miércoles, 2 de abril de 2025

Accidente minero en la mina de Cerredo

A primera hora del lunes 31 de marzo se produjo una explosión en una de las máquinas que operaba en el interior de una mina situada en Cerredo, en el municipio asturiano de Degaña. Una bolsa de grisú provocó una fuerte deflagración que acabó con la vida de cinco mineros y heridas y graves quemaduras a otros cuatro, dos de ellos graves, que fueron trasladados en un primer momento al centro de salud de Laciana para posteriormente ser remitidos uno al Hospital de León y otro al Hospital El Bierzo de Ponferrada, en helicóptero y ambulancia de soporte vital básico, respectivamente. Uno de los heridos es Enrique Álvarez Fernández, de 47 años, residente en Albares de la Ribera (Torre del Bierzo), casado y con tres hijos. 

Otro herido, de 36 años, vecino de Degaña, fue trasladado al Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea. Sufría un fuerte traumatismo en la cabeza y para practicarle más pruebas se le remitió después al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En este centro de Oviedo también ingresó otro herido, con carácter grave por un politraumatismo.

Los muertos son David Álvarez, Jorge Carro André, Rubén Souto Robla, Amadeo Bernabé Castelao e Iván Radío Barciela. 

David Álvarez, de 33 años, natural de Torre del Bierzo era hijo de minero y contaba con experiencia en la mina, trabajó en Carbones Viloria y fue uno de los mineros que vivió el cierre del Pozo Salgueiro de UMINSA, en Santa Cruz de Montes, la última explotación que cerró en la comarca. Estaba en esta mina desde el pasado mes de enero.

Jorge Carro, natural de Sosas de Laciana, había tenido un bar y deja mujer y una hija de dos años. En el accidente también falleció su primo, Rubén Souto Robla, natural de Caboalles de Abajo.

Amadeo Castelar, natural de Villaseca y casado en Caboalles de Arriba en donde vivía, había estado de baja y se había incorporado a su puesto de trabajo hacía unos 10 días. 

Iván Radío era natural de Orallo. 

El accidente se registró en el tercer piso de la mina sobre las 8.45 y el primer aviso al 112 de Asturias tuvo lugar a las 9.32 de la mañana. En un primer momento, seis personas quedaron atrapadas a varios metros de profundidad. Cuatro fueron localizados sin vida y, minutos más tarde, fue rescatado un quinto trabajador herido de gravedad. El sexto fue encontrado unas horas después ya fallecido. 

El Grupo de Rescate fue movilizado con el helicóptero medicalizado del SEPA y también los otros dos helicópteros multifunción del organismo autónomo, uno para trasladar a la Brigada de Salvamento Minero de HUNOSA desde el pozo Fondón y el otro para trasladar al lugar personal de intervención, entre otros, la Unidad Canina.

La Sala 112 del SEPA, además de los tres helicópteros, Grupo de Rescate y Unidad Canina activaron a Bomberos del SEPA de los parques de Cangas del Narcea e Ibias, Jefe de Zona, Vehículo de Apoyo Logístico y Puesto de Mando Avanzado.

Hasta el lugar se desplazaron tanto servicios sanitarios, bomberos y Brigada Central de Salvamento Minero, como efectivos de la Guardia Civil de Degaña, Cangas de Narcea, así como de Policía Judicial de Pravia.

La hipótesis que barajaban en aquel momento tanto la Brigada de Salvamento Minero como la Policía Judicial era que la deflagración se habría originado en una máquina en el interior de la mina, que a su vez habría prendido una bolsa de gas grisú. 

El último gran accidente minero en España, ocurrido hace doce años en el Pozo Emilio del Valle de León, el grisú también estuvo detrás de la tragedia que se llevó seis vidas.

Entierro de cuatro mineros

Alrededor de cuatro mil personas asistieron el 2 de abril al funeral que el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, ofició en el polideportivo de Villablino para despedir a Jorge Carro, Rubén Souto, Amadeo Bernabé e Ibán Radio. David Álvarez  fue enterrado el día anterior en Torre del Bierzo.

Más de mil personas asistieron al funeral dentro del polideportivo, todas ellas familiares y amigos cercanos de los mineros, mientras que otras tres mil, entre las que se encontraban las autoridades, tuvieron que seguir la misa desde fuera a través de unos altavoces porque no cabía más gente dentro de las instalaciones.

