En el camino que sube desde el pueblo mallorquín de Alaró hasta su curioso castillo hay una casa rural a la izquierda. En ella se encuentran los restos de este bonito carro, con sus maderas carcomidas por el tiempo y los hierros patinados por los ocres.
El carro tiene una suspensión mediante ballestas muy elaborada.
Cada rueda tiene 7 sectores y 14 radios.
Los cubos de las ruedas giran sobre un eje metálico montado en las ballestas de suspensión.
El mecanismo de freno dispone de dos zapatas de hierro que aprietan contra la llanta de las ruedas.
El freno se accionaba mediante un mecanismo de manivela acoplado a un tornillo.
Detalle del tornillo del freno.
Junto a este se conservan restos de otro carro, en las mismas condiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario