El ejército nacional comenzó la ofensiva en Asturias el día 1 de septiembre mediante un ataque por la costa desde territorio santanderino.
El día 9 comenzaron las operaciones para hacerse con el control de los puertos que enlazan León con Asturias. El puerto de Pajares, por el que pasaba la carretera N-630 de León a Oviedo, estaba bajo control republicano, muy fortificado. Por eso los nacionales iniciaron una maniobra para penetrar en Asturias por puertos secundarios y alcanzar Pajares por la retaguardia. En los primeros días de octubre hubo grandes temporales de lluvia, pero finalmente los días 11 y 12 los nacionales lograron cruzar el río Sella. El día 16 llegaron al Nalón, y el 21 de octubre de 1937 finalizaron los combates.
El general Aranda que dirigió estos combates, relató su versión sobre las operaciones de la Ofensiva para conquistar Asturias en una conferencia que dio en la Cátedra Palafox de la Universidad de Zaragoza en 1961. Todo ello se recoge en el libro La Guerra de Liberacion Nacional, Universidad de Zaragoza. Cátedra "General Palafox" de Cultura Militar, Universidad de Zaragoza, 1961.
Aranda se había sublevado en Oviedo el 19 de julio de 1936, siendo asediado desde entonces por las milicias republicanas, hasta el día 17 de octubre de 1936 en el que las columnas gallegas mandadas por el general Martín Alonso, abrieron un pasillo hasta Grado. Después de esto Aranda es ascendido a General y tras reponerse en Grado de una herida de cierta gravedad, recibe la Laureada de San Fernando, y pasa a mandar la VIlI división. Una vez conquistada Asturias, el 24 de octubre se crea el Cuerpo de Ejército de Galicia, al mando del general Aranda.
Obús de montaña 105/11 modelo 1919 Schneider
Hacia el final de la Primera Guerra Mundial, la pieza reglamentaria de la artillería de montaña francesa, el obús de 65 mm modelo 1906, se consideró insuficiente y se proyectó un nuevo obús de montaña de 75 mm derivado del obús de montaña de 75 mm de Schneider-Danglís. El uso del nuevo modelo en Marruecos, durante la guerra del Rif, demostró la necesidad de también contar con un calibre mayor, adoptándose el de 105 mm.
El modelo 1919 fue adquirido por España, que también adquirió la licencia de fabricación. En España el 1919 fue fabricado en Trubia y Sevilla, y fue declarado reglamentario por real orden circular del 8 de julio de 1924 con la denominación de «obús de 10,5 montaña, modelo 1919». En España complementó y reemplazó al cañón de montaña Schneider de 70/16 modelo 1908. El modelo 1919 se empleó extensivamente durante la guerra del Rif y fue asignado a los regimientos y grupos de artillería de montaña y a las agrupaciones de artillería en el Protectorado de Marruecos. También fue empleado durante la Revolución de 1934, tanto en Barcelona como en Asturias.
Tras el estallido de la Guerra Civil, ambos bandos encuadraron y mandaron al frente las piezas en las unidades y parques bajo su control. Un batería sublevada de 105/11 en Tetuán realizó los primeros disparos de artillería de la guerra, atacando a las fuerzas leales en el aeropuerto. Las fábricas de Sevilla y Trubia siguieron fabricando piezas durante la guerra, con ocho obuses fabricados en Trubia en los quince meses que estuvo bajo control republicano y cincuenta y dos en los diecisiete meses que pasó a estar bajo el control del bando sublevado. Sevilla pudo producir diez baterías una vez que volvió a recibir suministros de Trubia. Tras el final de la guerra, se contabilizaron 188 obuses modelo 1919 en el inventario del Ejército.
Los obuses 105/11 modelo 1919 se siguieron fabricando, con las fábricas de Trubia y Sevilla pudiendo producir una batería al mes cada una.9 En 1941 se comenzó a fabricar también el cañón de montaña 75/22 modelo 1940, que se montaba sobre la cureña del 105/11. Una batería de 105/11 y otra de 75/22 participaron en 1944 en la repulsa de la invasión del Valle de Arán. Durante la Guerra de Ifni en 1956, el Grupo de Artillería a Lomo de Ifni estuvo compuesto por dos baterías de cuatro obuses 105/11 cada una, participando en los combates en la zona y siendo uno de sus artilleros la primera baja mortal de la campaña. En 1960 el Ejército español todavía contaba con 247 piezas de 75/22 y con 470 de 105/11.
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