Uno de los momentos más emotivos se ha vivido cuando la hija de Ibán Radio, Rebeca, se dirigió al final a los presentes en representación de todas las familias y dedicó unas palabras a su padre y a sus compañeros.

Entre las autoridades estaba la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los delegados del Gobierno en Castilla y León y Asturias, Nicanor Sen y Adriana Lastra. 

Coto Minero Cerredo

El Coto Minero Cerredo o Grupo Cerredo, surgió en el año 2009 de la fusión de los derechos de explotación de las empresas Coto Minero Cantábrico y Unión Minera del Norte, ambas pertenecientes al empresario Victorino Alonso. En ese momento se contemplaba la continuidad de la explotación de interior más allá del 2018. Estaban reconocidas unas reservas de 30.000.000 de toneladas de carbón, permitiendo una producción anual de 575.000 toneladas entre las dos empresas, con un precio del carbón internacional de unos 115 euros por tonelada. Hoy ese precio se sitúa en torno a los 500 euros.

Victorino Alonso en la actualidad cumple pena de prisión, en tercer grado, por sus condenas por delitos ambientales cometidos en sus minas en la provincia de León. El empresario minero, insolvente pese a su supuesto patrimonio millonario, en estos últimos tiempos ha intentado apropiarse de terrenos propiedad de algunos vecinos en la comarca de El Bierzo y también bloquear la salida de carbón de sus antiguos almacenes comprados por otras empresas en la liquidación de su empresa.

Este grupo minero tiene su antecedente en la histórica empresa minera asturiana Hullas del Coto Cortés, que se hizo con los derechos mineros de la zona en la segunda década del siglo XX. Esta empresa estuvo controlada por la familia Barrié de la Maza y su banco, el Pastor, hasta que se la vendieron a Victorino Alonso en el año 2005 por algo más de 20 millones de euros. Alonso fusionó entonces la Minero Siderúrgica de Ponferrada, la principal empresa minera del país, con Hullas del Coto Cortés para crear otro gigante, Coto Minero Cantábrico.

Pero Coto Minero Cantábrico se vio afectada por la crisis del carbón abierta por los recortes al carbón efectuados por el Gobierno de Mariano Rajoy. El año 2014 Coto Minero Cantábrico se declaró en quiebra y sus activos acabarón en manos de la Compañía Minera Astur Leonesa, propiedad de otro polémico empresario, Rodolfo Cachero. Fallecido en 2024, estuvo en la cárcel tras una fuga posterior a su condena a 30 meses de prisión por varios delitos fiscales cometidos con otra empresa minera. La Compañía Minera Astur Leonesa acabó subastando sus activos en el año 2018 tras su quiebra y no ser capaz de poner en orden y rentabilidad los activos que se quedó de Coto Minero Cantábrico.

Aunque la explotación de carbón en la zona de Cerredo se remonta a un siglo atrás cuando se funda Hullas del Coto Cortés, la actual mina de interior se abrió a la explotación en el año 2009 tras una inversión de 40 millones de euros del llamado grupo Alonso. La mina donde ha ocurrido el accidente es de última generación, una de las más modernas de España.

En noviembre de 2009 se inauguró el plano inclinado de la nueva mina de Cerredo, tras unas obras que se iniciaron en 2007,ñ para la construccion de un túnel de gran sección y 3.500 metros de longitud para la entrada de maquinaria pesada que permite la extracción del carbón, directamente desde el tajo mediante camiones. 

La práctica totalidad de las minas españolas de carbón acabaron cerrando en el año 2018 dentro del proceso de reordenación del sector minero pactado por el Gobierno de España y la Unión Europea, que en el año 2010 había establecido que “La política de la Unión de fomento de las fuentes de energía renovables y de una economía sostenible y segura de baja producción de carbono no justifican el apoyo indefinido a las minas de carbón no competitivas”. Esto supuso la aprobación de un plan de cierre con cuantiosas ayudas públicas, pero no impidiendo la continuidad de la actividad minera de carbón más allá de 2018, solamente que tendría que ser sin ayudas públicas o devolver las que hubiera recibido una explotación que quisiera seguir. El sector minero privado optó por un cierre masivo por unas u otras circunstancias, pero la empresa dueña de Cerredo dejó fuera de su plan de cierre esta explotación de interior.

