El proyecto europeo SUNRISE: “Energía solar para una economía circular” es una de las seis Acciones de Coordinación y Apoyo (CSA) seleccionadas en la convocatoria FETFLAG-01-2018 dentro del programa marco de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte 2020 para su financiación con 1 millón de euros, con el objetivo de sentar las bases de una próxima iniciativa de investigación a gran escala para conseguir una alternativa sostenible al sistema energético actual basado en combustibles fósiles, mediante la conversión y almacenamiento de energía solar en combustibles y productos químicos básicos.
Con su enfoque en la producción de combustibles y productos químicos basada en la conversión de energía solar y materias primas ampliamente disponibles, como el dióxido de carbono (CO2), el agua (H2O) y el nitrógeno (N2) consiguiendo un ciclo de CO2 sostenible, pretende una disminución de la concentración de CO2 en la atmósfera y la estabilidad climática, apuntando también a un uso sostenible de la tierra y los recursos naturales, facilitando la transición a una economía circular y una sociedad neutral en emisiones de carbono.
SUNRISE propone tres estrategias científico-técnicas: i) Conversión electroquímica con fuentes de energía renovable; (ii) Conversión directa a través de sistemas foto-electroquímicos; (iii) Conversión directa a través de sistemas biológicos y bio-híbridos. Estas estrategias serán implementadas utilizando para el diseño de materiales innovadores, metodologías de computación de alto rendimiento, bioquímica avanzada y biología sintética.
Las pequeñas moléculas basadas en el carbono como el dióxido de carbono (CO 2 ) tienen un efecto significativo sobre el cambio climático y el efecto invernadero.
Los investigadores de ICIQ trabajan en el desarrollo de catalizadores para transformar esas moléculas en sustancias valiosas a través de los diferentes métodos. Algunos grupos trabajan en la conversión de dióxido de carbono en metanol mediante hidrogenación catalítica. El metanol es una de las alternativas más famosas y ampliamente sugeridas a los combustibles fósiles y, cuando se obtiene del dióxido de carbono atmosférico, es un combustible sostenible y ambientalmente neutro. Los investigadores del ICIQ están colaborando con las industrias para desarrollar la implementación comercial del proceso.
Además, otros grupos usan dióxido de carbono en síntesis orgánica para obtener compuestos químicos de valor agregado. Se puede utilizar para obtener materiales biodegradables y totalmente renovables a través de la copolimerización catalítica y para preparar ácidos carboxílicos farmacéuticamente e industrialmente relevantes utilizando procesos catalíticos innovadores.
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