Se cumplen este año, precisamente, los 100 años de su desaparición y París prepara grandes fastos que irán aconteciendo a lo largo de las dos próximas semanas. “Todo es poco para honrarle”, dice el director del torneo, el exjugador Guy Forget, para recordar a Eugène Adrien Roland Georges Garros, el pionero aéreo nacido en la isla Reunión, al sureste de África, y fallecido 30 años después, durante un combate en las Ardenas, cerca de Vouziers. Un hombre que dejó huella en el aire y la memoria histórica de Francia, pues se convirtió en el primer piloto que logró atravesar el Mediterráneo sin paradas, en 1913, mediante una travesía que partió de Fréjus y concluyó en Bizerta (Túnez), por debajo de las seis horas.
Aficionado al tenis y al ciclismo, ese mismo año logró establecer un nuevo récord de altitud, al alcanzar los 18.410 pies, y uno después, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, se enroló voluntariamente en las fuerzas aéreas del ejército francés. Su pericia entre las nubes no impidió que en 1915 tuviera que llevar a cabo un aterrizaje forzoso en Alemania y allí fuera capturado. Permaneció durante tres años en un campo de prisioneros, pero consiguió escapar al agenciarse un uniforme del bando enemigo. Después de pasar por los Países Bajos y el Reino Unido, regresó a París y reemprendió la lucha. Se subió a lomos de un SPAD S.VII, pero un Fokker D VII de las tropas enemigas le derribó y falleció en 1918, cuando ni siquiera había cumplido los 30 años.
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