En la madrugada del pasado lunes (Regresó a la superficie a las 4 de la madrugada, hora española.) el director de Avatar y Titanic, James Cameron, realizó una inmersión a 10.898 metros de profundidad, con un minisubmarino llamado "Deep Sea Challenger" en la fosa de las islas Marianas, a 500 kilómetros de Guam en la llamada profundidad Challenger (Llamada así por el barco que la sondeo por primera vez). Esta formación marina es un surco abisal de 2.550 kilómetros de longitud (150 veces más largo que el gran cañón del colorado). Los contenidos grabados, en esta y otras inmersiones, serán parte de una serie de documentales que se emitirán en la National Geographic.
Cameron empleó dos horas y 36 minutos en alcanzar el punto de máxima profundidad a bordo del submarino y regresó a la superficie en tan sólo 70 minutos. El mini submarino, de siete metros de altura, 11,8 toneladas de peso y un habitáculo de poco más de 100 centímetros de ancho, está equipado con brazos robóticos y cámaras para grabar toda la expedición. Pero una fuga de líquido hidráulico ha impedido que Cameron pudiera recoger alguna muestra para regresar con ella a la superficie. Mientras que los sumergibles de diseño tradicional se desplazan a lo largo de un eje horizontal, el Deep Sea Challenger es el único que se desliza rápidamente por el agua en posición vertical.
Hasta el momento James Cameron ha realizado 72 inmersiones en minisubmarino, 12 para visitar y filmar los restos naufragados del Titanic.
En 1960, el batiscafo Trieste alcanzó este punto del océano Pacífico con Don Walsh y el explorador suizo Jacques Piccard, bajando a 10.916 metros de profundidad y teniendo que soportar una presión de 1.072 atmósferas, pero Cameron ha sido el primero en realizar este viaje en solitario. En 1960 se tardaron 6 horas en hacer toda la inmersión y cerca de 4 en el descenso, lo que solo dejo 20 minutos para la exploración a gran profundidad.
Estaba previsto que Cameron explorase la fosa de las Marianas durante unas seis horas, pero determinados problemas con el submarino le obligaron a finalizar su misión antes de lo pensado. Durante la inmersión se perdió parte de la capacidad de propulsión, e incluso la capacidad de dirección del aparato. Por eso se decidió subir antes para ser recogido por el buque de exploración Mermaid Sapphire que forma parte de la expedición de National Geographic.
El submarino se construyó en Sydney(Australia) en la empresa de diseño e investigación Acheron Project Pty Ltd. El Deep Sea Challenger incluye equipo para tomas de muestras científicas y cámaras de alta definición en 3D, iluminadas por focos y paneles de LEDs. El submarino se construyó en colaboración con National Geographic y con el patrocinio de Rolex, dentro de su proyecto "Deepsea Challenge". En la investigación y el desarrollo de la nave y de la misión han participado la Scripps Institution of Oceanography, el Jet Propulsion Laboratory (NASA), la empresa de telecomunicaciones australiana Telstra y la Universidad de Hawai. El diseño de ingeniería de los elementos estructurales más importantes, como la columna de flotación y la esfera para el piloto, fueron diseñados por la empresa Tasmanian Company Finite Elements.
El interior de la esfera de 109 centímetros de diámetro que ocupa el tripulante es tan pequeño y está tan lleno de equipos que el piloto tiene que mantener sus rodillas dobladas y apenas puede moverse. El vapor de agua de la respiración del piloto y la condensación del sudor en el metal frío de la esfera desemboca en un espacio donde se aspira en una bolsa de plástico. En caso de emergencia, el piloto puede beber de este agua.
Los ingenieros hicieron la cámara del piloto esférica y de un espesor de pared de 6,4 centímetros, porque esta forma permite que sea resistente y ligera. La esfera, con su escotilla y la ventanilla, se probaron dos veces en una cámara de presión de la Pennsylvania State University a una presión de 1.138 bares. Veintidós medidores de deformación unidos a la esfera indicaron que podría soportar hasta un 140 % de la presión de prueba sin sufrir deformaciones.
El interior de la esfera está cubierto de aparatos electrónicos, pantallas, interruptores automáticos y depósitos.
El asiento del piloto se sitúa encima de un conjunto de baterías de emergencia. A su derecha se encuentran los cartuchos para absorber el dióxido de carbono y liberar oxígeno y a su izquierda el panel de instrumentos incorpora una gran cantidad de interruptores que controlan todo, desde los motores de las hélices hasta las comunicaciones.
A pocos centímetros de la cara del piloto una pantalla muestra las imágenes captadas por una cámara EPIC 5K que genera un ángulo de visión muy amplio, mejor que lo que el piloto pudiera ver con sus propios ojos, desde el extremo más estrecho de la ventana cónica de la esfera.
Una pantalla táctil al lado de la "ventana virtual" le ayuda a supervisar todo, desde la energía de la batería a los niveles de oxígeno.
En el interior también se encuentra la comida, el agua y los joysticks conectados a los motores de las hélices que controlan el movimiento horizontal y vertical del submarino.
El submarino está equipado con dos botellas de oxígeno comprimido, que contienen el suficiente para mantener la respiración del piloto durante un máximo de 56 horas, lo que supone siete veces el tiempo de inmersión previsto para el Abismo Challenger.
Aproximadamente un 70 % del volumen del submarino está formado por una espuma especial, denominada ISOFLOAT ™, formada por millones de microesferas huecas de vidrio suspendidas en una resina epoxi. Esta espuma se utiliza para asegurar la flotación y está preparada para resistir las increíbles presiones de las profundidades del océano.
El submarino desciende gracias a los 450 kilogramos de peso de los lastres de acero sujetos a ambos lados mediante electroimanes.
Para subir a la superficie, el piloto ha de accionar un interruptor que permite que las placas de acero caigan al fondo del océano. Para asegurar su correcto funcionamiento, los ingenieros han incorporado varios sistemas redundantes.
Una vez en el fondo, el piloto utiliza las palancas de mando para controlar los motores de las 12 hélices para propulsar el submarino. Los propulsores le permiten avanzar a 3 nudos en horizontal y a 2,5 nudos en vertical.
Periódicamente, el submarino envía automáticamente la telemetría de la nave con la información de la presión, temperatura, niveles de oxígeno, y otros datos. El médico de la expedición revisa estas cifras para asegurarse de que la esfera está proporcionando un medio habitable.
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