martes, 30 de marzo de 2021

Eclipse de sol del 15 de marzo de 1858

ECLIPSES. (El museo universal, 30 de marzo de 1858)

ECLIPSE DEL 15 DE MARZO.

Todo el mundo sabe lo que es un eclipse, la privación de luz que esperimenta un cuerpo por la interposición de otro entre él y el foco luminoso.

Este fenómeno sin embargo tan sencillo y comprensible, verificado en el cielo, ha llamado siempre la atención de los pueblos, y aun hoy, cuando se conoce la verdadera causa de este fenómeno, se calcula con la mayor exactitud, y no produce en el hombre los temores que en otros tiempos le hacia ver la preocupación; un eclipse se mira como acontecimiento que forma época.

Los eclipses de sol, lo mismo que todos los demás fenómenos celestes visibles, que se verifican con poca frecuencia, fueron mirados por los pueblos antiguos como señales evidentes de la cólera divina y como precursores de algún azote de la humanidad.

En los anales de la China se hace mención de eclipses antiquísimos; pero no tenemos seguridad de que fuese calculado ni predicho ninguno, aun con poca exactitud, hasta' el que se verificó 585 años antes de Jesucristo, que fue observado por Tales de Mileto. Ya entonces era conocida la verdadera causa de este fenómeno, que unos pueblos atribuían á guerras entre los astros, y otros esplicaban por medio de fábulas acomodadas á su mitología ó á su historia. 

Los eclipses de sol, únicos á que nos referimos en este artículo, solo pueden verificarse cuando hay luna nueva, porque solo entonces se halla nuestro satélite entre el sol y la tierra, y puede interceptar los rayos solares. Mas no se crea que hay eclipse cada novilunio, porque las órbitas terrestres y lunar no están en un mismo plano, y por lo tanto solo puede verificarse en los nodos, puntos en que se cortan ambas órbitas, ó á una distancia menor de 18º á cada lado de ellos. 

El eclipse no es el mismo para todos los puntos de la tierra, ni tampoco los pueblos que pueden observarle le ven á un mismo tiempo. Desde luego se comprende que solo será visible en el hemisferio que tenga el sol sobre su horizonte, y en este hemisferio podrá ser central, parcial ó invisible, según que el punto desde donde se quier hacer la observación, esté situado en el centro de la sombra que proyecta la luna, fuera de él, ó fuera de la sombra. Los pueblos situados al Occidente le ven antes que los que están al Oriente, porque la sombra sigue en la tierra la misma dirección que la luna en el cielo de Oriente á Occidente.

Como el diámetro del sol es mucho mayor que el de la luna, la sombra que esta proyecta detrás de sí en el espacio, tiene la forma cónica, de manera que cuando el eclipse sea central, el espacio oscurecido en la superficie terrestre será exactamente un círculo. Este círculo será tanto mayor, cuanto mas próxima esté la luna á la tierra; y la duración del eclipse será el tiempo empleado por la sombra en recorrer este espacio, que es por término medio de unas 50 leguas. El cálculo da para la duración máxima de un eclipse total, según Sejour, en el ecuador, en las circunstancias mas favorables y teniendo en cuenta el movimiento de la tierra, 7 minutos 58 segundos. 

Algunos astrónomos antiguos y entre ellos Ticho-Brahe, creían que no podía verificarse nunca un eclipse total, atendida la enorme diferencia de los volúmenes del sol y la luna. Sin embargo si Ticho-Brahe hubiera vivido algunos meses mas, hubiera podido observar el que tuvo lugar el mismo año de su muerte, en 1601.

Desde el principio de la era cristiana hasta nuestros días se han observado treinta y uno totales y diez anulares.

No contamos entre, ellos las tinieblas que sobrevinieron á la muerte del Salvador porque no pudo haber entonces eclipse por hallarse la luna en plenilunio, pues sabido es, que la crucifixión tuvo lugar el día 14 de la luna de Marzo.—Ademas la duración de las tinieblas fue mucho mayor de la que puede tener un eclipse, pues duraron, según testimonio de autores contemporáneos, tres horas. Ni Según las tablas astronómicas hubo aquel año ninguna eclipse total: el último que hubo se verificó el 24 de noviembre del año 29, y no fue total en Judea. 

El eclipse observado en esta córte el 15 de Marzo, principió á las 11 y 7 minutos de la mañana verificándose el primer contacto de la luna con el sol á los 106º del vértice superior del sol á las derecha, como se ve en la figura que representa el eclipse visto desde Madrid, y terminó á la 1 y 52 minutos de la tarde. La mayor ocultación  del disco solar se verificó á las 12 y 30 minutos, estando eclipsados en este momento casi la 5 sextas partes del sol.

Este eclipse fue observado en el observatorio astronómico de Madrid por una comisión del cuerpo de ingenieros, y por los astrónomos Sers. Aguilar y Novella. Para el primero principió el eclipse 27 segundos antes que para Novella y terminó también 27 segundos después.

Esta diferencia, que prueba la exactitud de la observación es debida á la diferencia de medios con que fue observado. El Sr. Aguilar empleó un anteojo magnífico que se ha recibido hace poco, y que describiremos en otra ocasión, cuya lente tiene 10 pulgadas de diámetro y 17 pies de distancia focal. El Sr. Novella usó un anteojo pequeño cuya lente solo tiene 27 líneas de diámetro.

La irradiación solar fue observada de minuto en minuto por el señor Rico con el actinómetro de Herschell, instrumento de una sensibilidad y precisión esquisitas.

A continuación ponemos como un dato curioso el valor de esta irradiación en partes de escala del actinómetro, tomadas de 12 en 12 minutos. En esta tabla puede observarse con qué rapidez decrece la irradiación á medida que se oculta el disco solar.

Durante el eclipse, la luz fue disminuyendo gradualmente y tomando un tinte pálido algo verdoso, que daba á la naturaleza un aspecto singular de tristeza. Los pájaros y palomas acudían presurosos y en silencio á sus nidos como á la aproximación de una tempestad.

El eclipse general fue visible antes que en ningún otro punto en el Brasil, y terminó completamente en el Norte de Asia.

El eclipse central principió en el mar de las Antillas y terminó en Rusia.

Este eclipse ha sido considerado como anular y como total. En París se ha calculado como total en las inmediaciones de la isla de Madera; nuestro observatorio de San Fernando le hace anular. La exactitud, precisión y esmero con que sabemos se hacen todos los cálculos, duplicados y revisados en San Fernando, empleando las fórmulas mas exactas nos hacen creer que ha sido anular. La figura 2 representa la luna y la proyección de su sombra sobre la tierra. La línea curva y negra que pasa al Occidente de Europa y se dirige hacia Noruega es el camino recorrido por el cono de sombra por los puntos en que el eclipse fue central.

Para concluir diremos los eclipses totales de sol que han de verificarse en este siglo, visibles en España. Uno el 18 de julio de 1860; otro el 22 de diciembre de 1870 visible en Andalucía; otro el 19 de agosto de 1887 visible en la costa de Cataluña y Valencia, y el otro 28 de mayo de 1900.

FELIPE PICATOSTE.

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