El pasado fin de semana visitamos el Museo de las minas de Bellmunt del Priorat, situado en el pueblo del mismo nombre sobre los terrenos de la mina Eugènia.
La Mina Eugènia fue el núcleo más importante de las explotaciones mineras de la cuenca del Priorat, por sus dimensiones, unos 14 Km de galerías subterráneas hasta 620 m de profundidad, y por su rendimiento en minerales. El complejo industrial minero-metalúrgico de fusión del plomo, fue construido entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX como complemento de la actividad de extracción minera. Así, del mineral objeto de la explotación, la galena, se obtenía ya el plomo y se exportaba en lingotes. La explotación minera en el Priorat alcanzó la mayor producción en esta época, coincidiendo con la industrialización, pero el plomo de esta zona se había aprovechado desde la Prehistoria. Durante el siglo XX la empresa concesionaria de las minas, Minas del Priorato S.A., construyó un conjunto de viviendas para dar cabida a la numerosa mano de obra que llegaba de otras zonas mineras de España. La Casa de las Minas, majestuoso edificio de estilo modernista, fechado en el 1905 fue destinada a residencia de la dirección, oficinas y laboratorio de la empresa.El conjunto minero-metalúrgico de la Mina Eugènia estuvo en activo hasta el 1972. El Museo cuenta con algunos edificios del conjunto industrial de la Mina Eugènia y con un tramo de unos 700 metros de galerías de la primera planta de la mina adecuado para hacer visitas guiadas.
El motor eléctrico de la máquina de extracción es de la marca inglesa BEP.
Durante el siglo XX la comarca del Priorat fue uno de los centros mineros más importantes de Cataluña, el primero en la explotación de galena, el mineral de plomo. La cuenca minera se extiende entre los términos de Bellmunt del Priorat y El Molar, con una veintena de minas. Desde la Prehistoria, ahora hace unos 3.000 años, la explotación minera en esta zona de plomo se ha ido repitiendo en diferentes etapas hasta el siglo XX.
El eje del motor está desconectado del resto de la máquina de extracción.
El sistema de explotación más generalizado era el de galerías unidas por pozos verticales. La Mina Eugènia cuenta con un total de 20 plantas subterráneas que llegan a 620 metros de profundidad y un entramado de 14 Km de galerías. Las visitas guiadas permiten adentrarse en la primera planta de la mina, a 35 m de profundidad, bajando por las escaleras de servicio, construidas como medida de seguridad cuando fallaba el pozo de extracción, y recorrer unos 700 metros de galerías a través de la explotación más antigua de esta mina, desarrollada durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta principios del siglo XX.
En la boca de la mina se conservan los edificios destinados al tratamiento del mineral, dónde se obtenía ya el plomo en lingotes. El castillete de extracción no es el carrespondiente a esta mina, perteneció a otra mina de la zona. Se conservan el edificio de talleres, la sala de máquinas, el lavadero, la fundición y las chimeneas de la misma, etc. Dominando todo el conjunto se levanta la Casa de las Minas, edificio de la dirección de la empresa Minas del Priorato, S.A.
Hacia el 1920, una de las épocas de más prosperidad de las minas, la empresa Minas del Priorato, S.A. construyó las primeras colonias mineras, para tal de dar alojamiento a los trabajadores que llegaban con sus familias de otras zonas mineras de España, principalmente de Andalucía. A medida que la actividad minera prosperaba fueron llegando más trabajadores de fuera, de forma que fue necesaria la construcción de nuevas colonias mineras, ampliando el municipio de Bellmunt del Priorat. Estos nuevos conjuntos de viviendas se fueron levantando en diferentes etapas hasta los años sesenta, constituyendo un núcleo minero importante siguiendo el modelo de colonia industrial ya arraigado en Cataluña. La empresa ofrecía a los mineros otros servicios como el economato, el servicio médico, el Euterpe (cine, teatro y sala de baile), el local social, el campo de fútbol, etc.
En el economato, en la actualidad, hay un restaurante en donde se come bastante bien.
A partir de la cuarta planta, el resto, hasta la veinte están inundadas. La caña del pozo se conserva, y también el edificio que soportaba el castillete, aunque no están en condiciones para museizarlas de momento. Por la caña del pozo baja una tubería, por donde se extrae el agua que contienen sus galerías para el riego de los campos.
Tanto en el castillete que se muestra en el exterior del museo, como en el original de la mina, funcionaban dos jaulas simultáneamente, mientras una subía otra bajaba. En las jaulas subían y bajaban los mineros y las vagonetas, con el mineral y los materiales. Estas pequeñas jaulas estaban guiadas sobre las paredes de la caña del pozo. El maquinista que hacía subir y bajar las jaulas recibía las señales de timbre (Con un codigo que le indicaba el nivel de la mina al que se había de ir, si se había de subir o bajar y el tipo de carga, mineros o vagonetas) de un minero que se encargaba de controlar el embarque de las jaulas. La empresa no permitía viajar en la misma jaula a las vagonetas y los mineros.
Sobre una de las paredes del museo se pueden ver estas dos poleas de un castillete, que pudo ser el de la mina Eugènia. Es algo muy parecido a una rueda de bicicleta, con los radios de hierro y el cubo y la llanta de hierro fundido.
En las épocas de mayor producción llegaron a trabajar en la mina Eugènia hasta 300 trabajadores, 150 dentro de la mina a dos turnos y otros tantos en el exterior.
Uno de los trabajos más duros en la mina, antes de empezar a utilizar el aire comprimido, era el de perforar los barrenos para la colocación de la dinamita, para arrancar la piedra para hacer las galerías y arrancar el mineral. Los barrenistas trabajaban por parejas, uno de ellos sujetaba la barrena y el otro la golpeaba con la maza, mientras el primero la hacía girar, levemente, a cada golpe. En una jornada de ocho horas hacían entre dos y cuatro barrenos de una profundidad media de un metro.
Al final de la jornada colocaban los explosivos, previa inspección del capataz, se retiraban a un lugar seguro y esperaban a que explotasen todas las cargas, asegurándose que no quedaba ningún explosivo sin explotar.
Concentrador de mineral.
Las vetas explotadas en esta mina tenían una dirección vertical y oscilaban entre los 10 y los 50 centímetros de espesor.
Compresor Holman que alimentaba los martillos perforadores.
Dentro de la mina nunca se utilizó la iluminación eléctrica. Los mineros usaban candiles de carburo que acercaban a iluminar unos dos metros a su alrededor.
Placa que indica las operaciones de mantenimiento del compresor de aire.
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