La empresa Blue Solving tenía desde el pasado verano una autorización de extracción para investigación de carbón con el objetivo de buscar el mejor mineral para usos industriales o para 'grafitar', es decir, estudiar su uso en la generación de materiales como grafito o grafeno.

Otra cosa distinta es el cielo abierto de Cerredo, anexo a la mina de interior, y cuya explotación ya no es posible sin devolver las millonarias ayudas que recibió. El Gobierno ha tenido que invertir mientras tanto varias decenas de millones de euros en su restauración junto a otros cielos abiertos en Asturias.

La sociedad que gestiona actualmente la mina de interior de Cerredo es Blue Solving SL, domiciliada en la propia explotación de Degaña. Está administrada por el empresario leonés Adrián Rodríguez Rodríguez, con vinculaciones con otras empresas del sector que explotan carbón no térmicao en Asturias, y que han solicitado reabrir otra en la provincia de León.

El padre de Adrián Rodríguez es un empresario del carbón y del gasóleo de León, Jesús Manuel Rodríguez Morán. Aparece como administrador de Carbones de la Vega, que mantiene una explotación de minería de carbón en Ibias, en la conocida como Mina Miura basada en una vieja explotación minera de Coto Minero Cantábrico adquirida en la quiebra de la compañía. Su nombre apareció vinculado en el año 2009 en un caso de narcotráfico por tratar de introducir hasta 400 kilos de cocaína en un cargamento de carbón vegetal importado en el puerto asturiano de El Musel.

Blue Solving, una sociedad creada en el año 2022, ha recibido ayudas del Instituto para la Transición Justa encargado de la reindustrialización de las zonas mineras por un proyecto del año 2023. En total suponían 927.668,72 de ayudas para una inversión de 3,8 millones de euros para la instalación de una planta de valorización de subproductos y escombros de la construcción. 

Accidentes en Cerredo

En agosto de 2011 Rafael Otero, de Villaseca de Laciana, falleció por asfixia en una zona sin ventilación en el interior de la mina. Su desaparición no se detectó hasta el final del turno, iniciándose su búsqueda a las 22:00. Su cuerpo fue encontrado a las 4:35 del día siguiente.

El 15 de julio de 2015 Roberto Calviño, picador de 35 años y natural de Villaseca de Laciana, falleció tras quedar sepultado por un derrabe en su camión dentro del pozo plano inclinado de Cerredo, a dos kilómetros y medio de la boca del túnel. Los equipos de rescate tardaron 48 horas en recuperar su cuerpo. Ese mismo año, en octubre, Aitor Fisteus, un minero de 23 años, sufrió un grave accidente en la capa Berta I, explotada por Uminsa. Cayó desde una altura de dos metros y fue golpeado por un costero, sufriendo heridas de consideración.

El 25 de agosto de 2022 murió el uruguayo Richard Daniel Sander, que perdió el control de un camión tipo lagarto en el exterior de las galerías. En el vehículo viajaba también Enrique R. M., quien resultó gravemente herido y tuvo que ser evacuado al Hospital de León.

Accidentes mineros

En 1862 una explosión de grisú en la mina Santa Elisa de Belmez acabó con la vida de 29 trabajadores.

En 1898 53 mineros murieron en la cuenca carbonífera de Belmez (Córdoba).

En 1904 en las minas de La Reunión, en Villanueva del Río (Sevilla) murieron 63 mineros por una explosión de gas grisú que hundió la galería.

En 1923 en un accidente en la mina Baltasara de Mieres (Asturias) fallecieron 15 trabajadores.

En 1941 una explosión en la mina de Barruelo de Santullán (Palencia) se llevó la vida de 18 mineros.

En 1944 el pozo Clara de Saldes (Barcelona) registró una explosión que mató a 34 trabajadores.

En 1949 murieron 17 mineros en el pozo María Luisa, en Ciaño-Langreo (Asturias). El impacto de este accidente fue tal que llevó a reescribir la emblemática Santa Bárbara, bendita en un himno de los mineros, que ahora la conocen como En el pozo María Luisa.

En 1952 en el Socavón de la Hullera Vasco-Leonesa, en Santa Lucía de Gordón, una explosión de grisú dejó en el interior de la mina a nueve mineros: Emilio, Paulino, Ernesto, Herminio, Marcelino, Manuel, Luis, Elías y Ángel.

