viernes, 29 de abril de 2016
Las antenas para dispositivos móviles de la empresa Fractus
Fractus surgió de una spin off de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) que, en 1999, patentó la primera antena fractal del mundo. Esta tecnología, de la que ahora se benefician la mayoría de los smartphones, tabletas y ereaders, entre otros dispositivos, fue la que permitió por primera vez integrar la antena dentro de la carcasa del aparato y, al mismo tiempo, mejorar su potencia de forma que pudiera conectarse simultáneamente a varias bandas (por ejemplo, 2G, 3G, Wi-Fi y bluetooth).
Por este desarrollo, uno de los fundadores de Fractus, Carles Puente, fue uno de los tres finalistas al premio Inventor Europeo 2014, que concede la Oficina Europea de Patentes, en la categoría de pequeñas y medianas empresas.
El alcance de la tecnología desarrollada por Fractus motivó a ésta a litigar en EEUU contra diez de los principales fabricantes de móviles del mundo por supuesta violación de patentes. Con nueve de ellos llegó rápidamente a acuerdos extrajudiciales y con el décimo, Samsung, precisamente acabó firmando la paz, después de que en 2012 un tribunal de Texas diera la razón a la catalana y ordenada una indemnización a su favor de 41 millones de dólares (30,6 millones de euros).
En 2014 más de 1.000 millones de dispositivos usaban tecnología patentada por esta firma con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), que tiene ya más de 200 patentes registradas. La compañía obtiene sus ingresos del licenciamiento de estas patentes, así como de la venta de antenas a los fabricantes de hardware (hasta 2014, había comercializado más de 40 millones de antenas).
Antes de 2014, Fractus había facturado en torno a 10 millones de euros anuales. Para el ejercicio de 2014, esperaban facturar unos 15 millones de euros, gracias a la firma de nuevos acuerdos de licencias.
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