sábado, 9 de noviembre de 2013

Minas de hierro de Serón-Bacares

La minería del hierro, en esta zona cercana al valle del río Almanzora, surge a partir del segundo tercio del siglo XIX, en los alrededores de Sierra Almagrera, primero vinculada a la explotación del plomo, y después, en los últimos años del siglo XIX se desarrollan las explotaciones del mineral de hierro, para paliar la aguda crisis plumbífera, momento en el que aparece la explotación moderna de este mineral en la zona de Serón-Bacares. A partir del año 1895, con la inauguración del ferrocarril Baza-Lorca, se hace posible la explotación de los criaderos ferruginosos del sector Serón-Bacares que siguiendo el Valle del Almanzora transportaba el mineral hasta el puerto de Águilas, en Murcia.

Las primeras concesiones se tramitan el año 1870, pero las compañías nacionales y provinciales tenían grandes dificultades para financiar una explotación rentable a gran escala, sin embargo en Inglaterra se buscan cauces para invertir los beneficios de la industria del algodón y de la agricultura. La explotación la realizaba la sociedad Holandesa “W.H. Müller y Cía”, compañía naviera dedicada al comercio de minerales, a través de sus filiales “Compagnie des mines et Chemins de fer Bacares-Almería, et extensions” con sede central en Bruselas, “The Bacares Iron Ore Mines Co. Ltd.” con sede en Londres, y la “Explotadora de Minas” con sede en Córdoba.

La sociedad Belga “Compagnie des mines et Chemins de fer Bacares-Almería, et extensions” había adquirido el coto “Menas” basado en siete concesiones de su propiedad y dos en arrendamiento, situadas en los términos municipales de Bacares y Macael. La compañía “The Bacares Iron Ore Mines Co. Ltd.”, conocida popularmente por “los Ingleses”, fue la primera en resolver el problema del transporte y por tanto la primera que empieza a operar. Financian la construcción del ferrocarril Baza-Lorca y montan dos cables desde las minas La Beltraneja y el Manzano confluyendo en la estación ferroviaria de Serón, a 109 Km del cargadero del Hornillo, en el puerto de Águilas.

La “Compagnie des mines Chemins de fer Bacares-Almería, et extensions”, conocida popularmente como la “Casa Menas”, vendía su producción a la compañía de “Los Ingleses”, con la que tiene un contrato que rige hasta el año 1915. Al principio, la compañía “Casa Menas” tenía que entregarle a la compañía denominada “los Ingleses” 100 toneladas de 1.050 Kg. por día, cantidad que debía tener aumentos obligatorios en fechas determinadas. Así, desde primero de Mayo de 1908 la entrega había de ser de 11.655 toneladas, cantidad que se elevará de año en año. Para el porvenir de la empresa, se estudia el establecimiento de un nuevo cable aéreo, a fin de realizar otro contrato de venta de 10.000 toneladas por mes, con lo que la mina necesitará producir de 24 a 25.000 toneladas mensuales hasta que termine el contrato actual con “The Bacares Iron Ore Co. Ltd.”. El propósito es explotar las partes bajas del criadero, y como los afloramientos en el Barranco de las Menas permiten empezar una explotación a cielo abierto, con grandes facilidades para emprender en todo el cauce del Barranco una explotación subterránea intensiva, la empresa confiaba en poder ejecutar las labores de preparación en un año. En 1908 se producían 121.000 Tm. de hierro al año, que representaba el 16% de la producción de hierro de la provincia, y el 1.3% de la producción nacional.

Entre 1913-1915 aparece una compañía llamada “Sociedad Minera Cabarga San Miguel”, y detrás de la cual volvemos a encontrar el capital de la “W.H. Müller y Cía.”. La “Sociedad Minera Cabarga S. Miguel” se encarga de los trabajos de la “Explotadora de Minas” y de preparar nuevas explotaciones. La “Compagnie des mines Chemins de fer Bacares-Almería, et extensions” deja de explotar sus minas en el año 1918, traspasando sus propiedades y derechos a la “Sociedad Minera Cabarga S. Miguel”, las causas de la caída de la “Casa Menas” fueron la baja rentabilidad de su mina Menas por el agotamiento experimentado, y la no solución al problema del transporte.

La última empresa poseedora de las minas, la “Sociedad Minera Cabarga San Miguel”, según Reche Sánchez, M. ”decretó ocho días de vacaciones al término de los cuales los trabajadores de la mina volvieron y se encontraron con las puertas cerradas, haciéndoles la liquidación definitiva”, este cierre se produjo el día ocho de Mayo de 1968. Cuando se cerraron las minas todas las minas que estaban en producción disponían de aire comprimido en todas sus galerías, 25 Km. de vías interiores, ventilación para la extracción del polvo en las galerías más profundas, un número aproximado de 300 vagonetas, dobles pasos de comunicación, desagües y ventilación natural. Había tres canteras que suministraban piedra para el relleno de galerías en el interior de las minas, este se suministraba a través de chimeneas y vagonetas el objetivo de este trabajo era retacar o rellenar las secciones que ya habían sido explotadas, para preservar la seguridad de la mina, cerrando estas secciones.

