento de biomasa (madera usada triturada, despojos de los árboles, hojas de palmera y cáscaras de almendra) y se espera llegar a un uso del 50 por ciento como ocurre en otras fábricas de la misma compañía, ya que es más económico y rebaja mucho los niveles de CO2 que se desprenden a la atmósfera.

A pesar del espectacular descenso en la producción de cemento como consecuencia de la crisis, la empresa no ha barajado la posibilidad de cerrar la fábrica. De lo contrario no se estaría realizando un 30 por ciento de mejoras en la factoría ni una inversión de dos millones de euros en la construcción de unas naves para albergar las materias que llegan y que se convierten en biomasa. Además, Cemex tiene fábricas en todo el mundo y personal suficientemente preparado para afrontar las crisis, de las que siempre se puede aprender algo.