En el número de enero de 1922 de la revista francesa La Science et la Vie se publicó un artículo que habla de la recuperación de los menudos de antracita en los ríos norteamericanos.
En la zona carbonífera de Pensilvania se encontraban muchas de estas instalaciones a lo largo de los ríos. En aquellos años, cerca de Harrisburg, en el río Susquehanna, cerca de la Bahía de Chasepeake, se extraían más de 200.000 toneladas anuales. También se extraía del río Shuylkill, cerca de Reading, y en el Lehigh, aguas abajo de Mauch-Chunk.
Estos menudos de antracita procedían del desagüe de las galerías de las minas y de las explotaciones a cielo abierto.
La mayoría de las explotaciones proporcionaban unas 20 ó 30 toneladas diarias, aunque algunas llegaban a producir más de 100 toneladas. Las operaciones se realizaban fundamentalmente en primavera, con el nivel del agua más alto.
Para recuperar el carbón del fondo del río se dragaba mediante una bomba centrífuga movida por una máquina de vapor. El tubo de aspiración de la draga tenía alrededor de 15 Cm de diámetro. A la salida de la bomba el agua cargada de carbón iba a parar a una criba que dejaba escapar el agua.
La maquina de vapor también movía un cabrestante que enrollaba una cuerda unida a un ancla, de forma que se podía mover a lo largo del río el punto de aspiración.
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