En 1953 en el pozo Calvo Sotelo de Puertollano (Ciudad Real) hubo un grave accidente que dejó 11 fallecidos. En 1958 la tragedia se repitió en la misma mina de Puertollano. Esta vez murieron 12 trabajadores.

En 1954 en la mina de Casetas de Oceja, en el municipio de La Ercina, una trágica explosión de gas grisú apagaba los corazones de 14 mineros: Evaristo, Francisco, Ramiro, Jesús, Esteban, Leonardo, Antonio, Trinitario, Roberto, Egesipo, Cesáreo, Nemesio, Adolfo y Delfín.

En 1959 perdieron la vida en las minas de La Reunión 16 personas por una explosión de gas grisú. Esta mina fue definitivamente cerrada en 1972. Durante el año 1959 las explosiones de grisú acabaron con la vida de 16 mineros en Asturias, y seis trabajadores murieron en el grupo Polio de Mieres el 22 de junio.

En 1963 el pozo Santa Eulalia de Langreo (Asturias) explotó debido a la acumulación de grisú. Fallecieron 21 mineros. Ese mismo año, otros cinco murieron en un accidente en el asturiano Valle del Turón.

En 1967 en el pozo de Santo Tomás, en Turón (Asturias), perdieron la vida 11 mineros por la caída del ascensor que transportaba a los trabajadores. Ese mismo año, también se produjo un accidente en el pozo San Vicente de Linares (Jaén), donde perdieron la vida seis mineros, y en el Pozo nº 4, tres mineros quedaron sepultados por un hundimiento.

En 1969 una explosión de gas grisú causó la muerte de ocho mineros en el pozo San Vicente de Linares. 

En 1973 el grisú estalló esta vez en el pozo Mariquita de Oviedo (Asturias). El accidente causó la muerte de seis trabajadores.

En 1975 fallecieron 30 trabajadores en la mina de Figols (Barcelona) por una explosión. Ese mismo año, perdieron la vida otros seis mineros en el pozo Undiano, de Potasas de Navarra.

En 1979 en Caboalles de Abajo otra explosión de grisú fue la causa del siniestro que enterraba en el tajo a diez mineros. La cuenca lacianiega lloró la desgracia que se vivió en el pozo María cuando Alfredo, José, Arselí, Emilio, Manuel, Adolfo, Otilio, Basilio, Manuel y Antonio perdían la vida.

En 1984 en el Grupo Río, en la extinta empresa Combustibles de Fabero -Cofasa- de Fabero ocho mineros perdían la vida en una explosión de grisú. Sus nombres eran: Luciano, Adelino, Manuel, Ramiro, Santiago, Tomás y Emilio.

En 1992 en el pozo Santa Eulalia de Langreo (Asturias) hubo un derrumbe que se llevó la vida de cuatro trabajadores.

El 31 de agosto de 1995 cuando catorce mineros perdieron la vida en una explosión de grisú en el pozo San Nicolás de Hunosa en Mieres. 

En 1996 una persona fallecía por el desprendimiento de parte de la galería en la que trabajaba en el grupo Santa Lucía de la Hullera Vasco Leonesa, en la localidad de Santa Lucía de Gordón. Se trataba de José María Linares Álvarez.

El 14 de diciembre de 1998 en el pozo Montsacro de Hunosa, un accidente tuvo9 como resultado tres fallecidos y un herido,

En 1998 el cadáver del minero Miguel Prada, de 43 años, fue rescatado del pozo Ladil, de la empresa Alto Bierzo en Tremor de Arriba. La causa de su muerte fue el hundimiento del taller donde trabajaba. Afortunadamente, las tres personas que trabajaban con él pudieron ser rescatadas con vida.

En 2011 en una explotación minera de Torre del Bierzo Antonio Álvarez Panizo fallecía un 18 de julio. Este electricista de 41 años sufrió una descarga en el interior de la mina cuando reparaba un cuadro eléctrico. Fue en el Interior del pozo y los facultativos no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

En 2013 el pozo Emilio del Valle, en Santa Lucía fue el escenario de una tragedia donde Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez perdían la vida por una explosión de grisú.

En 2023 tres geólogos fallecieron en la mina de potasa de Súria (Barcelona), tras un derrumbe en el interior.  









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