El pasado martes 10 de febrero chocaron dos satélites de comunicaciones a 790 Km de altura sobre el Norte de Siberia, desintegrándose, con la consiguiente producción de unos 600 trozos de tamaño considerable. Esta es la primera vez en que dos satélites completos se estrellan entre sí.
La Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) informó que la colisión se produjo entre un satélite comercial estadounidense de comunicaciones y un satélite militar ruso fuera de servicio. El satélite estadounidense pertenecía a la empresa Iridium Satellite LLC, que proporciona servicios de telefonía vía satélite, con un peso de 689 kilogramos y había sido puesto en órbita en 1997. El satélite ruso, Cosmos 2251, de forma cilíndrica y una masa de unos 800 kilogramos, fue lanzado en junio de 1993 y puesto fuera de servicio hace diez años. Los satélites viajaban a unos 28.000 Km/h, para que nos hagamos una idea de la violencia del choque.
El sistema Iridium está formado por 66 satélites (Ahora 65). Iridium espera sustituir el satélite destruido en un plazo de 30 días. Todos los satélites Iridium del sistema han de pasar por encima de los polos terrestres, por lo que existe un mayor riesgo de coincidir en estos puntos con la basura generada por el choque.
Existen unos 18.000 objetos de más de 10 centímetros, considerados como chatarra espacial, que son vigilados de forma continua. Esta cantidad aumenta día a día y ello aumenta el riesgo de colisiones. Tanto los norteamericanos como los rusos disponen de una red de estaciones de seguimiento para controlar todo lo que se mueve alrededor de la Tierra, incluyendo la basura espacial. El ejercito de EEUU (STRATCOM) dispone de 25 centros en todo el mundo, incluido el que se encuentra en la base de la RAF de Fylingdales, en Inglaterra, para la vigilancia espacial. Los rusos disponen del sistema de seguimiento óptico "Okno", situado cerca de Nurek (Tayikistán) y del centro de Storozhevaya, en el suroeste de Rusia, dotado de equipos de radar de largo alcance y de seguimiento óptico. China y la Agencia Espacial Europea están desarrollando sus propios sistemas.
Los radares se utilizan generalmente para realizar un seguimiento de objetos en órbita terrestre baja, mientras que los telescopios ópticos se utilizan a menudo para observar objetos más lejanos de la Tierra. La tecnología de radio frecuencia (Una forma de vigilancia electrónica) se puede utilizar para evaluar si los satélites están o no activos. Esta técnica se conoce como inteligencia de señales (SIGINT).
Satélite ruso Strela 2M similar al que impactó contra el Iridium.El control de los desechos espaciales, los satélites, los objetos cercanos a la Tierra y la actividad solar se conoce como conocimiento de la situación espacial (SSA). Los expertos creen que en un futuro no muy lejano se controlará el tráfico en el espacio de la misma forma que se controla el tráfico aéreo.
Sistema de vigilancia ruso Okno.El último incidente, en cuanto a generación de desechos espaciales ocurrió en enero de 2007 cuando China destruyó un satélite Fengyun 1-C fuera de servicio mediante un misil. En aquel momento se generaron más de 2.000 grandes fragmentos.
Desde 1957 han sido lanzados al espacio unos 6.000 satélites, de los cuales 3.000 se mantienen operativos, gran parte de los otros 3.000, o restos de ellos constituyen la basura espacial.
Pruebas en laboratorio del impacto entre una esfera pequeña de aluminio, de 1,2 cm de diámetro y 1,7 gramos moviéndose a 6,8 km por segundo contra un bloque de aluminio de 18 cm de grosor. En el punto de impacto se pueden dar condiciones de temperatura y presión mayores que las que se calcula hay en el centro de la Tierra, es decir, más de 5.700 grados C y 356 GPa Gigapascales). La pequeña esfera de aluminio se muestra tal como era antes del impacto. Space debris: assessing the risk. ESA / Agencia Espacial Europea.
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