La empresa pública ferroviaria TransNamib ha invertido mil millones de dólares en la renovación de las vías, con el objetivo de poder utilizar vagones y locomotoras de 18,5 toneladas de carga por eje. También se ha invertido en la compra de nuevas locomotoras y en la reconstrucción de las antiguas. Esta capitalización ha conseguido que los ferrocarriles de Namibia, que dirige Titus Haimbili, hayan pasado de tener pérdidas en los años 1990, a producir beneficios a partir de 2003.
En cuanto al futuro desarrollo de red, se ha propuesto una extensión de la línea Gobabis, para unirse con la línea principal de Botswana en Palapye. Más recientemente se ha proyectado una extensión de la linea de Grootfontein hacia Katimo Mulilo por la frontera con Zambia, con una posible conexión a Livingstone. El proyecto más ambicioso implica la construcción de 1.600 km de vías electrificadas en el ferrocarril Trans-Kalahari, desde Palapye en el este de Botswana central, pasando por las minas de carbón Morupule, Mariental, Maltahohe y Aus en Namibia, para llegar a un nuevo puerto en Bahía Shearwater, 30km el sur de Lüderitz. El proyecto está liderado por un consorcio de empresas de Namibia, Sudáfrica y Canadá, que incluyen a Sekunjalo, Kumba Resources, Siemens Transportation Systems y Energem Resources.
Según los promotores, este será el primer ferrocarril electrificado en Botswana y Namibia y la línea de transporte de mercancías más larga del continente.
Anteriormente había habido otro ferrocarril eléctrico en Namibia. Una extensa red de vías de 600 mm funcionaba desde 1905 en las minas de diamantes al sur de Kolmanskop, Bogenfels y Oranjemund.
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