El poblado minero de Las Menas se haya enclavado en la vertiente Norte de la Sierra de los Filabres, perteneciendo al término municipal de Serón (Almería), formando parte del Valle del río Almanzora. En el poblado hubo talleres, una fragua, un aserradero, un hospital, una escuela, una iglesia, un bar, viviendas para los trabajadores y sus familias e incluso un cuartel de la Guardia Civil. El hospital, a la izquierda de la entrada, era un edificio de mampostería rodeado por un recinto con jardín. Dentro había un largo pasillo con habitaciones a ambos lados. Cada habitación tenía dos camas, mesa de noche y sillas, y también había una sala de tratamientos, una sala de operaciones, rayos X, y cocina. El poblado de Las Menas se deshabitó y en 1980 Serón tenía la mitad de la población que tenía en 1968.

Décadas más tarde, después de años de saqueo, la Junta de Andalucía adquirió parte del pueblo, restaurando el antiguo hospital, las oficinas de la empresa, la vivienda social más antigua y la casa de los médicos. En 2001 se recuperó la capilla de Santa Bárbara (Patrona de los mineros). En 2008 se puso en marcha un complejo multifuncional que tiene por objeto promover el desarrollo sostenible de los pueblos de estas montañas e incluye un centro de exposiciones y el Hotel Apartamento Las Menas de Serón, que cerró en marzo de 2013.

El material que se utilizaba para entibar, era la madera, aunque en los ultimos años se utilizaban cuadros o cuadernas de hormigón reforzado por chicote.

El transporte del mineral en el interior de la mina se realizaba en los primeros años con vagonetas tiradas por caballerizas, pasando a pequeñas locomotoras diesel posteriormente, con un entramado de vías, galerías, niveles y chimeneas que servían para distribuir y organizar todo el mineral, llegando desde las vías de maniobra en el exterior (Vía Carlos) a la tolva general de Las Menas, de esta a la tolva de Cabarga San Miguel (Intermedia), y de esta a la estación de carga Los Canos, vía cable.

En el nivel de Carlos o mina Jota la iluminación era eléctrica, aunque todo el alumbrado que se utilizaba era a base de carburo de calcio. Este se controlaba y se distribuía en las entradas de las minas cuando se iniciaba la jornada laboral.

El trabajo se organizaba por parejas: parejas de maderistas, parejas de martilleros, equipos de escombreros, maniobristas, engrasadores, tuberistas, retaqueros, personal especializado en arreglo de vías, vieros, palistas, ayudantes palistas, máquinas locomotoras, capataces mayores, vigilantes, pinches, ayudantes maderistas, sienta vías, carga de camiones, peones de interior, jefe de explotación, chaveteros, saneadores, palista exterior, martillero cantera, listeros, basculadores, estrío menas, cantera peones, cantera especialistas, arreglo vagones, especialistas mina, ayudantes sientavías, capataces sección. Estos oficios eran los de la plantilla llamada de interior.

Se trabajaba en relevos de ocho horas en cada turno de día y de noche con una actividad continua. Esto generó otros trabajos en el exterior, de apoyo, que eran necesarios para todo el mantenimiento del coto minero. Para este cometido estaban los talleres, que con sus respectivos obreros y máquinas (herramientas, fragua, corta hierros, autógena eléctrica, sierra eléctrica, taladros eléctricos, banco de ajuste, tornos, cepillo de hierro, muelas de esmeril, carpintería, aserradora) eran necesarios para gestionar todos los trabajos, arreglos y averías que pudieran surgir y mantener las instalaciones de una gran explotación minera. Tanto en el interior de la mina como en el exterior, cualquier eventualidad que surgiera tenía que ser solucionada rápidamente ya que la producción no podía parar.

Dependientes del taller había otros equipos de hombres que prestaban sus servicios en otros centros pero que tenían relación con la mecánica, como eran los destinados al "Diesel", situados frente al taller, consistente en un grupo de producción de energía eléctrica, formados por dos semifijas de W1f de 200 H.P. que accionaban alternadores de 150 kilovatios-amperios, a 250 voltios. Otro grupo estaba en los "Compresores", situado en Los Cortijillos, donde había cuatro motores de explosión de 28 H.P. para el accionamiento de alternadores y compresores destinados a la producción de aire comprimido, que por tubería era llevado a donde se encontraban trabajando los martillos de perforación. Y por último, la brigada de reparto, cuya misión era repartir por las casas la leña para la calefacción hogareña, recibir y conducir a su destino el material que llegaba por el cable a la estación de Ramalillo y acudir como refuerzo a las emergencias que se presentasen en cualquier trabajo de la empresa. La jornada duraba desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, con una hora intermedia libre para la comida. En la estación de Los Canos, Intermedia, Cortijuelo, contaban con otros talleres de características parecidas, pero de dimensiones más reducidas. Al frente del taller había un jefe, subjefe y cinco vigilantes.

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